—¡Ayúdame! —Escucho un grito de dolor entre la penumbre del lugar en el que me encuentro —¡Nos quieren a todos! —Vuelve a gritar y de inmediato me muevo en busca de la dueña de la voz pero lo único que puedo ver es obscuridad como si algo interfiriera por completo ver el maldito lugar en el que estoy.
—¿Donde estas? —Grita una voz conocida, la cual me hace voltear hasta la pequeña luz que ha aparecido en la obscuridad y es cuando la veo ahí parada bajo la luz, tratando de hallar a la dueña de la voz.
—Meissa, ¿que diablos es esto? —Pregunto es su dirección pero parece que ella no me escucha, pues sigue lanzando la misma pregunta con desesperación.
¿Que diablos es este lugar?. Me pregunto a mi mismo, pues el ultimo lugar que recuerdo visitar es aquel hotel mediocre sobre la carretera que pudimos encontrar.
—¡Ya vienen! —Vuelve a gritar con desesperación y con ello mi corazón comienza a latir mucho mas fuerte de lo que puedo resistir —¡Leo puede ayudarte! ¡Ayúdenme por favor! —Grita por ultima vez.
Y me despierto con la respiración alterada, con miedo en mis extremidades y lleno de sudor por todo el cuerpo. El sol entra por la ventana de la habitación donde me encuentro y me tardo mucho en entender que diablos ha pasado, me cuesta entender que tan poderosa es Meissa como para conectarse con tres personas en un sueño, un sueño capaz de ser tan real que me sorprende, pues ninguno de los génesis somos capaces de hacer tan magnitud como aquella.
El tatuaje en la parte izquierda de mi dorso se encuentra rojo y adolorido como si una fuerte de energía mucho mayor a la mía, lo hubiera agotado hasta su máximo consiguiendo así que la resistencia de mi cuerpo sea mucho menor que antes. El agua de la ducha me ayuda a relajar cada parte de mi cuerpo, me ayuda a aclarar mis ideas y poner un poco de calma a mi cerebro, el cual no ha parado de preguntarse, ¿quien diablos es la dueña de esa voz?
No tardo mucho en cambiarme, recoger mis cosas y salir en dirección a la habitación de Meissa, la cual se encuentra justo frente a la mía y a la cual le doy un par de toque pero al no recibir respuesta entro para ver si no ha pasado nada grave.
—Meissa —Pregunto antes de sacar una pequeña pistola que siempre llevo conmigo aunque normalmente no la ocupo, pero no recibo respuesta así que camino hasta el baño, donde me detengo al verla de espaldas con un enorme tatuaje sobre su espalda, uno que nunca me había dado cuenta que tenia —¿Que diablos es eso? —Pregunto sin importarme una mierda que no lleve camisa y que solo se encuentre en jeans y sostén.
—¿Que diablos hace aquí? —Me grita al ver mi reflejo en el espejo frente a ella —Lárgate de aquí —Suelta con fastidio antes de pasar una camisa por su cabeza, obstruyen-dome la visión de su tatuaje, el cual solo pude reconocer un par de partes de ellos.
—¿Desde cuando tienes ese tatuaje? —Lanzo la pregunta al verla pasar de mi como si ese maldito tatuaje no significara absolutamente nada para ella.
—Siempre lo he tenido conmigo —Susurra metiendo todas sus pertenencias en su mochila, la cual no tarda en colgar en su espalda para poder enfrentarme —Solo es un tatuaje, ¿hay algún problema con ellos?
—Claro que si —Asiento de inmediato antes de acordar un poco la distancia que nos separa —Tienes dos tatuajes de la creación de la tierra, nadie tiene ni conoce la existencia de ellos así que ¿por que diablos tienes esos tatuajes? —Lanzo la pregunta sin importarme el tono que ocupo ni mucho al distancia que hay entre nosotros.
—No lo se —Susurra acortando aun mas nuestra distancia.
—¿Quien diablos eres? —Susurro pues estamos lo suficiente cerca como para que nuestra respiración se mezclen entre si.
Mis sentidos se nublan por completo y lo único en lo que me puedo concentrar en en sus ojos y en la manera que moja sus labios con la punta de su lengua, la cual me hace desear romper la poca distancia que aun nos quedas y es que la atracción y la electricidad que hay en el ambiente me hace desearlo con mucha mas intensidad de lo que gustaría admitir.
—Es lo que espero averiguar —Da unos pasos atrás alejándose de mi completamente, devolviendo mi concentración a mi cuerpo.
—Es mejor irnos —Sentencio con enfadado al descubrir lo estúpido que he sido anteriormente, pues nunca me había comportado de esa manera con nadie mas que con ella.
Con una completa desconocida capaz de lograr un cambio en mi, capaz de noquearme aun sabiendo la capacidad y los poderes que tengo como génesis pero después de todo eso lo estúpido que logra ponerme cada vez que esta junto a mi.
—¿Cuanto tiempo queda para llegar? —Pregunta después de horas de caminar en dirección a la primer parada, donde podemos encontrar al quinto génesis, capaz de manipular la mente humana.
—Hemos llegado —Suelto cuando nos detenemos en una pequeña cantina, la cual se encuentra a inicios de una pequeña ciudad.
Así que sin posponer esto me encamino hasta el interior de la cantina, donde un par de personas se exparsen por el local entre risas y bromas a causa del alcohol.
—¿Quien se escondería aquí? —Pregunta ella al ver los miles de alcoholizados que se encuentran dentro del lugar a tan temprana hora.
—Alguien como Altair —Señalo en dirección a un grupo de personas quienes apuestan dinero mientras juegan al poker entre ella Altair, quien sonríe al ganar la partida antes de ponerse de pie no sin antes tomar el dinero entre sus manos.
—Ahora entiendo a quien pertenencia esa aura tan poderosa que sentía acercarse —Me saluda antes de voltear a ver a la persona junto a mi —No sabia que tuvieras una compañía tan hermosa como esta señorita.
—No es mi compañera, ella es Meissa —Niego tan afirmación de inmediato, pues no busco tener lazos con alguien como ella —Meissa el es Altair, el quinto génesis —Lo presento, pues entre mas rápido acabo esto mas rápido podemos seguir con la búsqueda.
Editado: 19.07.2021