Gea: por siempre el deseo del alfa Eros.

Capitulo 25.


Hurts like hell— Madison Beer ft. Offset
 



 

Su respiración era agitada, sentía las manos de él recorrer su abdomen mientras que su boca hacia un gran trabajo en su zona intimida. Su cuerpo se estremeció ante su climax y su respiración se calmó al momento.

Miró hacia abajo y vió los ojos de él puestos en los suyos, sonriendo coqueto. Ella sonrió para él.

—Deja que te marque —La voz de Eros salió ronca. Cómo una súplica, ella se sonrojó levemente.

—No soy tu luna de manera oficial, Eros. Tampoco me has pedido ser tu novia, ni tu esposa, ni... —Se calló al momento, una carcajada salió de él.

—Me gusta ver qué aunque yo disfruto vivir el presente contigo, sin pensar en planes; tú lo haces por mi —Él se levantó de la cama caminando al baño. Gea aprovechó ese momento para bajar un poco su bata.

Había pasado una semana desde lo ocurrido y se negaba a salir de aquella habitación, Eros salía los días de semana y volvía tarde en la noche, ella estaba ahí para esperarlo. Ambos pasaban tiempo de calidad ¡Eran mates! Parecía todo lo contrario.

—Separa las piernas —La voz de él salió demandante. Sus manos pasaron la toalla por encima de su zona intimida y sus muslos, limpiandola.

—Yo... Esto es vergonzoso —Ella soltó, aunque sostenía una sonrisa en su rostro él se mantuvo serio.

—Mucho que te gusta.

—Eres un sucio —Él se acercó a su rostro dándole un pico. Puso la toalla a un lado y la acercó a su pecho haciendo que ella descansara en el.

Sus prácticas de arco habían empezado hacia tres días, arquería no estaba en sus planes, pero aquél sueño le había dejado muchas dudas. No le había dicho nada a nadie, no había tenido la oportunidad. No se lo diría a Eros, armaría un caos.

—¿Saldrás hoy?

—Sí, lo voy a hacer.

—Bien, aprovecharé para salir un rato. —Ella había dicho aquellas cosas y Eros había asintió con duda.

Eros sentía una calidez en su corazón, se sentía completo. Su actitud había tomado calma el último mes y eso había sido a causa de ella. Era un desastre, pero ella siempre estaba ahí, en cada cagada que hacia.

Ambos pasaron varios minutos más en la cama y luego de aquello tomaron un baño juntos. Él se vistió de inmediato hundiéndose en un elegante traje color vino, ella por su parte tomó un vestido suelto con unas zapatillas simples. Eros se había encargado de tener ropa para ella.

Cuando fue al mundo humano se llevó todo, y cuando volvió tenía pocas cosas y ahora que estaba el suplidor de todo lo que a ella la cubría era su alfa.

Caminaba por las calles de la manada, viendo a personas con atención, nuevos hombres lobos se agregaban, personas nuevas. Todo estaba marchando bien, he incluso lo que había hablado Isa de ella parecía haberse transformado en una vil mentira.

—¡Luna! —Escuchó a alguien gritar, al momento se giró viendo a una niña pequeña correr hacia ella.

—¿Sí? —Le sonrió a la pequeña. La niña simplemente se acercó abrazando sus pies mirando hacia arriba.

—Es usted muy bonita —El fervor de la pequeña hizo que algo dentro de ella se agitara.

—No cielo, tú lo eres —Una de sus manos fue hasta la cabeza de la pequeña, dándole pequeños toques.

—Serás buena madre —La voz de Xel tras ella hizo que su corazón se acelerara como loco.

—Ve a jugar con tus amigos —Le dijo a la niña que aun seguía ahí, esta asintió y corrió no sin antes darle una mala mirada al vampiro.

—¿Cómo estás? —Ella se dió la vuelta y se enganchó en su cuello, le dió un beso en la mejilla y se frotó contra él suspirando.

—Te extrañé tanto —Ella miró los ojos de él. Había calidez en ellos.

—Yo también lo hice —Él carraspeó. —Analí ha empezado a mostrar poderes Gea, no hay tanta mentira en lo que decía ella.

Gea asintió. Su antiguo pensamiento se disipó al instante.

—¿Cómo van sus relaciones? —Preguntó ella, refiriéndose obviamente a Gray y él.

—Es sorpréndete la forma en la que se adaptaron a nosotros, todo está yendo de maravilla. Isa es... Isa. Es perfecta para mí, a pesar de todas las cosas que han pasado.

—¿La quieres? —Ella le preguntó, curiosa.

—Claro que la quiero, es lo más importante para mí. Es lo único que tengo ahora.

La manera en la que dijo esas palabras hicieron que un nudo en la garganta de ella se formara, eran amigos y sentía que esa conexión se estaba yendo a la basura. Clarisse le quedaba corto a ello, cuando tenían su relación ella no se sentía tan excluida de su vida como ahora.

¡Bien! Xel debe tener a su pareja, hay más personas después de ella, pero ¿Y que de su amistad? Sabía que no era inocente de toda culpa, estaba con Eros, no había salido en una semana, pero ellos tampoco habían intentado hablar con ella.

Gray entró en su campo de visión. Una sonrisa de deslizó por los labios de ella, corrió hasta él abrazándolo, pero este al contrario la alejó. La sorpresa en ella fue evidente. Miró a Xel con duda y después de eso vió cómo una sonrisa llena de pena se dibujó en sus labios.

—¿Que pasa Gray? —Preguntó, Xel ya estaba lo suficiente cerca para escuchar.

—Este será nuestro último abrazo. —Ella se rió con duda.

—¿Qué? ¿Te irás de viaje?

—No Gea. No nos iremos de viaje —La voz de Xel salió dura. Estaba confundida, ¿Que carajos era eso?

—¿Y?

—Nuestra amistad debe acabar aquí. —Gray soltó de repente.

—Dejen ya sus bromas, quiero contarles muchas cosas —Ella sonrió, pero al contrario vió que ellos mantenían sus posturas frías.

—Gea, no nos interesa. —La forma borde que tomó Gray fue como una bofetada en su mejilla.

—¿Por qué están haciendo esto? —El pelo de ella se agitó con el aire, una de sus manos lo sostuvo en una coleta. Una marca roja llegó hasta los ojos de Xel.

—Porque ya es suficiente de estar tras de ti. Tenemos nuevas personas ahora y... Estorbas.



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En el texto hay: hombres lobo, amor, vampiro

Editado: 30.06.2021

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