Ghost

Regreso al propósito

Otra semana explorando el norte, era lo de siempre delincuentes comunes. Lo mismo paso en la ciudad de Asur, Saraí ciudad fronteriza se movilizó al este donde la situación cambio un poco, donde ya no solo eran ladrones, sino también traficantes de drogas en escuelas esto sucedió en la segunda ciudad del este, hacia el sur la primera era Los Álamos, la segunda ciudad Canaria.

En ella, en una de sus escuelas un sujeto actuaba de manera sospechosa, algunos estudiantes iban al él le daban dinero y este, les entregaba pequeñas fundas con una sustancia blanca. Lo vigilaba cuidadosamente, pero el sujeto lo miro desconfiado sospechaba que fuera algún Policía retirándose del lugar. Josué lo siguió de lejos sin perderlo de vista, se metió en un edificio abandonado donde se perdió, Josué miro a cada lado buscándolo, por otra parte, estaba en un lugar desconocido debía cubrirse, registro cada piso sin éxito. Pensando tener éxito mañana se marchó del edificio, pero no del área donde desapareció lo rodeaba hasta que se dignara a aparecer.

Volvió a la escuela no lo encontró, al segundo día volvió a vender y cobrar dinero pendiente. Uno de los estudiantes a quien proveía de droga no tenía dinero para pagarle le suplicaba que le diera un poco más, después le pagaría todo esa era lo que Josué miro sin ser visto. El tipo hizo una señal de espera un momento, atendió a otras tres antes y se lo llevo, la dirección era la misma de anteayer ambos entraron al edificio abandonado. Josué se infiltro también entró, pero habían desaparecido, escucho una voz – sabía que vendrías. Salió de una habitación oscura él, el joven estudiante y dos más.

Bien hecho chico… tu recompensa – el sujeto le entregó un paquete grande al estudiante, este dio las gracias y salió corriendo todo era una trampa, armada.

Sabes no me gusta la gente curiosa… sobre todo un Policía, parece que recién te graduaste… lástima tendrás que morir… ah, talvez nos den buen dinero por tus órganos – todo esto lo dijo seguro de sí mismo, no titubeo en ningún momento.

Josué se rio – con que una trampa… además me amenazan de muerte… pero lastimosamente no soy Policía, sólo hago esto como justificación de mi acto futuro.

Los tres traficantes sacaron cuchillos y pistolas, al momento de levantar las armas Josué liberó su ambiente a muerte. Los tres sujetos se paralizaron dando segundos vitales, levantaron las armas temblando sus manos, Josué se movió del lugar y el primer disparo sonó tomo a uno del brazo que sostenía el arma lo hizo girar, quitándole el arma acertándole una patada más disparos. Josué se arrojó al lugar de donde salieron, los tipos decían que saliera que sería rápida su muerte, Josué se camuflo en la oscuridad debido a su ropa negra inclinándose disparo, más disparos de los sujetos estaba atrapado.

Sacó su chaqueta lanzándola al exterior, de señuelo agachado y muy veloz tomo a dos de los manos localizados en los extremos, al del medio le encajó la suela del calzado en el vientre, a los dos restantes tiro de sus manos y se golpearon entre ellos y dos golpes en abdomen al que encesto la patada trato de tomar el arma Josué al verlo se movió rápido y pateando la pistola lejos, los desarmo a todos atándolos con su propia ropa, tomo el celular de uno  de ellos para llamar a la Policía pero no era necesario las sirenas ya se escuchaban a la distancia, los disparos alertaron a gente que circulaba por el lugar. Josué salió rápidamente ocultándose de todos, la Policía llegó entraron al edificio al cabo de unos minutos bajaron con los tres sujetos y no sólo eso también con cantidad considerable de paquetes de droga, que escondían en ese edificio abandonado.

Una nueva acción positiva para Josué, sólo faltó algo de su parte preguntarles sobre el asesino de su familia, pero también a tomar más precauciones en sus actos. Dos semanas en ciudad Canaria, no encontró nada y a quienes atrapaba no sabían nada siguió avanzando. En las ciudades de La Pradera, Monte Alto y Súcubo la situación era la misma que las otras.

Día martes arribó a la ciudad de Las Nubes en la misma situación, primero y segundo día los de siempre. El tercero fue laboroso y productivo en la escuela San Vicente, Josué vigilaba esperando encontrar algún vendedor de drogas o algo por el estilo observando a la distancia antes de la hora de salida una camioneta negra llegó. De ella bajaron tres tipos sospechosos, prestaban atención a la entrada de la escuela, la sirena sonó dando la señal de a culminación de clases los niños salían algunos padres de familia los recogían en la salida. Los tres sujetos seguían observando, uno de ellos dio la señal de a quien debían capturar, subieron a su vehículo rodearon la calle. Josué los miraba sin perderlos de vista en la esquina de la escuela caminaba una niña de apenas ochos años giró a la derecha nadie la podía ver.

La camioneta negra se desplazaba lentamente uno bajó tomo a la niña, tapándole la boca para que no gritara y la metió dentro, Josué inició la persecución, pero la camioneta aceleró alejándose rápidamente, a pesar de toda la velocidad de Josué la perdía de vista. Un taxi paso al cual le gritó con fuerza, para que se detuviera entro diciendo que fuera recto visualizo a la camioneta le dijo al conductor no perderla de vista, llegaron al extremo sur de la ciudad. Los sujetos se bajaron en una bodega abandonada, Josué pago la carrera el conductor dio reversa alejándose no le gustaba la situación. Josué vio como los sujetos bajaron a la niña entrando a la bodega cerrando todo, debía buscar otra forma de entrar y ver las acciones a tomar. Rodeó la bodega encontrando una ventana abierta a dos metros de altura, tomo viada, saltó agarrándose del borde observó el lugar encontró a la niña atada a una silla entro sin hacer ruido sobre un andamio viejo recostándose, para ver y no ser visto.



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En el texto hay: primer amor, venganza y justicia

Editado: 22.09.2021

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