Gemelos y Destinos

Capítulo 5

Adele volvió a sus clases, lo único que recordaba era que había hablado con Kilian y que después sonó el timbre para volver a los salones, no tenía dudas de lo que había pasado, ya que para ella, nunca hubo algún desmayo o algo parecido, Kilian, aunque sabía toda la verdad de lo que le había sucedido a Adele (quien en verdad era Arlet, la hermana de Brais), no podía decir absolutamente nada, todos daban por muerta a esta joven, el por qué seguía viva era un misterio para él, eso lo tenía que investigar de ahora en adelante, además, otra de sus dudas era ¿por qué ella no se acordaba de su verdadera identidad?, todo era muy complicado de entender en ese momento, habían muchos cabos sueltos, como si alguien los hubiera manipulado para que pareciera imposible de descifrar y no se pudiera llegar al fondo de todo. 

Aunque por el momento él se conformaba con saber que su amada seguía con vida, aunque no recordara nada al respecto. 

Pero volviendo a la historia, Adele entró al salón de clases, el profesor era de esos que prefería hablar con los estudiantes y poder hacerlos meter en el tema que se daba a tratar:

— Los OVNI, objetos voladores no identificados; para mí opinión personal, el que estos objetos en el aire que tienen en su interior vidas de otros mundos, es una realidad. Solo piensen por un instante en la idea de estar solos, ¿cómo pueden decir algunas personas que el único planeta en el que hay vida es solo este? —hablaba el profesor en el salón de clases. Un estudiante alzó la mano— ¿sí? 

— ¿Es cierto que en el colegio hay vida extraterrestre?

— Bueno... Eso no puedo asegurarlo, pero tampoco lo puedo negar. Aunque si eso es verdad y llegas a comprobarlo puedes avisarme, quiero verlo en persona. Pero si te puedo decir algo, no hay extraterrestres en esta clase —todos empezaron a reír. Adele dudaba mucho en la afirmación que estaba haciendo el profesor. Ella podía ser una de ellos, bueno, por el momento pensaba que solo una cuarta parte de su cuerpo, aunque eso era algo. 

— ¿Y si no es así? —le preguntó al profesor— ¿y si en verdad hubiera un extraterrestre en este salón?, seguramente por dentro puede estar riendo por lo que usted está diciendo —todos hicieron completo silencio, a la vez se sentían un poco aterrados por la forma en la que hablaba la joven—. Puede que hasta yo sea un extraterrestre, recuerde que me llaman la chica extraterrestre. 

— Bueno... sé que no eres una chica extraterrestre Adele, conocí a tus padres.

— Pero eso no quiere decir que ellos no pudieron ser unos extraterrestres —refutó Adele.

— Bueno... —el profesor soltó una sonrisa algo burlona mientras reparaba el rostro de la joven— está bien, retiro mis palabras, puede que sí haya extraterrestres con nosotros ahora mismo, hasta yo puedo ser uno de ellos, ¿no es algo sorprendente?

Los estudiantes empezaron a murmurar algo emocionados:

— Wao... Verdad...

Aquella clase excitó a más de uno, las ganas de saber la verdad detrás de aquel rumor emocionaban con solo pensarlo. Sin duda alguna el instituto Liceo del Norte no era normal. 

Además, los estudiantes al escuchar hablar a la joven de una manera tan natural, prácticamente burlándose de su rareza, hizo que todos la vieran como alguien normal, así que al finalizarse la clase varios se acercaron a hablar con ella, querían seguir platicando acerca del tema. Adele emocionada aceptaba, era la primera vez que se sentía integrada con su clase. 

Elián estaba más que sorprendido, su amiga le había demostrado que empezaba a cambiar, a su manera, pero lo estaba haciendo, y eso lo hacía sentirse con cargo de conciencia, había tratado a Adele como una tonta que no sabría cuidarse, pero él solo quería protegerla, siempre que la veía le parecía tan inofensiva y bueno, le daba muchas ganas de protegerla de todo lo que le pudiese lastimar. 

Sabía que en el almuerzo ella iría a reunirse con sus nuevos amigos, así que no podría hablar con ella, pero quería hacerlo, necesitaba estar a su lado, tenían un problema en común y debían estar juntos para resolverlo. Aunque el simple hecho de pensar en ello parecía imposible ¿cómo resolverían algo de lo que no tenían ni idea de cómo funcionaba?, los únicos que sabrían hacerlo eran ellos, los que no eran de ese planeta, y ahí estaba el problema, ellos no sabían quiénes eran. 

Prácticamente Elián acosaba a Adele con la mirada en la clase siguiente, ella trataba de ignorarlo, pero su mirada era muy pesada, como ver a un psicópata en acción. Muchas veces le mandó miradas fulminantes para que la dejara en paz, pero él seguía viéndola como si quisiera violarla. 

— Deja de molestar —balbuceó la joven a Elián, éste le mostró una sonrisa, estaba logrando su objetivo.  Algunos compañeros voltearon a ver a los jóvenes—, disculpen —dijo la joven algo avergonzada. 

Así fue como al terminar la clase Adele se acercó a Elián, él estaba recogiendo sus cosas para salir del salón de clases para el almuerzo:

— ¿Qué sucede contigo? —le preguntó algo enfadada. 

— ¿Yo?, solo quería hablar contigo. 

— ¿Y por eso debiste acosarme como un mismísimo psicópata? —Adele respingó una ceja.

— Sí.

— ¿Qué quieres?

— Pedirte disculpas, sé que no debí haberte hablado así, eres mi amiga, quiero protegerte, aunque sé que no lo necesitas, me has demostrado que eres fuerte e inteligente, no dejarías que te descubrieran tan fácilmente —la tomó de las manos y sonrió— por favor, disculpa, no lo volveré a hacer ¿sí?




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