Ghost

Se fuerte

Al llegar al rancho y pensar que ya no estaban ni su mamá, tampoco papá la tristeza lo invadió, camino lentamente a la casa abrió la puerta formuló una imagen de su madre saludándolo diciendo que ya mismo estaría la comida, su padre sentado la silla diciendo otro gran día de trabajo verdad hijo.  Las imágenes se desvanecieron y la casa quedó en completo vacío, el único sonido que se escucha era la lluvia que chocaba contra el techo, Juan cayó tendido al suelo llorando se quedó dormido a la mañana siguiente se despertó, pero no hizo ninguna actividad no vio a los animales, tampoco fue a trabajar al taller.

Lo mismo ocurrió el día siguiente y el siguiente así hasta que se completó una semana, la gente del pueblo comenzaba a preocuparse. Juan no aparecía por lo que don Jacinto y el padre Fernando el párroco, del pueblo fueron a verlo al rancho imaginando lo peor, entraron a la casa y lo vieron sentado en una silla con la misma ropa del día del entierro.

Se acercaron a él tenía los ojos rojos e hinchados se sentaron alrededor de él y don Jacinto tomó la palabra.

– ¿Qué haces muchacho te quedarás ahí sentado o continuaras con tu vida?

Tus padres no hubiesen querido que estés aquí lamentándote hijo. Sin hacer nada – comento el padre Fernando

El los miro a los dos y dijo.

– ¿Qué haces? Cuando pierdes lo único que tenías a tu lado, lo único que querías proteger y lo pierdes

– Sigues adelante, tú sabes que está vida no es para siempre, Dios nos da la vida y es el único quien nos la puede quitar – fueron las palabras del padre

– Pero… ¿Por qué me los quito?

Él no te los quito, ellos aún están contigo talvez no en forma física, pero lo están, ellos ahora son tus Ángeles de la Guarda. Así es chico tu estas pasando por un tiempo duro, que no durara para siempre. Sabes que es lo que dura para siempre las personas duras, fuertes y tú lo eres chico – dijo el padre

Juan levantándose dijo – Tiene razón mi mamá, y mi papá no les gustaría verme así voy a seguir adelante gracias don Jacinto, gracias Padre

– Y ahora, ¿qué vas hacer? – hablo don Jacinto

– Ahora me daré un baño, mañana me iré a la ciudad de los Cedros por los exámenes de mi papá

– Entonces el miércoles te espero en el taller, Juan

– Claro, trabajare un por un tiempo con usted luego me dedicare a este rancho cumpliré el sueño de mi padre. Hare prosperar sus tierras.

– Claro que puedes hacerlo Juan – hablo el padre

Al día siguiente.

Juan se despertó a la hora de costumbre cinco de la mañana, tomo una escoba realizó el aseo de la casa en veinte minutos, fue al gallinero tomo dos huevos para desayunar acompañado de pan, leche y choclo. Salía el sol se dirigió al ganado a ordeñar a las vacas y ponerlas en un lugar con hierba, arrojó maíz para los pollos, terminado las labores se aseo para viajar a la ciudad tomo su bicicleta para ir al pueblo y tomar el bus que vaya a la ciudad.

El bus pasaba donde habían atropellado a sus padres al llegar allí se quedó mirando el lugar por unos momentos, aunque ya no se entregaría al llanto, respiró profundamente y se alejó del sitio se dirigió taller de don Jacinto a encargar su bicicleta. – Déjala junto al carro. Que se encontraba al fondo. – comento don Jacinto. Salió a la carretera y espero unos minutos hasta que llegó el bus.

El bus lo dejó en el terminal terrestre, Juan tomo un taxi partiendo al hospital Esperanza al entrar decidió subir las escaleras en lugar del ascensor en su camino miraba a una familia junta esperando los resultados o preparándose para los exámenes, justo como él estaba hace unos días atrás. Finalmente llegó al consultorio del doctor Erick Sandoval tocó la puerta y entró, pero él estaba atendiendo a otro paciente y le pidió que esperará unos minutos.

Salió y se sentó la en sillas afuera del consultorio quince minutos de su salida el paciente que estaba antes emergió del consultorio y él ingreso a dentro

– Buenos días doctor vengo por los exámenes de mi padre

– Si ya los tengo aquí, que bien no vino el día exacto. Se tardaron más de lo normal.

Escuchar esas palabras sintió un golpe en el pecho sus ojos comenzaban a mostrar tristeza, bajo la cabeza para no mostrar ningún rastro de dolor y se sereno controló la situación.

– Los exámenes de su padre muestran que su corazón está débil tiene cardiomiopatía dilatada, así que le pediré que traiga a su papá para un tratamiento.

– Ya no es necesario doctor, me quedaré con los exámenes. Gracias

– ¿A qué se refiere con eso? Su padre debe someterse a tratamiento.

Juan con la voz grave pronuncio – No es necesario doctor

Hubo silencio él doctor lo interpreto y entendió, que su padre había fallecido.

Lo siento mucho te doy mis condolencias a ti, a tu madre.

Juan se levantó y en la puerta dijo – Ella tampoco necesita sus condolencias, pero gracias de todos modos.

El doctor Sandoval supo que no sólo su padre sino también su madre había fallecido, la pregunta era ¿Cómo? Salió de su consultorio y alcanzó a ver a Juan bajando las escaleras el caminaba y formulaba teorías acerca lo ocurrido, lo alcanzó a mitad de las escaleras.



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En el texto hay: primer amor, venganza y justicia

Editado: 22.09.2021

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