No podía creer que los ojos azules de Ryan me causaran verlo por dentro, no era malo. En él solo había soberbia y ganas de destripar lo que sea malo.
El suelo se agitó un poco, la puerta se creaba a las espaldas de Frerick para tener forma de una salida del subterráneo.
—¿No va a haber prueba?— Frerick se preguntó.
—Alphien siempre prueba...— Ryan dijo. —Tal vez... sabe quién es ella, y no la va a probar...
—¡Suerte! A mí me mando diez destructores antes de pertenecer al congreso. — miré a Frerick en cuanto dijo eso.
—A mí diez cazas sin piloto en un día de vuelo.— Ryan terminó.
«La prueba es: salvar a tu madre, aprovechando la invasión, no es tonta... es celestial.» Yo me quedé callada.
Una luz nos cegó por segundos, después sentíamos niveles de espíritus de guerra, todos esos guerreros se asemejaban a Otpieg quizá uno que otro no, pero uno de ellos era fuerte, y no era un Otpieg. Logré ver a un anciano de entre setenta a ochenta años con el traje del ejército Otpieg, pero ese poder no era el de él, con sus guantes y su tatuaje de la cruz del congreso en su mejilla derecha, no tenía marca Otpieg en su rostro tal vez en otra parte del cuerpo, y al parecer el tatuaje o bautizo todos tenían la opción de ponerlo donde sea. ¿Por qué rayos no preguntaron antes?
—¡Altezas! — dijo el anciano. A mi parecer un coronel, su aspecto era serio, con el cabello largo, de cuerpo en entrenamiento.
—Un Said...— Ryan menciona. —¿No sé por qué aún confían en este Said?
—¿Said? — pregunté me sonaba ese apellido. —Bienvenida Geal Ali —hace una reverencia hacia mí. —Mi nombre es Nickolas Saíd, jefe militar.
—Vamos, tenemos mucho que hacer, si estás oculto aquí abajo.— Frerick dijo entrando con lentitud a la base. Fue el primero en hacerlo.
Ryan y yo lo seguimos, pero Nickolas se quedó atrás de nosotros, a su paso la puerta se cerró sin hacer ruido alguno. Caminamos por un gran pasillo por uno o dos minutos, yo sólo veía tierra en lugar de metal, otra compuerta se abrió al paso de Frerick luego lo que vimos fue un salón con algunos Otpieg humanoides y de sangre trabajando, uno que otro Uqy o Sir, estaban todos armados con pistolas láser, armamentos de otros estilos y registrando hologramas como si fueran un grupo rebelde para dar un golpe.
En la invasión pensaron en ocultarse y planear antes de hacer una tontería con todo lo de la invasión.
Lo que había en el centro de ese gran salón me llama la atención, la gran luz era el rostro de Alphine observando a todos, bajando datos que llegan como lazos eléctricos hacia los hologramas táctiles que todos tenían. Las miradas están en mí, junto con el rostro enorme de una IA.
—Esto es lo que tenemos Frerick.— Nickolas le daba información. —Somos pocos.
—Necesito más información— el diamante camina hacia el gran rostro flotante en el centro. —Alphine.
—Su alteza.— responde la cosa que me daba miedo.
—Alphine— Frerick se enojó.— ¡Informe ahora!
—Sí— dijo la gran IA. —Le parece en el idioma natal o prefiere que Geal Ali, su futura reina entienda.
—Para mí por favor...— dije.
—La situación es la siguiente— dijo la máquina. — Denia llegó en la nave Z creada con tecnología Alfaira, los Panos estaban en esta. Capturaron el palacio. Denia tiene prisionera a la reina madre Luz en el trono del palacio, el centro más importante de nuestro planeta, Otpieg. Mis informes claros de la princesa menor Isis; sigue con vida en algún sector del palacio.
Alphine nos mostró todo desapareciendo de nuestra vista, colocando un plasma de su propia energía con las imágenes más escalofriantes que había visto, toda una ciudad siendo atacada por Panos. Los parásitos humanos, gente normal que había sido experimentada hasta su mal formación para crear al soldado perfecto, esos seres el cual estaban comandados por ese hombre deforme que acompañaba a Denia y Níquel.
—Millaje. — Frerick mencionó su nombre.
Alphine nos mostró a todos los padres de los príncipes que conocía y a la reina Luz.
Estaba mostrándome a una reina arrodillada rodeada de cuerpos, de los cuerpos que una vez tal vez fueron sus amigos, todo era sangre, y esa hermosa mujer de cabello largo, con puntas rizadas, morena, con su marca en forma de K mirando hacia arriba, era mi madre... estaba sufriendo, viendo a sus amigos congresistas desangrarse, y ella sólo tenía un rostro duro, era Fe lo que emanaba, quería un milagro, con las manos atrás sin poder hacer nada, atada por los Panos.
Vimos en la escena a la madre de Axtrex tan azul como ella perdiendo su sangre que salía de su cuello, colocando la mano derecha en las ropas reales de mi madre, ella la miró a los ojos, sé que le decía a su amiga que todo estaría bien, pero saben ambas que no.
El padre de Arcy e Arcry rubio con los ojos de su hija. Sí, él luchó todo lo que pudo, se nota al tener muchos sables en su cuerpo, pero mi madre al mirarlo gritó, gritaba por todos. Un Napaleano a su derecha, el padre de Ryan, no tenía una mirada de fe, era una mirada de miedo cuando dejó su alma el cuerpo porque Níquel había asesinado a todos con ayuda de panos, y fue él quien enterró su sable en el corazón de Han Sato después la imagen de la guerra desaparece.