Georgia

11

Cole consiguió quedarse al lado de la mesa de comidas, era una debilidad para él estar junto a la comida, preferiblemente, el salmón y los camarones. Por otro lado, Nora perseguía a Eros por todos lados, fracasando en hablar con él o ligar. Y, yo, estaba perdida en mis pensamientos. Dionisio hizo que mi gusto por los vinos tuviera éxito, ya no sé cuántas copas tomé de esos vinos que no sé de dónde salían. Cinco vinos tintos diferentes, cada uno tenía algo especial. Estaba sentada en una de las mesas, jugando con mi teléfono y Ares no lo vi en ningún lado, creo que se esfumo como una bala de la fiesta. Noté que alguien estaba mirándome entre las personas, cuando nuestras miradas se encontraron se acercó decidido a hablar conmigo. Era un joven de unos treinta y tantos, de cabello castaño claro. Su mirada era fría, distante pero atractiva.

-Veo que estás sola-dijo él, sentándose en la otra silla.

-Bueno, mis amigos están algo ocupados.

-¿Te refieres que ese chico que no deja de comer, y la chica que persigue a Eros como loca enamorada?-dijo el hombre sencillamente, no supe que decir-. Si, son los únicos mortales que mi sobrino invito.

-Creo que no entiendo-le susurré- ¿Realmente, son dioses o los padres de todos están trillados?

El joven hombre rompió en una risa burlona, arquee una ceja. Se recupero de la gracia de mi confusión, se disculpó y me mostró su mano, donde tenía varios tatuajes. En sus dedos, las letras formaban la palabra; Hades. Rodee los ojos, me acomodé en mi silla esperando que solo estuviera soñando y nada más, esperaba que el alcohol hiciera efecto y me durmiera sobre la mesa.

-Solo, mostramos nuestra verdadera forma a quienes vale la pena hacerlo-dijo el nuevo dios delante de mí. El rey del Inframundo-. En mi caso, no querrás verme realmente.

-Lástima-dije con una mueca- Me imagino que te conviertes en un hombre lleno de llamas con una guadaña.

-Casi...-sonrió- Pero, no te conozco para mostrarme cómo realmente soy.

-Entiendo, los mortales podemos enloquecer si vemos algo anormal-dije con una mueca.

-O, pueden sacar provecho de nuestras esencias verdaderas-prosiguió Hades- ¿Por qué Ares te invito a una fiesta de un semidios?

Me hundí de hombros, la musica estaba inundando mis sentidos y miré a mi alrededor. Había gente bailando, otros seguían comiendo como Cole. Pero, no vi a Nora por el salón, capaz consiguió que Eros le prestará atención después de estar dos horas caminando por conversar o ligar, lo que sea. Hades se despidió cuando un hombre bastante alto, con un traje blanco subió a la tarima para empezar la bievenida, o lo que fuera que representará esta fiesta. Cuando alguien entre los invitados llamo mi atención, me levanté tomando mis cosas y fui directamente a Jordan Mark, toqué su hombro y se giró hacia mí.

-¿Qué haces aquí, Georgia?-dijo mi jefe.

-Ares me invito con mis amigos.

-¿Por qué te invitaría ese canalla?-dijo para sí mismo.

-Lo mismo me pregunto, no lo veo desde que llegué...hasta que apareció Dionisio y sus vinos.

-Oh, claro-dijo mi jefe pensativo, me miró un momento y sonrió- Estás guapa, querida.

-Gracias...

El salón se quedo en silencio, la música se detuvo y el hombre de blanco comenzó a hablar, nombrando el Olimpo como el honor a esta fiesta, hizo una introducción larguisíma sobre guerras y amores fracasados de un tal Ashton Grey con Selene en una de sus batallas en Vietman. Así hasta que un hombre de unos setenta años, subió a la tarima acompañado de dos mujeres jóvenes, parecía traer la naturaleza con ellas en sus ojos y cabellos peinados en coronas de flores. Ashton pidió silencio para hablar sobre su honor a ser un guerrero, llegando a ser reconocido en el Olimpo.

-Jordan...¿Quiénes son tus padres?-pregunte con temor.

-Mi madre es Atenea.




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