Capitulo 19 (Humanos ) parte 3
Sara se sintió abrumada por la situación. Nunca imaginó que su curiosidad la llevaría a un encuentro con seres que solo había leído en libros. La tensión en el aire era palpable, y su corazón latía con fuerza. Fabiana, con su voz serena, parecía tener el control de la situación.
—¿Qué tipo de plan es este? —preguntó Sara, intentando recuperar el control de la conversación.
—Un plan para encontrar a los de su especie —dijo Dean, con una sonrisa que mostraba sus colmillos—. Necesitamos a alguien que pueda infiltrarse en el mundo humano y obtener información.
Sara se sintió atrapada. La idea de involucrarse con vampiros y licántropos era aterradora, pero al mismo tiempo, su corazón latía con emoción ante la posibilidad de descubrir la verdad detrás de las leyendas que había amado toda su vida.
—¿Y qué pasará si me niego? —preguntó, tratando de mantener la voz firme.
—No te preocupes, querida. No estamos aquí para forzarte. Pero la oscuridad que acecha puede ser peligrosa para aquellos que no están preparados. —Fabiana interrumpió—. Sin embargo, si decides unirte a nosotros, podrías descubrir un mundo que jamás imaginaste.
Sara miró a Fabián, quien parecía tan confundido como ella, y luego a Dean, cuyas intenciones eran difíciles de leer. La decisión que tenía que tomar pesaba sobre sus hombros, pero la curiosidad seguía siendo más fuerte que el miedo.
—Está bien —dijo finalmente—. Estoy dispuesta a ayudar, pero necesito saber más sobre lo que está en juego.
Dean sonrió, y su mirada se volvió intensa.
—Perfecto. Te prometo que no te arrepentirás. Ahora, acompáñanos y prepárate para descubrir la verdad.
Con cada paso que daba hacia lo desconocido, Sara sintió que su vida estaba a punto de cambiar para siempre. La magia, los seres fantásticos y la aventura la esperaban, y aunque el camino estaba lleno de peligros, su corazón estaba decidido a seguir adelante.
Mientras caminaban hacia la oscuridad del bosque, Sara sintió una mezcla de miedo y emoción. La brisa movía las hojas de los árboles, creando un murmullo que parecía susurrar secretos antiguos. Fabiana caminaba con confianza, guiando a Sara y Fabián hacia un destino incierto. Sara se preguntaba qué descubriría en ese mundo oculto, y si realmente estaba lista para enfrentarse a lo desconocido.
El aire se volvió más pesado, y el silencio del bosque se convirtió en un eco inquietante. Sara sabía que estaba cruzando una línea que no podía deshacer. Pero en el fondo de su corazón, sabía que esta era la oportunidad que había estado buscando. La aventura la esperaba, y estaba decidida a descubrir la verdad sobre los seres que siempre había creído que eran solo un producto de la imaginación.
De repente, un sonido rompió el silencio: un aullido lejano resonó en la distancia, y el corazón de Sara se detuvo por un momento. Fabiana se detuvo y miró hacia el origen del sonido, su expresión se tornó seria.
—Es hora de que te prepares, Sara. Lo que está por venir no es un juego. La línea entre el bien y el mal es difusa en este mundo, y tendrás que decidir de qué lado estás.
Sara tragó saliva, sintiendo que su destino estaba más entrelazado con el de estos seres de lo que jamás había imaginado. Con determinación, asintió. Estaba lista para enfrentar la oscuridad.
Mientras avanzaban, Sara notó que el paisaje cambiaba. Los árboles se volvían más altos y densos, y la luz del sol *p*n*s alcanzaba el suelo. La atmósfera se tornaba cada vez más pesada, y un escalofrío recorría su espalda. Fabiana caminaba con una seguridad que contrastaba con la inquietud de Sara.
—Recuerda, Sara —dijo Fabiana—, no todo lo que brilla es oro. La belleza puede esconder peligros inimaginables. Mantente alerta y confía en tus instintos.
Sara asintió, su mente en un torbellino de pensamientos. ¿Qué le esperaba en este mundo oculto? ¿Sería capaz de enfrentarse a los desafíos que vendrían? Con cada paso, la emoción y el miedo se entrelazaban, creando una sensación electrizante en su interior.
Finalmente, llegaron a un claro donde la luz de la luna iluminaba el suelo. Allí, Fabiana se detuvo y miró a Sara a los ojos.
—Este es el punto de no retorno, querida. Una vez que cruces esta línea, no habrá marcha atrás.
Sara respiró hondo, sintiendo el peso de su decisión. Sabía que lo que estaba a punto de hacer podría cambiar su vida para siempre. Sin embargo, la curiosidad y el deseo de descubrir la verdad eran más fuertes que cualquier temor.
—Estoy lista —dijo, y con esas palabras, dio un paso adelante, cruzando el umbral hacia lo desconocido.
La sensación de cruzar ese umbral era electrizante, como si la energía del bosque la envolviera en un abrazo. A medida que avanzaba, las sombras danzaban a su alrededor, y el aire se impregnaba de un aroma terroso y salvaje. La luna brillaba con fuerza, iluminando el camino y revelando detalles que antes habían estado ocultos.
—Bienvenida a nuestro mundo, Sara —dijo Fabiana, su voz resonando con un eco misterioso.
Sara miró a su alrededor, asombrada por la belleza y la extrañeza del lugar. Las hojas susurraban en el viento, y el sonido de un arroyo cercano creaba una melodía suave. Pero bajo esa belleza había una tensión palpable, como si el bosque estuviera consciente de su presencia.
—Aquí es donde se cruzan los caminos de los seres que has estudiado —explicó Fabiana—. Este es un refugio para aquellos que buscan paz, pero también es un lugar donde los conflictos pueden estallar en cualquier momento.
Sara sintió un escalofrío recorrer su espalda. La idea de estar en un lugar donde coexistían tantas fuerzas era abrumadora. Sin embargo, su curiosidad la impulsaba a seguir adelante.
—¿Y ahora qué? —preguntó, sintiéndose un poco más segura.
—Ahora, debes aprender a identificar a los que son como tú y a los que no lo son —respondió Fabiana—. No todos los seres en este bosque son amigables. Algunos pueden ser peligrosos, y otros, incluso, pueden intentar manipularte.