Había pasado una semana desde aquel acontecimiento, después de siete días habíamos logrado llegar a las afueras de Roma, donde nos encontrábamos listo para descansar antes de llegar a la enorme ciudad en busca de Enid, quien era el cuarto génesis y a la que le encantaba vivir en un lugar tan turístico como lo era Roma.
—¿Que es lo que esta haciendo? —Golpea mi brazo Altair antes de señalar a Meissa, quien se encuentra el el balcón de la pequeña habitación en la que nos encontramos mientras silva en dirección al bosque que hemos dejado atrás.
—Solo está silbando —Me encojo desviando mi mirada de ella, quien parece tener algo que logra acelerar mi corazón con tan solo posar mi mirada sobre ella.
—No parece que este haciendo eso —Vuelve a repetir sin despegar la mirada de lo que sea que ella haga.
—Para mi esta silvando asi que deja de estar molestando —Pido intentando no perder la poca paciencia que me queda.
—Pero es que... —Intenta continuar molestando pero es interrumpido por Baham, quien se encuentra en una pequeña silla en el fondo de la pequeña habitación.
—Lo que esta haciendo se llama "פירמע" que significa "compañia" —Nos informa sin desviar la mirada de ella, quien se mantiene concentrada —Era una de las costumbre que los sextos genesis tenían para consolar, acompañar y demostrar cariño a todos los seres humanos que vivían dentro del bosque, se consideraba un arrullo y solos pocos lograban realizarlo —Nos cuenta sin perder esa expresión de tranquilidad de su rostro a pesar de lo sorprendente que es la información que nos ha dicho.
—¿Tu puedes hacerlo? —Pregunta Altair con curiosidad, recibiendo un leve asentimiento en respuesta de parte del pelirrojo.
—¿Cómo es que ella puede hacerlo, si no es un sexto génesis? —Pregunto, pues nunca había escuchado nada parecido.
—Esa es una pregunta que yo debería hacerles a ustedes, ¿no crees? —Pregunta con Baham fastidio, mientras se acomoda mejor sobre el pequeño sillón, donde le tocó dormir.
—Lo tendremos que agregar a las miles de cosas que aún tenemos que descubrir de ella —Suelto con sarcasmo antes de recostarme sobre mi respectiva cama.
—¿Soy el unico que piensa que ella es increíble? —Pregunta Altair sin obtener respuesta de ninguno de los dos —Como sea —Lo escucho murmurar —¡Meissa, es hora de dormir! —Grita en dirección a la chica, quien detiene su arrullo para entrar en la pequeña habitación, recostandose de inmediato sobre la cama que le toca, cerrando sus ojo de inmediato, dándonos a entender que no le apetece para nada hablar —Hoy todos están de un humor muy irritable, ¿no creen?.
—Si no apagas la luz y no te callas de una vez, te prometo que mi humor irritable se convertirá en uno incontrolable —Amenaza Baham, logrando que apague las luces y que pueda disfrutar placentero silencio por una vez en este maldito viaje.
No tardó mucho en quedarme dormido, es fácil hacerlo cuando las energías a mi alrededor son tranquilas.
—Peter —Escuchó de nuevo esa voz dentro de la obscuridad de mis sueños —Peter —Vuelve a repetir mucho mas bajo que el anterior como si tuviera miedo que alguien más escuchara.
—¿Qué quieres? —Preguntó sin entender la razón exacta por la que esa señora nos une.
—Ayudala —Vuelve a susurrar confundiendome más de lo que ya lo estoy —Ayudala —Repite un tomo de desesperación en su voz.
—¿A quien? —Pregunto, pues no se a quien se refiere.
—Todos quieren lastimarla —Vuelve a susurrar sin sentido —No dejes que lo hagas —La escucho con atencion aun sin entender nada —Ella es la clave —Su voz sube mediando más habla —Ella te enseñara la verdad —Su voz aumenta mas —Ya vienen —Repite aquellas palabras —Ayudala Peter —Comienza de nuevo —¡Despierta! —Grita consiguiendo que despierte de aquel terrible sueño.
Mi respiración es irregular, el sudor que cae sobre mi rostro es alarmante. Todo parece estar mal, los sueños han empeorado con el pasar de los días, las sensaciones han aumentado increíblemente y la presencia de seres astrales y demoníacos han aumentado mucho mas de lo normal.
—Peter —Escuchó en la obscuridad de la habitación, alertandome de inmediato —Peter —Vuelvo a escuchar sin saber que diablos es lo que está pasando —Ayudame —Me concentro en hallar el origen de la voz, encontrándome con Meissa, quien se mueve de un lado a otro con desesperación, mientras susurra cosas en un idioma que no logro comprender.
—Meissa —Me acerco un poco mientras llamó su nombre, el cual no parece funcionar —Meissa —Vuelvo a intentar fracasando de nuevo —Es un mal sueño —Toco su hombro consiguiendo que despierte con el simple rose —Ha sido solo un sueño —Susurro al ver lo alterada que se encuentra, encontrando el interruptor para tener una mejor visión de lo que está pasando.
Pero desearía no haberlo hecho, pues la escena frente a mi es mucho más fuerte de lo que hubiera imaginado. Y es que la cama sobre la cual aun sigue la chica está llena de sangre, sangre que tardó en comprender que es de ella de quien viene.
—Meissa —LLamó intentando romper la distancia pero lo único que ocasiono es que la castaña corra en dirección al baño y se encierre dentro del pequeño lugar —¿Estas bien? —Pregunto a través de la puerta, lo suficiente alto como para ella pueda escucharme, sin importarme que alguno de los demás pueda despertar —Voy a entrar —Le informo al ver que no responde por lo que me adentro al baño sin dudar, encontrándome con ella sobre el suelo, rodeada de sangre que parece salir de alguna parte de su cuerpo —Meissa —Llamó su nombre con desesperación sentándome frente a ella, quien parece estar sufriendo —¿Que ha pasado? —Preguntó sin saber qué diablos hacer.
—Balberith —Susurra con dificultad el nombre de uno de los demonios de primera jerarquía, señalando en dirección al lado izquierdo de su costilla, el cual inspeccionó encontrándome con un símbolo demoníaco que parece estar incompleto.
Editado: 19.07.2021