✨ Me llamo infortunio y me apellido problemas ✨
GÉNESIS 💋
— Archie — dije en tono serio.
— Umpalumpa — sonreía de oreja a oreja.
— Me puedes explicar... ¿CÓMO VERGAS ACABAMOS EN UNA PATRULLA DE POLICÍA ? — enojada quedaba pequeño a lo que sentía, estaba molesta, estaba irritada, estaba que explotaba de rabia.
— Señorita, sin gritar — dijo el policía que iba de copiloto mientras su compañero manejaba a no se dónde.
- hace una hora -
— Nos volvimos a perder — dije sin emoción en mi voz.
— No es cierto — se notaba a leguas que estábamos perdidos y la nieve cayendo no ayudaba nada.
— Estamos perdidos, Archie Kane — bufé molesta.
— Ay, no me gusta cuando me llamas por mi nombre completo, es como si estuvieras enfadada — se detuvo mirando los alrededores, hace rato habíamos dejado de ver la reja.
— Estoy enfadada — confirmé.
— Ah mira, policías — me ignoró; frente a una tienda de donas estaba estacionado un carro de policías con ellos apoyados en él, comiendo donas y bebiendo café.
— Odio a la policía — dije tajante.
— Lo sé, pero ahora nos serían de mucha ayuda — cruzó la calle y se acercó a paso calmado a los policías — Oficiales.
— Esto no saldrá bien... — mencioné en voz baja para mi misma, acercándome lento hacia ellos.
— Verán, estábamos recorriendo la academia Zodiaco, seguro la conocen... Pero terminamos perdiendonos gracias a esta chica de allí — me apuntó y yo rodee mis ojos — Y salimos del complejo como por obra de magia, como en narnia... Solo que esto no era un ropero, más bien una reja oculta entre la neblina y sin darnos cuenta alguien nos cerró la puerta que daba con el mundo exterior... Ahora necesitamos ayuda para volver al mundo de los unicornios, príncipes encantados y nutrias que hablan — terminó soltando aire, debido a que lo dijo todo de corrido y finalizó con una sonrisa, los oficiales solo lo miraban con una cara poco descifrable.
— Archie no es buena idea... — trague saliva.
— ¿Están consumiendo drogas? — dijo por fin uno de los hombres.
— ¿Qué? — dijimos ambos a coro.
— Drogas — terminaron de beber y comer, botaron sus vasos de café a un basurero que tenían al lado y luego se nos acercaron.
— Sabe... Recordé que tenía algo que hacer... — tomé a mi mejor amigo de la mano y lo hice retroceder.
— De que hablas, necesitamos su ayuda — el muy idiota se resistía y no veía lo que pasaba.
— Cuando diga ya... Tú corres... — le susurré.
— Porque debería... — cuando los oficiales comenzaron a sacar sus esposas grité y jalé a Archie.
— ¡Ya! — sin siquiera dejarlo comprender la situación, corrí con todas mis fuerzas tomándolo de la mano para que me siguiera el paso.
— Que ocurre — dijo con hilo de voz, mientras corríamos.
— Creo que los perdimos... Oh no, vienen en la patrulla — el sonido de la sirena hizo eco en mis oídos.
— ¡Esto es por que corriste, estúpida. Nos iban a ayudar! — dijo entre gritos, cada vez estaban más cerca.
— ¡Nos querían arrestar por uso de drogas! — trataba de encontrar un lugar donde escondernos.
— ¡Pero no estamos drogados! — tosió un poco.
— ¡Ellos creen que sí! — objetivo detectado — entremos ahí...
Subimos unas enormes escaleras que daban a un enorme edificio hermoso, con detalles y esculturas del tiempo de los griegos, era un museo. En el interior colgaban hermosas pinturas muy antiguas sobre cada signo del zodiaco y habían muestras de esculturas talladas por los mismos dioses.
— Wow... — dijimos ambos sorprendidos.
— Nunca había entrado aquí — confesó.
El ruido de un carro estacionadose me sacó de mi impresión e inmediatamente comencé a buscar una salida.
— Por aquí — ahora él me tomaba de la mano y corrimos por el centro de la sala enorme hasta llegar a una puerta que daba al exterior.
_ Siempre... que estoy contigo llegan los... problemas... — hablé entrecortado, me faltaba el aire.
— No parezco alguien que consume drogas... ¿O sí? — había una especie de espejo en una de las paredes y comenzó a examinar su rostro.
— Sí las consumes — reí.
— Consumía — hizo notar.
— Salgamos de aquí... — unas esposas adornaron mis muñecas, tomándome por sorpresa. Maldecí mentalmente.
— Deberán acompañarnos — los oficiales habían aparecido de la nada.
- actualidad -
— Oficial ya le expliqué... No hicimos nada — traté de hacerlos entrar en razón por milésima vez pero no me escuchaban.
— Ya lo dijiste — se mantenían serios, como odiaba a la policía.
— ¿A dónde nos llevan? — preguntó mi mejor amigo.
— A donde crees idiota — dijo uno de los hombres y me hizo sentir mucho enojo, para mi mala suerte las esposas restringian el uso de nuestro Ram, me deje caer en el asiento con los brazos cruzados.
— Quizás nos llevan de vuelta a la academia, conozco este lugar... ¡Ajá! Mira es la entrada — apuntó por la ventana.
— Ajá — suspiré molesta.
Estacionaron la patrulla cerca de donde yo había dejado mi auto, la misma persona que nos había recibido antes iba saliendo con un señor canoso de traje.