Caminamos hacia las coordenadas que Frerick debía recordar y los príncipes lo seguían. Todos parecían cansados y mis pasos no eran tan rápidos como cada uno de ellos, y yo de los últimos en la fila con Ryan a mi lado, a veces sentía que lo hacía apropósito por si se ofrece algo, pero no lo creería de un tipo tan antipático como él, su preocupación era sólo órdenes que odiaba recibir, el Napaleano lo hacía porque le importa salvar su planeta y su especie.
—¿Debe ser duro para ti seguir a un Otpieg? — pregunté casi a un metro de distancia, Mai caminaba lento justo a mi lado, era de esperarse en un humano. Temblaba de frío, pero continuaba vivo, bebiendo sangre de destructor.
—Es claro que le molesta. — Mai me responde por él con sus dientes chocándose uno con otro, haciendo ese ruido molesto. — Pero peleamos por el mismo Dios, así que es lo que tolera. Y por el artefacto. Somos muy jóvenes para subir a nivel Absoluto.
—¡Cállate humano! —Ryan gritó de enfado sin mirarnos. —¡Cierra la boca, odio ese sonido que haces con los dientes!
—Discúlpame. —sonrió junto conmigo.—Por eso Ryan nunca va a llegar a Nivel Absoluto, no ama, y no creo que alguien lo ame. — Mai me hizo reír.
—Creo que yo tengo a alguien... que yo puedo amar... o no sé...—dije, noté que Ryan me puso atención con un a movilidad dura de rostro, pero luego me ignoró.
—¿Oh, sí? ¿Un novio?— Mai me preguntó mientras seguimos muy atrás, y de caminar la difícil nieve del planeta.
Mai no era feo, demasiado musculoso: sí.
—Algo así... Sean es su nombre... me empezó a llamar la atención cuando supe que era muy bueno peleado.
—Sería el primero que te bese... ¿No? — Axtrex llegó rápido como una vieja chismosa, pero realmente estaba aburrida, y tendiéndola cerca vi lo hermosa que es. —Por lo que nunca habías tenido un tacto de sangre, por lo que sé. Nadie te ha tocado interesante.
—¿Qué rayos haces chica azul? —pregunté. Ella sonrió.
—La línea de tu hermano es aburrida, sé que podemos morir, pero una conversación divertida no me la pierdo. —ella me sonrió. —Entonces... ¿Le darás tu primer beso al tal Sean? ¿Es guapo?
—Sí... a las dos cosas— respondí—... pero creo que ya no me gusta hablar de mí.
Por cierto. —Ryan parece que va a salvarme de esa mala conversación que estoy segura que escuchó.—Me di cuenta Gea, que entiendes cuando habló con mi hermano, en una de nuestras lenguas Napaleanas ¿Cómo aprendiste?
—Sólo identifiqué una sola lengua. En la Tierra...— respondí, entre momentos observando que Mai estuviera bien. —Me gustan los idiomas asiáticos. De la gente que se parece a ustedes.
—No tengo idea que es eso. Odio el Otpieg... —Ryan movió la cabeza en forma negativa. —...Es difícil prefiero español, es más fácil y simple, pero... Axtrex habla bien Otpieg hace años que le enseñaron de cerca... ¿No?
—¡Ay, pero si eres un hijo de puta Ryan! — se quejó Axtrex con una risa falsa.— Se refiere a... — me susurra para que Mai no escuchara lo que me tenía que decir, o decirlo de la forma menos hiriente, se me acerca como una amiga en chisme.— Salí con tu hermano hace años, y sí, tu hermano es aburrido... no me gustan las personas aburridas. — alzó la voz para amenazar a Ryan— Ryan deberías escucharte como pronuncias el español ¿Sabes que existe la pronunciación R?— Axtrex nos hizo reír junto con Mai.—Sólo sabe pronunciar su nombre de milagro Raa-yan o La-yan.— seguía burlándose y yo me reía. Eso era bueno, alguien me hacía reír.
—Simpática—se quejó.
A lo lejos Frerick percibe algo, nos gritó desde el otro extremo indicando que encontró la cueva, caminé más rápido, estaba vez pasé por Ryan me di la vuelta y le hice una seña mala con el dedo, pero en cuanto me acerqué a mi hermano vi un gran agujero en el suelo de entre doscientos a quinientos metros rodeado de nieve y picos de agua congelada, a unos doscientos metros una cueva la cual en la entrada tenía tal vez agua congelada que lo hacía parecer una boca con colmillos. La entrada media unos cuatro metros de ancho y largo, calculando mi altura y la distancia.
—Enorme. — Mai se asombró llegando al borde con los dientes chocándose cada segundo. — ¿Cómo bajamos?
El borde tenía ocho a doce metros.
—Saltando— responde Axtrex. —¡Mai! ¿Estás bien? ¿Puedes saltar?
—Algo...— dice entre dientes con una risa temblorosa y sus labios morados. —Estarás para atraparme.
—Siempre.— dijo ella.
Mai miró la altura, el tonto no se dio cuenta que Axtrex le coqueteó.
Hubo silencio mientras escuchábamos el sonido del viento, al tocar nuestras mejillas se sentía frío, recordaba que Rys había mencionado cueva de coalts. ¿Qué eran coalts?
Nadie quiso hacer nada ni decir nada entre los minutos que pasaban, pero sabía que estaban pensando en algo grave respecto a lo que habita en ese tipo de zona. Recordé al extraño Napaleano que habíamos dejado a kilómetros. Algo importante me provocaba enfocarme en él, pero no comprendía nada.
Rys mencionó robarle al rey legítimo de Napan antes que el mismo Rikka desapareciera, a veces suelo ser tonta, pero sabía más de Rys que él mismo.