Gema black

Capítulo uno. Nuevos enemigos

Él suave chasquido de los dientes , la manivela
de mi cuarto hizo que me removiera, pero lo que realmente me despertó fue sentir el y resoplodo junto a mi cuello

Aquello me provocó un fuerte golpe de adrenalina, mucho más potente que tres tazas de cafés

— ¡Gian!  —. Grité incorporándome de golpe en la cama —¿Cómo haz entrado?—.

Con el corazón latiendo a toda velocidad, observe su sonrisa diabólica, la sensación de pánico disminuyó hasta convertirse en puro enojó e irritación

Tome mi móvil observando la hora ¿las cinco? ¡Mierda! Todavía faltaba dos horas para que normalmente sonará el despertador, Cabroneada desactive la alarma

Iba a ser imposible volver a dormir

— ¿Que ha pasado? ¿No hablaras? ¡Maldita sea! Gian, sal inmediatamente de mi habitación —. Digo enojada mirando los cautivadora ojos celestes de mi mejor amigo —¡Vete! —. al oír mis quejas Gian sacudió la cabeza soltando un resoplido —¿Qué quieres?—.

—Z, llamo tiene un grave problema —. todo rastro de sueño se esfumó al escucharlo

—.¿Que? ¿Por qué no me llamo? —. Preguntó preocupada observando las 10 llamadas perdidas del moreno apodado Z

Preocupada, gire las piernas con intención de apoyarlas en el suelo sin embargo, las manos de Gian me lo impidieron, resople al ver sus manos aún lado de mis caderas. Su aliento era cálido

—Esta mejor —. susurró mandándome una oleada de su fresco aliento, seguido e regalo un lameton en el cuello que para mi era algo normal de él

Me reviste convencida de no tener que irme hasta la casa de mi amigo para comprobar su estado, cuando Gian decía que está bien le creía

— Aveces prefiero hablar con un pez —. me queje, Gian bajo de la cama provocando un pequeño ruido

—¿Desayunamos? —. Preguntó, Asentí

—Despierta a Allán asi nos ahorramos prepararle más tarde—. suspiró mirando mi reflejó en mi gran espejo ya casi antiguo

Ni estando roto lo tiraría, era una de las pertenencia de mi madre

— Debes de cepillarte Gema tu aliento huele a cadáver de perro —. Tome lo primero que encontré para tirar con fuerza a la cabeza de mi mejor amigo que río con gracia al ver mi mala puntería

— Pudrete imbécil —.  Respondí rindiendome

—Acuérdate, hijo no pasará nada en esta nueva escuela, cualquier cosa me llamas ¿ de acuerdo? —. Dijo Anne mi madre 
 

 

— No te preocupes Ma, trataré de estar bien —. respondí fingiendo  alegria —Perdí mis lentes de contactos, ¿me comprarías otros?—.

—Claro, Ángel pero mientras debes de ocupar tus lentes, no podré comprarlo hasta la tarde ahora voy muy atrasada ¿Está bien? —.

Me levanto con rapidez buscando en el viejo mueble mi anteojo, me los puse mirando al espejo —Sí —.

Apenas termine de ponermelos, no pude evitar mirar a mi madre  que soltó una gran carcajada —Pareces un Nerd—.sonrió tomando su cartera

Me puse serio borrando todo sentido de humor —Por esa misma razón no me las ponía Anne, por esto mis antiguos compañeros me golpeaban—. añadí tomando una manzana

Mi madre dejó de reír — Sí quieres puedes ir mañana, así podrás ir con lentes de contactos ¿Qué dices? —.

La mire por cierto tiempo hasta que contesté de la manera menos ruda —Esta bien, tengo que ir—. añadi tomando mi mochila

—Ángel —.

Volteó para mirarla antes de cruzar la puerta —¿Si? —.

— Lo siento, sabes que puedo ser una boca suelta a veces —.

Él estómago se me formo un nudo de culpa  — Sí madre te comprendo —. camine hasta quedarme frente a ella, deje un beso en su mejilla — Te quiero —. añadi, medio atontado

Quedarme escondido en casa por tener miedo a ser nuevamente blanco para nuevos chicos no era lo correcto, eso sabia debia de defenderme ahora

— Yo igual hijo —.

Tras esperar su respuesta, susurró un triste — Hijastro —.
estaba siendo mucho más difícil de lo que había pensado en un principio

Junto en el momento que doblaba la esquina, vi que el bus estaba por cerrar sus puertas

En eses momento me eché a correr hacia el bus pidiendo a quien quiera que no arrancará, una mano agarro la puerta en el último momento para darme tiempo, jadeando entre al bus

Gire para ver a la persona que me había salvado de esperar otros 20 minutos a otro bus, sin embargo las palabras se me atascaron en la garganta y quede paralizado

— ¿Tú? —. Exclamó al ver al pelinegro que antier me había tirado al piso, él esbozó una sonrisa y la expresión divertida — ¡Maldita sea! —.exclamó en voz baja

—Es bueno volver a verte ricitos —. su voz áspera sonaba burlona

— Idiota —. murmuró caminando para las sillas del fondo

La sonrisa del pelinegro se desvaneció me habia escuchado

Mierda, ni siquiera había llegado a la secundaria y ya tenía un nuevo chico que estaba seguro que deseaba golpearme

— ¿Hola? Sí, Sí soy Zack ¿Qué? De inmediato —. el pelinegro  de nombre Zack volteó a verme antes de tocar el timbre y bajar con prisa

Dejo escapar un gran suspiró de alivió, esperaba no volver a verlo nunca más o de esa golpiza no me escaparía

Era la tercera vez que cambiaba de escuela, no era fácil tratar de sobrevivir en un lugar donde los más fuertes siempre me molestaban por tener anteojos

¿Que clase de personas asimila que por tener un anteojo podía ser inteligente?, eso siempre me llevo a ser golpeado sin piedad

Podía tener anteojos pero la inteligencia no estaba a mi favor, era un chico con notas normales

Me deslizo entre las personas para llegar a la puerta y tocar el timbre, al mirar mi reloj sabia que estaba en problemas

siete y treinta sabia que la nueva escuela estaba a seis cuadras arriba de la parada, al bajar tome una gran bocanada de aire para comenzar a correr

—Primer día, llegando tarde —. me regaño a mi mismo 




 




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