Comienza un nuevo primer día para Jane, llegando muy puntual y encontrando a Zach y un desayuno sorpresa en el escritorio. Extrañada, se siente donde una flecha le indicaba y deja que su nuevo y aceptado jefe la atienda. Es la forma fácil para Zach de pedir perdón sin decirlo y la más fácil para Jane sin pedirlo. Terminaron, pide a Hudson que envíe a alguien a limpiar y a regañadientes obedece, los dos ríen de la insoportable secretaria.
La mañana pasa entre propuestas y papeleo, un ruido proveniente del estómago de Jane llama la atención de Zach, el hambre comienza a atacar, donde amablemente invita a Jane a almorzar, recibiendo una negativa.
- ¿Es por tu novio?
- ¿Novio? ¿Cómo sabes eso?
- Suponiendo, entonces si tienes.
- Sí, pero no es por él, quedé en comer con unos compañeros.
- Entiendo, será la próxima.
Jane sonríe y abandona la oficina estrellándose con Hudson, ocasionando todo un desorden en el pasillo. Por supuesto Hudson enfurece y embiste a Jane con palabras hostiles, sin percatarse que el señor Mattsson veía todo el espectáculo. De una fuerte voz, salió el nombre de Ellen, las chicas giran la cabeza y encuentran al gran jefe cruzado de brazos y mirándolas molesto. Hudson es citada a la oficina y Mattsson reprende a Jane suavemente. Sale lo más pronto posible del piso, respirando profundo una y otra vez.
Se encuentra con Roman, Marc y Perla. Celebran que decidió quedarse y luchar y le muestran el apoyo que necesita para seguir en la compañía. Zach los observa desde el fondo y decide acercarse y entablar conversación para hacer nuevos amigos. Al llegar quedan en silencio y la incomodidad se siente en el ambiente. Jane para ser cortes lo invita a sentarse y él logra su cometido acercarse a ella. Roman habla de la nueva campaña que se lanzará en un mes y Zach presume de la capacidad que tiene para salir con éxito, ovacionando a su asistente. Marc con voz hostil, se dirige a Zach señalando que esta de lado de Jane, Zach siente el rechazo de inmediato y resuelve terminar la comida y marcharse a la oficina, pidiendo a Jane que lo acompañe para comenzar a trabajar en la campaña. Jane mira a Marc y con disimulo le sonríe, se despide de sus nuevos amigos y sigue a Zach que encorva el brazo para llevarla caballerosamente, enviando un mensaje a su nuevo enemigo, que Jane está a salvo con él.
De regreso a la oficina Jane bromea por la cobardía de no enfrentar a Marc cuando era claro su declaración de guerra, Zach seductor, se acerca a ella sin permitir que se escape y la arrincona contra los archivadores, Jane queda sin respiración y paralizada. Zach asegura que no fue por cobardía, fue por simple aplomo, no tiene ningún interés en crear una guerra con alguien desconocido, su interés lo tiene frente a los ojos.
Jane atenúe, pone sus manos en el pecho de Zach intentando sacar fuerzas para empujarlo, pero su cerebro le pedía que se dejara llevar. A su fortuna o infortunio, en los momentos en que más nos sentimos motivados, ocurre un llamado a la puerta para hacernos perder el coraje. El señor Mattsson toca y abre apresurado, irrumpiendo la oportunidad de Zach. Malhumorado, arroja las cifras de ventas del último mes, exigiendo que la próxima campaña, deben mejorarla. Pone la prueba de fuego que decide la continuidad de los dos en la compañía. Mattsson abandona la oficina como un rayo y deja a Zach y Jane con el trabajo de equipo como recurso para lograr la meta.
Zach y Jane trabajan horas extra para encontrar la estrategia perfecta y ganar su lugar en la empresa, Zach observa disimulado a Jane mientras hace su trabajo, tiene una idea en mente y la comenta a Jane. Quieren ganar clientes potenciales para el nuevo producto de la empresa, así que quiere aprovechar la tecnología para lograrlo. Pero en un plan hay un vacío y Jane logra verlo, quiere aprovechar y darle poder a las mujeres en la sociedad machista, comienzan a discutir sobre ese tema tan controversial, el machismo y feminismo. Zach quiere implementar algo directo y claro, pero no llegan a ningún acuerdo. Jane mira la hora y ya es muy tarde, ha pasado toda la noche ignorando a Noah, escribe para saber si la puede recoger y él atento acepta.
Zach se ofrece a llevarla a casa y ella con enojo en sus ojos se niega, antes de salir le pide a su testarudo jefe que piense en su propuesta de incluir a las mujeres en la campaña, Zach no responde, solo queda en silencio indicando la salida. Unos diez minutos han pasado, Noah finalmente aparece en motocicleta, Zach desde la ventana analiza a su contrincante. Jane mira hacia arriba y lo ve en la oscuridad, baja la mirada y se abraza fuerte a Noah.
El camino a casa es silencioso, las luces de la ciudad alivian un poco la mente de Jane, su única prioridad es la campaña y su obstáculo es Zach. Se ha convertido en un verdadero dolor de cabeza, sin embargo no puede sacarlo de su mente por razón desconocida. El trayecto finaliza, Noah la acompaña a la puerta y da un delicado beso que es respondido por ella. Se siente totalmente distinta cuando está con él, siente serenidad y confianza. Nunca ha sido atrevida, en ocasiones se deja llevar por los impulsos y en esa noche fría quiere compañía. Invita a Noah a quedarse lo que queda de noche y él sin pensarlo dos veces acepta. Abraza la fina cintura de Jane y duermen plácidos toda la noche.
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Editado: 28.09.2019