✨ ARCHIE & YO✨
GÉNESIS 💋
— Te va a gustar este lugar — habíamos llegado hace unos instantes y más autos comenzaban a llegar, se podía ver ya alumnos en el lugar conversando entre sí.
— Sí tu lo dices... — dije sacando el bolso de Archie del maletero de mi auto y lanzandolo en su dirección.
— Hay muchos chicos guapos aquí — me susurró al oído.
— Sí, ajá — cerré el maletero del auto y de mis bolsillos saqué una cajetilla de cigarros para encender uno en mis labios.
— Muestra más emoción, mujer — se quejó y comenzamos a caminar hacia la recepción, necesitaba saber donde estaría mi dormitorio y mi horario de clases.
— Sabes que no me interesa mucho tener una relación ¿verdad? — le dí una calada al cigarro y expulsé el humo.
— Sí lo sé, eres la inalcanzable perra sin sentimientos — me quitó el cigarro de la mano para darle una calada también, siempre compartíamos todo.
— Tu lo haz dicho, fuckboy — me devolvió el cigarro.
— Deberás acabartelo antes de entrar, no querrás una sanción antes de iniciar las clases — se cruzó de brazos con una mirada acusatoria.
— Vamos, Watson... ¿Acaso dudas de mi? — lo mire divertida mientras le daba la última calada al cigarro sabor menta, para luego tirarlo al suelo y pisarlo.
— Jamás — chocamos los cinco e ingresamos en el edificio.
— Bienvenidos, ¿en qué puedo ayudarles? — una hermosa mujer rubia nos recibía en la recepción.
— Sí, verá... Soy nueva, mi nombre es Génesis y necesito ayuda para encontrar mi dormitorio... Y obtener mi horario — me apoyé en el mostrador.
— ¿Apellido? —
— Cox... Génesis Cox — hice una mueca al finalizar.
— Tu padre es Vincent Cox — por primera vez me miraba a los ojos y yo asentí — Su nombre está en todas las vitrinas de premios. ¡Es uno de los virgo más reconocido del país! — sus ojos se iluminaron de entusiasmo para luego volver a bajar la mirada a su ordenador.
— Sí... — suspiré.
— Muy bien, señorita Cox. Necesito que firme estos papeles, aquí está su horario según su signo del zodiaco y este es el número de su habitación que compartirá con alguien del signo Tauro — al finalizar me dió una llave junto con todo.
— Muchas gracias — tomé las cosas que me había dado.
— Y señor Kane, no lo esperábamos antes... Usted suele llegar tarde — lo miró de reojo con una sonrisa pícara.
Archie era el típico chico buenmozo de cabello rojo y ojos mieles que engatuzaba a cualquier chica, incluida yo, pero esa etapa de mi vida ya pasó y ahora solo lo veo como lo que es, mi alma gemela... Mi mejor amigo y mi hermano.
— Quise renovar mi imagen, Leticia — le guiño el ojo.
— Ten tu horario — con él fue más informal y resaltaba con claridad las razones. Aquí hubo fuego.
— Gracias, vamos estúpida, te enseñaré el lugar —
Me tomó de la mano y me guió hacia dentro del edificio, después dobló unas cuantas esquinas hasta una gran puerta de madera que abrió dejando ver un hermoso jardín con bancas, un pareo y un portal hermoso formado por varios arreglos de flores.
— Este lugar me encanta — observé los alrededores maravillada.
— Te caerás de espalda cuando veas la alberca — rodeó mis hombros con su brazo.
— ¿Tenemos alberca? — me giré para verlo con los ojos bien abiertos.
— Mejor pregunta que NO tenemos — enfatizó en la palabra "no".
— Tenemos mucho tiempo para recorrer — metí todos los papeles y la llave en mi bolso.
— Soy el mejor guía turístico de la vida —
- Al rato -
— En donde estamos — arrugó el entrecejo.
— ¿ No es que eras el mejor guía turístico del MUNDO? — elevé un poco la voz en la última palabra.
— Sí si, calla — puso toda su palma en mi boca, cubriendo casi toda mi cara para callarme.
— De verdad eres un caso... ¡NO SE PORQUÉ CONFÍE EN TI! — me cubrí el rostro exasperada.
— Génesis ¿alguna vez te he fallado? — se cruzó de brazos.
— ¿Te hago una lista? — levanté una ceja.
— ¡Hey! — frunció más el ceño.
— Te saldrán arrugas y arruinará tu imagen de rompe corazones — apunté en su dirección — Aunque no me quejaría, así sientas cabeza — le pasé por un lado y miré a los alrededores por alguna señal del camino por el que llegamos.
— No juegues esa carta — caminó hasta estar a mi altura.
— Deja de jugar con las chicas — suspiré, no podía recordar por donde veníamos.
— No juego con ellas — lo miré feo — ellas saben las reglas, me encargo de dejarlo muy claro.
— Lo sé — y lo sabía, pero quizás solo quería que llegara alguien que lo apartara de eso o terminaría dándole alguna enfermedad por transmisión sexual. Al pensar en eso puse una cara de asco.
— Uso condón —
— Como... — lo mire con cara de poker face.
— Soy tu mejor amigo, sé hasta tus más oscuros pensamientos — me lanzó un beso.
— Escucho sonidos de autos... — corrí en dirección a los ruidos y Archie me siguió.
— No veo nada — de repente empezó a aparecer una neblina que no nos permitía ver más allá de nuestras narices.
— Que diablos... — maldecí.
— Usa tu Ram para disipar la neblina — Archie iba agarrado de mi hombro.
— Ya lo intenté, pero no logro hacerlo... Mierda, no veo nada — dije tanteando el piso con mi pie.
— Genial, un signo de aire que no puede disipar una simple neblina — me recriminó.
— Calla Ariano, sabes que pasó la última vez que me hiciste enojar — reí con malicia.