Presentaciones

Me permití unos segundos mas para seguir observando a Soo Min antes de abandonar aquel pequeño pasillo e ir a reunirme con mis amigos. Moría de ganas por ver sus reacciones al conocerla. Sobre todo la de Woo Hyun, él había sido quien mas se había burlado de "mi amor platónico", llegando incluso al grado de asegurar que Soo Min no era sino un invento de mi loca cabeza. Se llevaría la sorpresa de su vida al conocerla y ver lo perfecta que era.
Llegué al vestíbulo y me encontré con mi madre, quien miraba hacia afuera por una de las altas ventanas, medio oculta entre las cortinas de terciopelo azul.
—¿Mamá?
—Myung Soo.
Se dio la vuelta, con una expresión de molestia en el rostro.
—Esa mujer me dijo que tus amigos habían llegado. Espero que no hayas invitado a todos tus compañeros de la universidad.
Rodee los ojos al escucharla, un poco harto de su actitud.
—En primer lugar no es "esa mujer", es la madre de Soo Min, mi futura suegra, asi que te ruego que tengas un poco mas de respeto; y en cuanto a mis invitados, si, lo hice. Invité a todos mis amigos de la universidad —vi la cara de horror que puso—. Sólo se casa una vez en la vida, mamá. Es un día importante.
—Tenia la esperanza que después de conocerla cambiarías de opinión.
—Pues lo siento por ti, mamá, porque ahora estoy mas que convencido, Soo Min es la mujer de mi vida, es dulce, inocente, hermosa. Es tal y como la había imaginado.
—Pero, Myung Soo, apenas y la conoces y ella apenas y te conoce a ti. ¿No te inquietan sus motivos para casarse contigo sin conocerte?
—No.
Mamá dejó salir un gemido resignado y asintió. No iba a mentir diciendo que no me había preguntado el porque de la respuesta afirmativa a mi propuesta de matrimonio. Había imaginado muchas posibles opciones, muchos porqués, pero al final había decidido que no me importaba demasiado. Yo la amaba y sentía que con mi amor bastaba para empezar. Ya haría el resto después; y mi plan funcionaba, las reacciones de Soo Min me lo indicaban. Estaba seguro que ella empezaba a sentir lo mismo por mi.
Dejé a mamá con sus tribulaciones y abandoné la casa, yendo directo al camino principal, el cual tenia algunos autos estacionados ahí. Sonreí al divisar el deportivo rojo de Woo Hyun. No me tomó mas de un segundo ubicarlo, mirando impresionado la gran casa de los Lee, a su lado Dong Woo hacia lo propio, aunque de una forma un poco menos disimulada: sacando fotos como si acaso estuviese en el zoológico. Reí interiormente al reconocer la cámara que llevaba. Le había pedido que de favor tomara algunas fotografías de Soo Min y mías antes de la boda y mi amigo había optado por hacerlo con mi propio equipo.
—¡Chicos!
Llamé, acercándome a ellos. Woo Hyun fue el primero en volverse; una sonrisa inmediata afloró en su rostro.
—Vaya, vaya, pero si es Kim "enamorado" Myung Soo. ¡Que honor verle gran hombre!
Me reí y le di un golpe en el hombro a modo de venganza por sus palabras. Le gustaba molestarme por mi amor idealizado por Soo Min, pero la verdad era que el mismo era un tipo "enamorado". Creía en el amor verdadero, el destino y todo eso; y siempre estaba a la caza de su alma gemela, convencido de que algún día la encontraría. En resumen: era un tonto cursi.
—Me alegra que llegaran. ¿Tuvieron problemas en hallar la casa?
Les había pedido que llegaran un poco antes que los demás invitados, quería que Soo Min los conociera un poco mas. Ya que íbamos a casarnos seria conveniente que conociera a mis amigos, que se integrara a mi mundo.
—No.
Empezó Dong Woo tan alegre como siempre, pero Woo Hyun le arrebató la palabra.
—Habríamos llegado hacia dos horas si alguien no hubiera decidido que tenia que tomar fotografías del paisaje también. Ahora parece que llegamos justo a la hora de la cena.
Esto era verdad. Estaba oscureciendo.
—Quiero armar un álbum completo para L —se defendió mi otro amigo —que sea tan genial como si lo hubiera hecho el mismo, uno que retrate todo el proceso antes de pisar el altar, para que en muchos años, cuando tenga sus nietos pueda hojearlo y recordar este día.
—Esa frase suena mas a Woo Hyun que a ti.
Me burlé, los tres soltamos la risa. Me encantaba la idea de tenerlos ahí. Fuera de Soo Min no tenia nadie mas con quien hablar, creí que podría llevarme bien con Sung Kyu, pero era evidente que no; y Sung Jong seguía sin dar señales de vida.
—¿Donde esta la flamante novia? Dijiste que era real.
Apuntó Woo Hyun con osadía, mirando hacia todas direcciones.
—Ya la conocerán.
—Eh, pero, ¿donde esta?
—Adentro, retocándose un poco.
—No me digas que es fea.
Frunci la boca al escuchar esas palabras. Ya se las tragaría cuando la conociera.
Entonces vimos a Sung Kyu bajar por las escaleras de entrada, con una expresión muy seria en el rostro. Se acercó hasta nosotros.
—Mi padre dice que tus amigos pueden subir. Sus habitaciones están listas.
Y su tono era de verdad antipático, casi parecía haber escupido la palabra "amigos".
—Claro, gracias —me giré hacia ellos—. Él es Sung Kyu, el hermano mayor de Soo Min.
—Hola.
—Un placer.
Respondieron mis amigos con educación, sorprendidos al parecer por la cara de pocos amigos que tenia el chico de ojos pequeños. Esa actitud era de verdad molesta, pero me asegure de calmarme, no quería decirle nada inconveniente que pudiese generarme problemas con Soo Min o su familia.
—Sung Kyu, ellos son mis mejores amigos, Nam Woo Hyun y Jang Dong Woo.
—Ya.
Soltó un suspiro, sin el menor interés, lanzándoles un rápido vistazo antes de volver sus ojos hacia la puerta principal, hacia las escaleras desde donde segundos atrás él viniera. Lo imité y sentí como mi corazón daba vueltas, como si quiera salir de mi interior y correr a abrazarla.
Soo Min bajaba las escaleras despacio, con los ojos fijos en cada paso que daba. Se había cambiado el vestido, ahora usaba uno blanco con volantes en los hombros y sus zapatos eran de piso, sin tacones, de un suave color azul, sencillos, pero lindos. Sonreí ampliamente, ella debía haberlos escogido.
Al momento me volví hacia mis amigos, quienes también miraban, ambos con los ojos como platos y las bocas abiertas. Daban una imagen graciosa.
—¿Es ella?
Saltó Woo Hyun, ganándose una mirada de Sung Kyu.
—Si, es ella.
Me sentía orgulloso, pensando en que ya nada podría salir mal.
—Es muy hermosa.
Dijo Dong Woo y levantó la cámara, tomándole una fotografía desde la distancia.
—Es bellísima, Myung Soo —siguió hablando Woo Hyun —no nos dijiste que era así. ¿De casualidad no tiene alguna hermana?
Me maraville de la forma en que mi amigo podía pasar de la mirada asesina de Sung Kyu sobre él.
—No. No tiene hermanas.
Repuse, divertido a mi pesar. No debía enojar al hermano mayor, no quería tenerlo de enemigo.
Soo Min llegó al final de aquellas largas escaleras y levantó la vista, mirándonos.
Corrí hasta ella, muy feliz por verla.
—Te ves hermosa.
—Gracias.
Murmuró, sin mirarme.
—Claro que ya te veías hermosa desde antes.
Añadí. Ella levantó la vista y asintió en silencio. Tener esos tentadores labios frente a mi fue suficiente para hacerme olvidar mi promesa de no intentar besarla otra vez. ¿Que hombre no querría hacerlo? Aunque el sólo pensar en que otro hombre intentara tocarlos me hacia hervir la sangre. Tuve que morderme la lengua. Además queria ganarme su confianza y cumpliendo lo que había dicho era la mejor forma de lograrlo. Estaba seguro que al final seria la propia Soo Min quien me besaría. Y de esa forma ese tan ansiado beso me sabría millones de veces mejor.
—¿Son tus amigos?
Preguntó, mirando directamente a los chicos que yacían de pie junto a su hermano.
—Si. Ven, se mueren de ganas por conocerte.
La tomé de la mano y nos acercamos a ellos.
—Woo Hyun, Dong Woo, les presentó a Soo Min —le sonreí a mi prometida —Soo Min, ellos son mis amigos de la universidad.
—No sabia que ibas a la universidad.
Comentó ella, de una forma que considere demasiado inocente. Woo Hyun dejó escapar la risa. Y yo me llevé una mano a la frente, había muchas cosas que ella no sabia sobre mi.
—Me gradué este año.
Dije, un poco avergonzado. Debería haber empezado por ahí cuando la conocí.
—L estudió economía —explicó Dong Woo —y esta por empezar un postgrado en finanzas. Es un genio.
—No es para tanto.
Murmuré, sintiendo los ojos de los dos hermanos Lee fijos en mi.
—Ah, y es un placer conocerte —añadió mi amigo —eres muy bella.
—Gracias —Soo Min hizo una ligera reverencia —el placer es mio.
—Bella, tímida e inocente —recitó Woo Hyun a un lado, mirando a mi futura esposa de arriba a abajo —cabello castaño, largo y ondulado. Si, es tal y como la describiste. No me creo que sea real.
—Una lástima que no te lo creas.
Dijo Sung Kyu en el mismo tono y rodeó a Soo Min con sus brazos.
Él y Woo Hyun se miraron con desagrado. Era oficial, Sung Kyu odiaba a mis amigos y por lo visto era bastante bien correspondido por Nam.
Dong Woo y yo nos miramos. No sabía del lado de quien debía ponerme, ¿mi amigo o mi cuñado?
Y entonces Sung Kyu dejó escapar un quejido que nada tenía que ver con lo que estaba pasando. Soo Min lo miró y después miró hacia adelante, por detrás de mis amigos. No lo imaginé, de eso estaba seguro, ella palideció. Así que tuve que mirar yo también hacia el punto que lo hacían los hermanos.
Un joven caminaba a paso lento rumbo a la casa, era alto y delgado, de apariencia serena.
Giró un poco la cabeza y nos vio. Observé como una sonrisa parecía formarse en su rostro, mientras aceleraba.
Sung Kyu bufó y Soo Min lo sujetó del brazo con fuerza. ¿Quién era ese chico?
—¡Hola, Sung Kyu!—. Saludó el recién llegado, levantando un brazo—. Que bueno que te veo —se volvió hacia mi prometida—. ¡Hola, Soo...!—. Vi como su saludo se cortaba en seco y sus ojos se abrían de forma desmesurada—. ¿Que rayos...?
—Ven conmigo.
Gruñó Sung Kyu y, tomándolo del brazo, se lo llevó a rastras. Mis amigos miraron aquello con sorpresa.
—Perdón.
Murmuró Soo Min e intentó ir detrás de ellos, pero la detuve en el camino, obligándola a mirarme.
—¿Quién es ese chico?
—Es... mi profesor de piano. Mío y de Sung Jong.
Y clavó sus grandes ojos en mi. La solté, desconcertado. No sabia que ella tocaba el piano, no sabia tampoco que tuviera un profesor particular y que además este fuera así de joven.
—Perdona, Myung Soo —y me dio una palmadita en el brazo, muy suave, mucho mas parecida a una caricia —volveré en un momento.
Y se alejó justo por donde ellos lo habían hecho, caminando muy deprisa, con el vestido ondeando detrás de ella.
Ya no la detuve. Sólo observe en silencio. No sabia como, pero intuía que ese "profesor de piano" seria un problema para mi, un dolor de cabeza mucho mas grande del que hubiera podido imaginar.