Génesis ( Saga el Hoyo#0.1)

Mas dudas que respuestas

Capitulo 3 (hombres lobos) parte 3

—Tal vez no quería ser encontrada, Cody —dijo, haciéndole frente.

—Quiero saber el motivo de tu huida.

—Para evitar que mi padre te dañe y me utilice —lo enfrentó Meredith.

—¿Solo por eso? ¿O porque no quieres ser mi luna?

—Eres lo más importante que tengo desde que mi madre murió, Cody —le tocó la mejilla, mientras que él la traía a sus brazos—. Y que la diosa luna te pusiera como mi mate, es lo más asombroso que he tenido desde siempre, pero no puedo quedarme a tu lado en este momento.

—¿Por qué dices que tu padre me busca, si Oscar está en la manada buscándote?

—Porque él no es mi padre. Oscar solo ayudó a mi madre cuando quedó embarazada de otra persona, él solo es mi padrastro. Él me quiere como si fuera suya porque me crió y porque era la pareja destinada de mi madre.

Aunque Cody sospechaba que Oscar no era su padre, nunca le pasó por la cabeza preguntárselo, pero ahora que le había contado todo, muchas cosas empezaban a encajar a la perfección.

—Damián —Meredith se alejó de Cody, como si le quemara, y tomó una pequeña mochila que ya tenía algunas cosas para huir, pero Cody le agarró del antebrazo—. Tu padre... ¿es Damián, verdad?

—No, pero es alguien igual que él. ¿Nunca te preguntaste por qué Damián dejó de atacar a la manada y se enfoca en otras especies?

—Siempre me lo he preguntado. Recuerda que mis padres murieron en la última batalla.

—Aunque sé la razón, no puedo decírtela en estos momentos... me tengo que ir antes de que me encuentre —cuando ella intentó soltarse de su agarre, él sostuvo su fuerza en el brazo y la atrajo hacia él.

—No voy a dejar que te vayas, no ahora que te encontré.

—¿Solo me lo dices como mi mate o como mi alpha?

—Se podría decir que por ambas, pequeña Meredith —Cody inició a tocar sus mejillas lentamente, mientras que con la mano con que la tenía sujetada comenzó a soltar su agarre y empezó a tocar su largo cabello castaño, aún sin creer que su mejor amiga sea su mate. Se acercó lentamente, hasta que soltó un pequeño suspiro, para luego impactar sus labios con los de ella, las sensaciones estallaban dentro de los dos, los movimientos de sus labios danzaban un poco lento, para ir aumentando la velocidad en cada minuto.

Aunque los dos estaban disfrutando cada momento del beso, Meredith tomó fuerzas para alejarlo.

—No, Cody, porque si descubres quién es mi verdadero padre, nuestro amor no duraría para siempre.

—¿Quieres dejar las excusas? Ya me cansé de que siempre tengas una, se suponía que éramos amigos, y cuando necesito de tu amistad desapareces de un momento a otro, y si no es por una tonta carta, no me entero de que tú eres mi mate.

—¿De qué carta me estás hablando?

—Estaba haciendo unas cosas de la manada y me llegó una carta anónima donde me explicaba que tú eras mi luna.

—Cody, mi padre me encontró —Meredith, asustada, empezó a llorar y la cosa más extraña ocurrió, el agua del lago dejó de caer y se podía ver la parte de afuera de la cueva, donde se podía notar cómo oscureció de repente el cielo azul—. Tienes que irte, él ya viene y no quiero perderte a ti también.

—No me iré, no puede ser tan malo enfrentar a tu padre que enfrentar a Demian.

—Él te ha utilizado, sabía que me encontrarías.

Meredith aprovechó su cercanía con Cody y le da un golpe que lo deja inconsciente, tomó su mochila y corrió a una de las salidas de la cueva y antes de desaparecer se voltea a ver al chico.

—Prometo contarte todo en el momento indicado —dijo al cuerpo inconsciente de Cody y después desapareció entre las sombras de la cueva.

Cuando el tiempo marcó los dos meses, Cody se desesperaba por no saber nada de Meredith. Lo que había pasado aquel día quedó entre ellos, aunque él sabía que tenía que comentárselo al consejo, pero aún así no lo hizo; la razón no la sabía. En una de sus muchas visitas a la cascada para ver si la encontraba, se sorprendió al ver a Meredith desmayada a un lado de una roca, junto con una carta. Cody no dudó y tomó la carta y a Meredith sobre su hombro, y se encaminó a su hogar.

Después de dejarla sobre su cama, y mientras que esperaba a que recuperara la conciencia, sacó el escrito de su bolsillo y la leyó.

"Cody Watson, aquí te entrego lo que te pertenece, y no es una ofrenda de paz, ya hubo mucho tiempo de silencio y espera, ahora se aproxima una guerra, espero que no seas tan débil como tu padre y tan inútil como tu madre".

Con mucho cariño y amor, tu buen amigo, Damián.

Cody reacciona de manera brusca y se levanta inmediatamente de la cama por tal descripción, estaba furioso caminando de un lado a otro.

—¿Cody? —dijo Meredith al despertar, y Cody, con las dudas y preguntas en su cabeza, lo único que logra decir es: —Tienes mucho que contarme y esta vez no quiero excusas.

Cuando llegó el momento, Cody y sus soldados fueron directo al punto de encuentro para la batalla. Al llegar se encontraron a Meredith, o eso era lo que ellos creían. Cody se sorprendió al verla, pero cuando intentó acercarse a ella, desapareció. Todos se sorprendieron y se pusieron en guardia, ya que eso significaba una cosa.

—Demonios —murmuró Cody.
Los soldados, al escuchar a su alfa, forman un círculo para pelear.

Una risa se escuchó a lo lejos, nadie sabía de dónde venía tal sonido. Los más jóvenes guerreros se asustaron, y cuando las sombras empezaron a rodearlos, unos se transformaron rápidamente, mientras que otros se pusieron en guardia listos para pelear. La tensión se podía cortar con una espada de doble filo, todos pensaron que morirían, pero para su gran sorpresa, una flecha salió de la oscuridad, y esta impactó cerca de los pies de Cody, y este se sorprendió al leer lo que decía:

"Tienes agallas, Cody Watson, pero nunca esperé que tuvieras suficientes agallas para enfrentar a tu suegro, solo por eso te perdono la vida, pronto sabrás de mí".




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