Get Me Out Of Hell (sácame del infierno)

Fourteen: Elegida y otras desgracias.

Laurent no ha dejado de mandarme mensajes amenazantes desde que sucedió el alboroto en la empresa.

Ese día la sacaron de forma humillante y muchos hasta la grabaron y postearon “la forma humillante como terminó la gran Laurent Stone”. Fueron y son unas semanas muy estresantes, todavía no recuerdo la última vez donde me la pasé metida tan seguido en la empresa.

Además de eso hay que sumarle que Dereck no deja de ir a mi casa solo para mirarme la cara durante dos horas seguidas y después irse sin decir absolutamente nada.

¡Ahhh! ¡Creo que voy a morir!

—¿Clary?

Me sobresalto al escuchar el llamado tan cerca de mi oreja. Me doy la vuelta encontrando a Julia sonriéndome suavemente.

—Hola… —susurro después de bostezar.

Julia me observa con un poco de lastima.

—Cariño, deberías irte a casa, ya son casi las doce, debes dormir un poco —coloca una mano en mi espalda dándome una pequeña caricia—. Has estado muy abrumada estos días.

—Sí…

Ella tiene razón, tengo tanto sueño…

»Sí…

Julia se ríe al verme tan soñolienta.

—¿Te llamo un taxi? —pregunta dejando su bolso encima de mi escritorio y sacando su celular del bolsillo.

Niego.

—Yo vine en mi auto.

Julia abre sus ojos mirándome como si fuera tonta.

—Estás que te caes del cansancio, no puedes conducir así —niega—, no señor.

Ella toma mi celular y yo la veo sin entender qué hace, segundos después me sonríe y vuelve a colocar mi celular en su sitio y acomoda mis cosas.

—Ya llamé a alguien para que viniera por ti, tampoco es muy seguro enviarte en taxi, quizás te quedes dormida.

La escucho y la escucho pero entre tanto me voy quedando dormida, el empujón de Julia me sobresalta.

»Lo siento —dice bajito—, como aún estás en la empresa puedes dormir un rato mientras vienen por ti. Yo tengo que irme. Descansa cariño, no te excedas.

Por último deja un suave beso en mi cabeza y se va.

Unos minutos después de que se fuera yo no aguanté más y finalmente me dormí.

 

****

 

Cuando desperté por los maullidos de Copito me encontraba desorientada.

Recuerdo que estaba en la empresa, pero ahora repentinamente estoy en mi departamento.

Iba a levantarme de la cama hasta que caí en cuenta que había alguien más conmigo, esa persona estaba detrás de mí abrazándome por la cintura con tanta fuerza que no podía moverme mucho.

Estallé en un sudor frío al imaginar cosas horribles después de que me quedé dormida ayer. Se supone que estaba en la empresa ¿no? Entonces nadie pudo haberme sacado de allá sin que algún guardia se diera cuenta, por lo menos no alguien sospechoso.

Giré un poco mi cabeza para poder ver a esa persona que tenía su frente apoyada en mi hombro y su respiración caliente no hacía más que ponerme nerviosa.

Pero los nervios explotaron al darme cuenta que se trataba del mismísimo Dereck.

¿Qué hace él aquí?

Oh mierda…

¿Será que…? ¡No! ¡Imposible! ¡Absolutamente ridículo!

Deja de pensar estupideces Clarisa.

—No divagues.

—¡Ah! —solté un grito al escuchar su voz ronca cerca de mi oído, sus labios rozaban mi oreja.

Dereck rió haciendo que me estremeciera.

—¿Cóm…cómo termi…terminamos as…así? —¡Por qué mierda estoy balbuceando!

Dereck volvió a burlarse de mí estruendosamente.

—Pues anoche estaba muy relajado en mi casita hasta que me llamaste —¿eh? Yo nunca lo llamé. Dereck rió y se acurruco más contra mi espalda volviéndome consciente de lo caliente que se encontraba su cuerpo—. Resulta que no eras tú, fue una mujer llamada Julia que estaba preocupada porque estabas a punto de quedarte dormida y no tenías cómo volver a casa.

Oh, Julia. Ella es muy linda. Agradezco que fue ella la que me encontró en ese estado.

El demonio bostezó.

»Me pidió muy amablemente que fuera por ti, así que no me pude negar. Cuando llegué estabas profundamente dormida, por suerte eres ligera.

Lo golpeé con el codo, sin embargo me sentía mucho mejor al saber que fue él quien me recogió.

»Awww, ¿Clary ya se enamoró de mí?

Me paralicé al escuchar la idiotez que salió de su boca.

—No digas nada más —lo corté—. Mejor suéltame, debo alimentar a Copito.

—Ya le di de comer —respondió simple sin hacer el menor movimiento de liberarme.

—Oh… supongo que gracias… por todo.

Durante un instante toda mi habitación quedó en silencio, creí que quizás Dereck se había dormido, pero me sobresaltó al reír por sexta vez tan cerca de mí.

—¿Cuál gracias? ¿Crees que un demonio hace favores sin recibir algo a cambio?

—¿Dereck…?

¿Qué mierda? Entonces no me hubieras ayudado, tampoco es como si lo hubiera pedido.

Sin embargo él me ignoró y me volteó en la cama con brusquedad quedando encima de mí.

El movimiento repentino me dejó aturdida, no reaccioné hasta que sentí algo húmedo contra mis labios. Cuando me fijé bien mis ojos se abrieron asombrados.

Dereck me estaba besando.

¿Qué?

¡¿Qué?!

Estaba tan sorprendida que no podía seguirle el ritmo, el demonio abrió mi boca sin importancia y adentro su lengua para después chupar lentamente mi labio superior. Gemí conmocionada cuando mordió ese mismo labio y volvió a meter su lengua explorando profundamente y llenándome de su sabor dulce y embriagante.

Me estaba asfixiando de lo bien que se sentía.

La mano de Dereck se posó detrás de mi nuca levantando mi cabeza ligeramente para profundizar aún más el beso, yo no podía dejar de jadear en busca de aire, mi cuerpo entero estaba temblando.

En el momento en que casi caigo desmayada por la falta de aire Dereck por fin se detuvo, pero eso no evitó que siguiera besando las comisuras de mis labios y mi barbilla mientras hablaba.

—Ya sé cómo hacer para que ambos podamos compartir tu alma sin problemas —su voz sonaba tan tranquila… lo envidié.



#10808 en Fantasía
#4288 en Personajes sobrenaturales
#5483 en Joven Adulto

En el texto hay: comedia, romance, demonio

Editado: 06.01.2022

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.