Capitulo 25 parte 3
La oscuridad es algo que siempre permanecerá en Fabiana. No importa lo que haga, siempre está en la oscuridad. Ella no recuerda cómo eran los días soleados y mucho menos los colores que existen; pero sí recuerda la voz de las personas importantes y puede ver lo que nadie puede. Aún recuerda cómo perdió la vista. Para ella, fue el día que entendió que el amor no significaba nada. Los sentimientos ya no los tiene; todo eso murió cuando le enterró un cuchillo al hombre que decía amar. No se arrepiente; al contrario, se regocija cada vez que lo recuerda.
—¿Teniendo lindos recuerdos? —escucha la voz del demonio que podría decirse que la ayudó.
—¿Acaso te importa, Scott?
—La verdad es que no, pero como Fabián salió, me pidió ayuda con cierta terca que no obedece lo que se dice —dice Scott, sentándose en una silla cercana.
—¿Y por eso viniste o por algo más? —Cuando Scott iba a hablar, ella lo interrumpe—: No me digas, ya sé por qué estás aquí... Vienes a despedirte, ¿verdad?
—Odio cuando haces eso. Hay veces que me pregunto por qué no te saqué los ojos.
—Porque sabías que si lo hacías, uno iba a recuperar la vista y eso arruinaría los planes de Damián, y tú no quieres retarlo.
—Damián... Aún no sé qué estás tramando, pero lo que sí sé es que es algo grande.
—Y no necesitas saber lo que tramo, ya que no es el momento de saber lo que se viene.
—¿Al menos me vas a decir cómo vas a recobrar la vista?
Fabiana se levanta de su asiento y, sin tambalearse ni tropezarse con nada, camina hacia la ventana para sentir los rayos del sol. Se toma un momento y suspira antes de responder.
—El día que la niña abra sus ojos por primera vez será el día en que no solo vea lo que hay a su alrededor, sino también la destrucción o la libertad de los universos.
Fabiana siente una mezcla de ansiedad y esperanza. La idea de que una nueva vida pueda cambiarlo todo la inquieta, pero también la llena de un extraño propósito. En su mente, imagina el futuro de esa niña, una pequeña que podría ser la clave para desatar un caos inimaginable o, por el contrario, traer la salvación.
—¿Y qué pasará con nosotros? —pregunta Scott, su voz ahora más seria—. Si ella resulta ser una amenaza, ¿qué harás?
—No lo sé —responde Fabiana, volviendo su mirada hacia él—. Pero sé que el destino de todos está ligado a ella. Lo que ocurra dependerá de las decisiones que tomemos.
Scott asiente, comprendiendo la gravedad de la situación. Sabe que Damián es un jugador astuto y que su deseo de control podría llevar a consecuencias devastadoras.
—Eso es precisamente lo que me preocupa. Si Damián se entera de que la niña es más de lo que aparenta, no se detendrá ante nada para apoderarse de ella.
—Entonces, ¿qué propones? —pregunta Scott, su tono ahora más grave.
—Debemos encontrar una forma de protegerla. No solo de Damián, sino de todos los que buscan aprovecharse de su poder. Necesitamos un lugar seguro donde pueda crecer y aprender a controlar lo que tiene.
—¿Y quién nos ayudará? —interroga Scott, escéptico.
—Hay otros como nosotros, aquellos que también buscan un equilibrio en este caos. Tal vez podamos unir fuerzas. Pero debemos actuar rápido, antes de que sea demasiado tarde.
Scott se levanta, sintiendo la urgencia en las palabras de Fabiana.
—De acuerdo. Comenzaremos a buscar aliados. Pero también debemos estar listos para enfrentarnos a Damián si es necesario.
Fabiana siente una chispa de esperanza encenderse en su interior. A pesar de la oscuridad que la rodea, hay una luz que comienza a brillar. La llegada de la niña podría ser el cambio que tanto anhelaba, y aunque el camino por delante es incierto, sabe que no está sola en esta lucha.
—Juntos, enfrentaremos lo que venga —afirma Fabiana, su voz firme y decidida—. No dejaremos que la oscuridad nos consuma.
Ambos comparten una mirada de complicidad, sabiendo que el futuro está lleno de peligros, pero también de posibilidades. La batalla por la libertad de Génesis está a punto de comenzar.
Damián se encontraba en su trono, mirando la nada, cuando Jack y Steve se acercaron a los pies de la escalera. Ante Damián, uno se arrodilló por respeto a su señor, mientras que el otro solo se cruzó de brazos, esperando que el demonio dijera para qué lo mandó a llamar.
—Falta poco para el nuevo nacimiento de tu hija, Jack. ¿Ya tienes el nombre?
—Sí, se llamará Génesis —responde de inmediato Jack—. Y el varón, Abran.
—El varón no me importa mucho. ¿Ya están todos preparados para el nacimiento de Génesis?
—Todo está listo. A Cristiano ya le entregaron los diamantes, así que en un rato se los entrega a Steve.
—Las inyecciones ya están listas. Solo falta el nacimiento del hijo de Cody y todo estará en su lugar...
—Mi señor, disculpe que me entrometa, pero me podría explicar, ¿por qué está tan feliz por el nacimiento de la niña y por el pequeño alfa que nacerá? Con todo respeto, pero ella podría ser el final de muchos de los nuestros —interrumpe Steve, aún de rodillas.
—Levántate, Steve. —Cuando la orden sale de la boca de Damián, Steve obedece de inmediato—. Respondiendo a tu pregunta, tengo planes para el próximo alfa real, al igual que con mi sobrina, pero eso nadie lo puede saber aún.
Damián se reclina en su trono, una sonrisa en sus labios. La anticipación lo consume. La llegada de Génesis no es solo un evento; es un punto de inflexión. Con ella, planea reescribir las reglas del poder y la dominación.
—¿Te imaginas lo que significará su nacimiento? —continúa Damián—. Con su poder, podré consolidar mi dominio sobre todas las especies. Nadie podrá cuestionar mi autoridad, y aquellos que se atrevan a hacerlo enfrentarán las consecuencias.
Jack y Steve intercambian miradas, comprendiendo la magnitud de lo que está en juego. La atmósfera en la sala se vuelve densa, cargada de tensión y determinación.