Genesis

18: Leo

Todo el cuerpo me dolía, no había ninguna parte de el que no me doliera como los mil demonio, la sensación era tanta que me resultaba difícil incluso caminar sin soltar sonidos de dolor con cada paso que daba. 

Así que no sabia de donde sacaba las fuerzas para correr tras de Meissa, todo había dejado de doler en cuando pude sentir el cambio de energía, esa energía que podría reconocer a millones de metros, ahora era capaz de recordar cada fragmento de mi vida por mas pequeño que fuera podía recordarlo, así que me era imposible no correr tras Meissa.

Después de todo la dueña de esa energía era nada mas y nada menos que la hermana de Meissa, era uno de los demonios mas conocidos dentro del inframundo al ser la primera hija de Adán y Eva, quien fue condenada al infierno por culpa de sus padres, quienes eran también los padres de Meissa, quien al ser la segunda hija de ellos, fue bendecida por el Señor para permanecer con el hasta que el momento de enviarla de nuevo llegara.

—¡Meissa! ¡Meissa! —Grito una y otra vez para detenerla pero aun así no detiene su andar que aumenta de un momento para otro dejándome en desventaja sin poder seguirle el paso ante los intensos dolores que regresan a mi con una oleada de energía —¡Detente! —Le pido antes de verla desaparecer detrás de las enormes puertas del lugar.

Agarrándome de la pared a mi lado, para poder seguir, soltando gruñidos de frustración y desesperación.

—¿Qué ha pasado? —La energía del Ángel me informa que es el, el dueño de las manos que me sostienen para que mi cuerpo evite caer con brusquedad sobre el suelo — ¿De quien es toda esa energía? —Me pregunta sin poder concentrarse en la abrumadora energía que invade todo el lugar, sin poder lograr ubicar al dueño de tal poder —¿Es Meissa? —Si esto era una energía poderosa para nosotros, la verdadera energía que Meissa podía llegar a desprender era mucho peor que la de estos momentos, era capaz de acabar con todo ser viviente dentro del planeta.

Algo que solo podía llegar a ser cuando se encontraba en su mejor forma, algo que justo ahora, no era posible, no con la poca energía que desprendía de su cuerpo, no después del proceso tan agotador que habíamos realizado hace tan solo una horas atrás, a penas y podía mantenerse en pie al igual que todos nosotros y el dueño de aquella energía era claramente consiente de ellos.

—Ayúdame a llegar a la entrada —Le pido al no ser capaz de seguir en pie —Necesitamos detener a Meissa —Le doy suficiente razón al Ángel para que comience el camino, ayudándome a mantener el equilibrio a causa de la debilidad de mis extremidades.

Los habitantes se encuentra amontonados uno tras otros, haciendo difícil llegar hasta la entrada del lugar, donde la escena que se desarrolla me preocupa bastante. Demasiado al ver la manera en la que Gabriel, el Arcángel mas poderoso del Cielo, mantiene a Aluka sobre el suelo a pesar de lo herida que este. 

La hermana de Meissa parece estar a punto de desmayarse por culpa de las heridas preocupantes que son visibles en su cuerpo, pero aun así lucha de la misma manera que su hermana, para mantenerse despierta con una sonrisa en su rostro.

—Haciel, Haciel —El Arcángel aplaude con fuerza al percatarse de la presencia del Ángel, quien se toma el tiempo para dejarme en el suelo siendo consiente de la poca energía que me queda para mantenerme consiente —Justo estábamos hablando de ti —El descaro en su tono y en la manera en la que parece divertirle todo esto, demostrando otra faceta de aquellos que seguidores de Dios —Pero Meissa como siempre no me ha dejado saludarte de la manera en la que desearía hacerlo —Una sonrisa llena de ira va dirigida hacia Haciel que parece ignorar las estupideces de Gabriel para intentar averiguar el estado de Alukah, quien sonríe y asiente en respuesta.

—Te he dicho que podías buscarlo por ti mismo —Meissa no se deja intimidar cosa que hace molestar aun mas a Gabriel, quien lo demuestra ante un descarga abrumadora de energía —Pero tu mismo te has negado en hacerlo —Verla provocar al Arcángel en el estado en que se encuentra despierta una sensación preocupante en mi interior.

 Es como verla en sobre una fina y delgada cuerda donde se balancea una y otra vez pero nunca logra caer, soy un espectador mas en la espera de verla cruzar con éxito o caer en el intento. Alguien con intensiones de detenerla pero incapaz de hacer algo ante la situación en la que me encontraba.

—Tal graciosa como siempre —El humor de Gabriel parece aumentar y con ello el intenso agarre sobre Alukah que causa que la chica suelte un par de quejidos ante tal arrebate —Pareces que ni en este tipo de situaciones pierdes tu sentido del humor —La energía a nuestro alrededor es pesada y oscura demostrando el poder de Gabriel que no duda en demostrar su enfado mediante su energía, que hace quejar no solo a uno sino a varias personas a mi alrededor.

Personas normales que eran incapaces de resistir este tipo de energía, que a pesar del duro entrenamiento al que se enfrentaban con regularidad, seguían siendo presa fácil para este tipo de energía que estaba muy encima no solo de su fuerza, sino de la mía misma. 

—Es algo natural —No retrocede ni un poco, se mantiene en el mismo lugar con la misma postura segura y valiente con la que ha podido estar hasta el momento —Pero, ¿Por qué no resolvemos esto nosotros dos? —Se lo ansiosa que se puede encontrar al ver el estado critico en el que su hermana se encuentra, recibiendo una negativa por parte de el Arcángel quien parece disfrutar del sufrimiento de Meissa, quien mantiene sus puños apretados en sus costados.

—Por muy importante que seas, este asunto no tiene nada que vez contigo —Gabriel se encoge de hombros como si en verdad no le resultara tentadora aquella oferta y es que teníamos que ser ciegos para no darnos cuenta de la enemistad que existía entre ellos dos, desde el momento en que ambos fueron creados —Por desgracia y fortuna para ti, hoy solo he venido por el —Señala en dirección a Haciel que parece no estar sorprendido —¿No te ha contado? —Ríe con verdadera gracia como si en verdad hubiera dicho lo mas gracioso del mundo —No sabias que el y tu hermana estaban en una relacion —Puedo escuchar susurros y gestos de sorpresa de todo la gente que aun nos rodea.



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En el texto hay: angeles, demonios, seres sobrenaturales

Editado: 19.07.2021

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