Ghost

Paciente y Celos

En la Universidad Ester no podía ocultar su felicidad porque sabía que Juan quería volver a verla al igual que ella a él, sentía mucha felicidad y se reflejaba cada instante sus compañeros y profesores de clase lo notaron.

Su profesor noto este comportamiento y pregunto – señorita Ester. ¿Pasa algo?

– Ehh…  No, nada profesor. Solo estoy contenta

– Eso veo, como esta tan feliz, me traduce la lectura por favor

– Si claro.

Pero no había ni sacado su libro de inglés, al notarlo se sonrojo y toda la clase soltó una carcajada.

– Lo siento profesor, estoy…. algo distraída

– Eso parece, preste más atención

– Si profesor, lo siento.

Su profesor la miro algo intrigado ya que era la primera vez que Ester se portaba así las clases continuaron para suerte esa sólo era la tercera clase y como ya la llamaron la atención en una decidió, no correr el riesgo de que vuelva a pasar. El resto de sus horas transcurrió con normalidad ponía atención.

Sus amigas notaron el extraño comportamiento de Ester y no dudaron en atacarla con preguntas, para obtener respuestas. ¿Qué pasa?, ¿Por qué estas así?, ¿Es extraño eso de ti?

– No, nada…. Solo estaba pensando

– Si, ya me imagino en ¿Quién? Estabas pensando, – comento Aurora

– ¿En quién? – pregunto Elizabeth

Todas estaban intrigadas por saber

– Chicas no es obvio. Ester estaba pensando en el chico, que conoció en San Juan, recuerdan que la señora de la cafetería nos dijo que era muy guapo y Ester dio fe de ello.

– Como quisiera haberte acompañado, para conocerlo. – repuso Diana

– ¿En qué chico? Era Bruno quien había aparecido de la nada y escucho la última parte de la conversación y nuevamente pregunto. ¿En qué chico?

– Nadie que sea de tu importancia

Bruno estaba tenso, y una gran inquietud se apoderó de él.

– Claro que es de mi importancia, quiero saber quién es mi rival en el camino por tu amor.

– Dejemos las cosas claras. Tú no me interesas. Y ustedes no se les ocurran abrir su boca. Me voy, tengo trabajo. Dicho esto, se subió a su carro y se fue.

Llego al hospital cambió su vestimenta y a cumplir sus labores, entro al cuarto de Juan, pero él no estaba y tampoco la silla de ruedas que la había dejado ¿A dónde se fue? Se preguntaba. Y dándose cuenta sabía que estaría en el baño, dándose media vuelta la puerta de la habitación se abrió era él en la silla mirándose uno al otro.

– Me buscaba – lo dijo en tono suave y curioso.

– Debería pedir ayuda cuando tenga, alguna necesidad. No puede estar haciendo esfuerzos físicos mientras se recupera.

– Ya le dije que no soy un niño

– Por la forma en la que actúas veo que lo eres. Sus palabras eran fuertes, Juan noto esa particularidad de hablar de ella, que en el poco tiempo que la conocía no era propio de Ester.

– Le sucede algo, - su tono era de curiosidad

– No ¿Por qué? lo dice

– Bueno…. En este pequeño lapso de tiempo que la conozco, usted nunca hablo tan fuerte como hoy. Y para colmo, parece que se viene a desquitar conmigo.

– Claro que no, además usted no me conoce como soy.

Juan se acercaba a su camilla a descansar dijo – Entonces yo me imagino cosas. ¡Ah! a propósito no se necesita de mucho tiempo para saber cómo es una persona

– Pues yo si se, diferenciar a las personas rápidamente y tú eres un creído, arrogante.

Juan subió a la cama, se acomodó y soltó estas palabras – si eso es todo, gracias por su visita, ya sabe dónde está la puerta. Estas palabras molestaron aún más a Ester que salió de la habitación más enojada de cuando llego, el resto del día transcurrió mal la convivencia que tenían termino mal ya ni siquiera sus miradas se cruzaban. El mal estado de Ester seguía en la Universidad estaba molesta, por algo todos sus compañeros lo sentían, pero no sabían cuál era la razón peros sus amigas Aurora, Diana y Elizabeth sí que lo sabían. Ellas sabían que Ester estaba molesta con lo de ayer cuando Bruno la vio como un premio al saber que ella estaba interesada por un chico que había conocido durante el censo, sin embargo, había algo más ahí, una razón que ellas no entendían bien.

Para no causarle más enfados se abstuvieron de hacerle preguntas el día paso, rápido pero el humor de Ester lo empeoraba hasta en el trabajo se reflejaba su mal humor.

Ester decidió disculparse con sus amigas por comportarse como lo había hecho era insoportable, para ella y las personas que la rodeaban. Sus amigas aceptaron las disculpas, pero querían saber, porque estaba aún más molesta que nunca, pero Ester evadió la pregunta diciendo que tenía que ir a trabajar, subió a su carro, bajo la ventana en la noche las llamare. En camino pensaba que también debería disculparse con Juan.

En el hospital se cambió su ropa y dirigiéndose al cuarto de Juan, al abrir la puerta se llevó una gran sorpresa al ver que había visita una chica de cabello rizado, alta de aproximadamente uno sesenta y tres, de piel trigueña y ojos cafés muy linda.



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En el texto hay: primer amor, venganza y justicia

Editado: 22.09.2021

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