Get Backers - ¡descontrolados!

Capítulo 9: "Este vampiro no te chupa, ¡te electrifica!"

Volviendo al punto desde donde nos quedamos, los muchachos ahora se encontraban en graves problemas al enfrentarse con el recién despertado: emperador relámpago. Es así como se relató en el capítulo anterior, los chicos se habían separado, y cada uno decidió actuar por su cuenta debido a la falta de un plan.

—¡Agujas de presión! —gritó Jubei alertando así a Amano, quien, en un rápido giro, hizo que las agujas se dispersaran, aunque fue más que nada gracias a la electricidad que rodeaba su físico—. ¡Fallé!

—¡Yo te cubro Jubei! —avisó Kazu. De un salto, apareció delante de su guardián, y una vez ahí, usó otra de sus habilidades—. ¡Técnica de la escuela Fuuchouin: ataduras malditas! —los cascabeles de la chica sonaron, lo cual motivó a sus hilos a dirigirse hacia su oponente, quien volvió a despejar su vista al darle un manotazo a sus cuerdas, volviendo así a incinerarlas por el choque—. ¡Ah! ¡No puedo creerlo!

—¡Mordedura de serpiente! —gritó Ban mientras volaba hacia Ginji, el cual no tuvo otra opción que esquivarlo en cuanto lo tuvo cerca, y debido a las arremetidas tan rápidas que el otro le daba, le estaba costando evitarlo.

—¡Apariencia de 100 bestias, apariencia de tigre! —los ojos de Shido cambiaron y fue a combatir justo al lado de Mido, logrando así confrontar más fácilmente al rubio, quien no dejaba de retroceder hasta que su espalda chocó contra la pared.

—¡Lo tienen acorralado! —gritó felizmente Kazuki al ver la escena, pero no se esperó, que Amano se agachara y los esquivara apenas sus amigos arrojaron su golpe de puño contra él, obteniendo como resultado que los chicos traspasaran el muro que tenían ahora por delante.

—Es demasiado habilidoso —expresó con cierta impresión en su voz Jubei.

—¡Diablos! —gruñó el de lentes observando cómo ahora el rubio se preparaba para contra atacarlos.

—¡No puedo sacar mi mano! ¡Hemos quedado atrapados entre los escombros! —gritó Shido quien intentaba liberarse con desesperación al igual que Ban. Desde aquí, la cosa no pintaba para nada bien, pues fue aterrador para esos dos cuando sintieron un agarre que se instaló en sus torsos detrás de ellos, el cual provenía de Ginji. Poco después, su oponente mostró claras señales en sus manos, que indicaban que muy pronto vendría una gran descarga de su parte. Sin embargo, no todo estaba perdido, ya que Kazuki no permitiría que sus compañeros fueran asesinados, así que lanzó una vez más sus hilos, y en esta ocasión, atrapando a los chicos desde la cintura y logrando así liberarlos de su propio descuido de un tirón, aunque el resultado de eso afectó la ropa de aquellos dos, dejando a Amano con un trozo de éstas en cada mano.

—Eso estuvo cerca —afirmó Ban suspirando y limpiándose el sudor de la frente.

—Muchas gracias Kazuki —comentó Shido.

—No hay problema —avisó la mencionada.

—Hay que detenerlo, y tengo una idea para eso —dio a entender Mido—. Chico mono, sígueme como antes —al de lentes le tomó un instante relatarles su plan a los muchachos, quienes asintieron ante sus indicaciones, y qué bueno que fue una estrategia bastante corta, porque Ginji apenas arrojó los girones de la ropa, no les dio tiempo a hablar ni un minuto más, ya que sus rayos volvieron a ser dueños del suelo que pisaban. Para este punto, ya se había perdido el número de veces que tuvieron que dividirse, pero así lo hicieron otra vez. Por otra parte, la serpiente y Fuyuki, se lanzaron hacia el emperador, y aunque arremetían a lo loco, esto no fue suficiente, ya que Amano concentró una parte de su poder en su cuerpo y lo expulsó con fuerza, logrando así apartarlos. Sin embargo, esa maniobra no le serviría por mucho al vampiro, ya que las agujas de Jubei aterrizaron muy cerca de él haciendo que se distrajera, por lo que entonces, los hilos de Kazu entraron una vez más en acción, y finalmente, lo ataron. No obstante, debían actuar rápido porque seguramente los hilos serían quemados en cualquier momento, así que Ban se adelantó y se paró frente a su poseído amigo.

—¡Es hora de sacar a ese bastardo de tu cabeza Ginji! —Ban se quitó sus anteojos liberando el Jagan, logrando así sumir en un sueño profundo a su compañero.

***Cambiando de escenario al interior de Gin…***

Ban se encontraba ahora caminando en un angosto pasillo, el cual parecía realmente interminable, aunque también era tan pálido, que cegaba la misma visión del que cruzaba por el mismo; sus delgadas paredes, daban la sensación de que allí habitaba una amarga soledad, y que su fino como sencillo revestimiento, daba la sensación que con el mínimo rose, se rompería.

—¿Ginji? —su voz hizo eco en los muros de ese largo corredor, y siguió marchando haciendo sonar sus zapatos en el acomplejado sitio, hasta que llegó a una sala en donde su amigo, el rubio, estaba atado con cadenas a una de las paredes, y poseía una vestimenta… un tanto comprometedora: tenía una única prenda, la cual era una camisa que le llegaba a cubrir apenas sus caderas.

—¡Ginji! —gritó el castaño con desesperación, quien se apresuró a llegar con su amigo, para luego sujetar las cadenas, y romperlas con su brutal fuerza. Al momento siguiente, su allegado casi cae al suelo, pero afortunadamente, el de lentes lo atrapó en pleno aire. La manera en que Mido había entrado, junto a los demás movimientos que produjo, despertó al pobre chico de su letargo, por lo que los ojos de Ginji lo observaron desconcertado, y entonces reconociéndolo a duras penas, preguntó por él.

—¿Ban? —murmuró Amano, tomándose de las vestiduras ajenas con pocas fuerzas.

—Por fin te tengo —le comentó sujetando más firmemente al otro; en los ojos de Mido, se expresaba una preocupación más que genuina por él, pues sus orbes color cielo, temblaban.

—¿Qué pasa? ¿En dónde… en dónde se supone que estamos? —dijo el rubio mirando a sus alrededores.



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En el texto hay: fanfic, aventura, get backers

Editado: 07.12.2020

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