A la mañana Juan bajo al mercado del pueblo a hacer compras para la semana, no sin antes dejar haciendo su trabajo en el rancho, aún no podía manejar su bici por lo que bajo caminando hasta el mercado por otro lado la caminata le serviría como terapia física. En el mercado compró carne, legumbres, aceite, queso, arroz básicamente una canasta familiar. Necesito ayuda la llevar sus víveres hasta una camioneta que le hiciera una carrera, paro un carro el de don Gustavo, amigo de su padre y madre bajo de inmediato a ayudarlo a subir las compras.
– Vamos chico
– Gracias don Gustavo
El carro se puso en marcha al rancho – veo que ya estás bien
– Aún no puedo cargar el peso de mis compras. Pero si he mejorado
Don Gustavo – ¿Cuándo cosechas chico?
– Dentro de tres semanas salen las papas el choclo aún falta.
Don Gustavo: véndeme unos cinco sacos de papas.
– Claro yo le llamo cuando estén
Llegaron bajaron los víveres, Juan sacó de su bolsillo un billete de diez para pagar la carrera don Gustavo los tomo dio la vuelta y se fue del rancho, Juan usando su brazo bueno tomo algunas fundas que si podría llevar depositándolas en la mesa de la cocina colocaba cada cosa en su lugar víveres, utilices de aseo de la casa, ropa y personal.
Como era su costumbre los domingos no cocinada el almuerzo se limitaba a hacer más limpieza del hogar, lo único que llevaba a su boca era una manzana o cualquier fruta en la cocina, y lavar su ropa y tenderla todos esos deberes lo realizaba cuatro o cinco de la tarde regresaba al pueblo a pasear ir a las canchas de boli, comer unas tortillas con café e ir a la Iglesia a escuchar misa. Esa era su rutina los días domingos, pero antes lo realizaba con sus padres, terminada la misa tomo un carro hasta la casa al llegar envío un mensaje a Ester pasando el informe del día, para que ella no se hiciera malas ideas en su cabeza y al igual ella le informo de toda su actividad del día. Fue a pasear con sus amigas que la atormentaron con preguntas ¿Qué estará haciendo Juan? ¿Tal vez está coqueteando con otra chica? ¿Seguro que es un picaflor que va de flor en flor?
En la mañana Ester entraba a la Universidad con sus amigas y se encontró con Bruno quien le pidió hablar a solas, sin embargo, ella a negó afirmándole que no tenían nada de qué hablar con él, mientras se alejaban Bruno soltó sus palabras en tono autoritario pidiendo explicaciones que él se merecía.
– ¿Por qué lo elegiste?
– No es de tu incumbencia – se negaba a dar explicaciones que no debía dárselas
– ¿Por qué?
– Mira…
Bruno cortándole la palabra a pronunció – no niego que es atractivo. Pero ¿Por qué lo escogiste? A caso tiene mejor posición que yo. Estudia tu misma carrera.
– Escucha sólo te voy a decir que. Él tiene las características que me gustan, alguien sencillo, que siempre se ha valido de su mismo para salir adelante. Ahora si me disculpas me voy a clases esta conversación está llamando la atención.
Muchos de los estudiantes que entraban miraban la discusión sorprendidos una chica estaba rechazando a Bruno García, pero cuando Ester terminó el diálogo todos siguieron su camino, Bruno no se iba a quedar con la duda de saber quién era el novio de Ester por el que lo había cambiado. Los días pasaban la relación de Juan y Ester se mantenía, aunque sólo, se pudieran ver una vez a la semana se escribían a diario demostrando confianza entre ellos en San Juan los conocidos de Juan le preguntaban.
¿Cómo le iba en su relación? A lo que Juan respondía – bien, todo va perfecto, no faltaba un bromista poniéndole malos pensamientos en la cabeza, él no se preocupaba sabía la clase de mujer que era Ester y viceversa los dos se tenían confianza uno al otro. Martes Bruno se acercó de nuevo a Ester con la misma historia, sólo que está vez ya estaba más informado del asunto se acercó a ella con incredulidad, muy sorprendido como si no lo pudiera creer.
– Es en serio Ester. Por él me cambiaste
Ester confusa – ¿De qué hablas?
– De tu novio, sólo es un simple ranchero de pueblo
Ester estaba atónita, no sólo por la forma de hablar de Bruno, sino también como fue que Bruno se hizo con aquella información. Sin embargo, segundos de meditarlo lo supo, supo exactamente de dónde sacó los datos, mejor dicho, quien dio la información. – se lo preguntaste a Elizabeth, ¿verdad?
– No importa de dónde lo averigüe, entonces es cierto
– La voy a matar cuando la vea
– Contéstame
– Mira ese simple ranchero, como lo llamas es una gran persona que ha salido adelante a pesar de su situación y con su propio esfuerzo. Es honesto, trabajador y no anda presumiendo nada a nadie.
– Crees que soy presumido. ¿Eso es?
– Siempre hablas de ti y exhibes todo lo haces, con aires de grandeza.
– Es por eso. Eso es lo que piensas de mí, en otras palabras, si no vieras eso en mí, tendría oportunidad de tener algo serio contigo.
– Aunque no lo fueras, yo no podría verte como tú quieres, sino sólo como un amigo nada más que eso.