Gilbert- Solo tienes dos opciones aquí- o te conviertes en mi amiga, o te obligo a ser mi amiga. Ahora, déjame preguntarte eso otra vez. Quiero ser tu amigo.
-------------------------------------------------------------------------------------------
Nos habíamos hecho amigos originalmente porque no tenía otra opción. Éramos amigos no porque yo lo quisiera, sino porque él me había amenazado.
(Pero esta vez...)
MC- Príncipe Gilbert, ¿quieres ser mi amigo?
(No necesito relaciones que se basen en amenazas y coerción. Ese tipo de cosas no tienen cabida en mi vida.)
Me sentía increíblemente nerviosa y tensa, pero reprimí todo eso con fuerza mientras le extendía la mano a Gilbert. El solemne silencio de la capilla se alargó durante un segundo que se sintió como una eternidad, y luego unos dedos fríos se entrelazaron con los míos.
Gilbert- Sin duda tienes agallas, al decidir por ti misma que quieres ser mi amiga. Naturalmente, no voy a decir que no. Y estaría encantado de ser tu amigo. Pero... odio las mentiras.
Me apretó la mano, su agarre era lo bastante fuerte como para doler. Había una firmeza en esa fuerza, una sensación que me decía que ahora que me tenía, tal vez nunca me soltaría de nuevo.
Gilbert- Si me traicionas mientras afirmas ser mi amiga, me pondré tan triste que podría terminar matándote.
(Eso... en realidad es un problema, porque no importa cómo se mire, nuestras posiciones nos convierten en enemigos, así que... eventualmente voy a traicionarte.)
Incluso si fuéramos amigos, incluso si lo arrastrara a mi mundo, no cambiaría la relación entre Obsidian y Rhodolite.
MC- ...¿Qué tipo de cosa contaría como traicionarte?
Gilbert- Mmm, buena pregunta.
Se detuvo un momento, su expresión se volvió pensativa, y el silencio cayó entre nosotros otra vez. Y de repente tuve la sensación de que ni siquiera estaba pensando en nuestras posiciones cuando habló de traición.
Gilbert- Si dejaras de ser tú misma.
MC- ...¿Eh?
(Pero espera un momento...)
---------------------------------------------------------------------------------------
Gilbert- Si te quedas en un lugar como la corte real, un lugar que deja al descubierto toda tu codicia, tarde o temprano tú también caerás en la ruina. Y verás, quiero observar eso, de cerca. Tengo curiosidad por saber cómo algo así transformará a la mujer con el corazón más hermoso de todo Rhodolite. Así que, amigos. Si quiero estar cerca de ti, tener una excusa como ser tu amigo es la manera más rápida de lograrlo, ¿no crees?
---------------------------------------------------------------------------------------
(Desde el principio hablaste como si quisieras verme cambiar. ¿O es que tienes curiosidad, pero en realidad no quieres que ocurra?)
Era tan inconsistente como la brecha que había entre nosotros, pero sabía que Gilbert siempre tenía una razón para lo que hacía.
Gilbert- Oh, y además... Añadiré una más... si tú murieras en lugar de mí.
MC- Pero...
Había tanto que quería decirle, pero apretó mi mano de nuevo y me callé.
Gilbert- Ves, soy mucho más fuerte de lo que crees... Y aunque tengo un poco menos de resistencia que la mayoría, soy más que capaz de manejar un ataque sorpresa. Si eres mi amiga, no me traicionarás, ¿verdad?
Su mirada normalmente tan vacía de emoción, ahora temblaba con algo, algo que parecía aferrarse a mi corazón y dejarlo doliendo. Las palabras eran más como una amenaza, pero una amenaza extraña- una exigencia de que viva, no muera, como si el que yo muriera fuera más preocupante para él que cualquier otra cosa.
(Y no pareces dispuesto a admitir que te preocupas por mí, pero... Ahhh, ni siquiera sé qué pensar de todo esto y cómo me hace sentir.)
MC- Está bien. Si algo así vuelve a pasar... Confiaré en ti.
Gilbert- Entonces, es una promesa.
Gilbert se inclinó hacia adelante, y sin advertencia alguna, me besó suavemente en la mejilla. Mi mente se quedó en blanco de repente, pero no había forma de confundir lo que había hecho, y aún podía sentir la sensación persistente de sus labios contra mi piel.
(Y también estuvo aquella vez, cuando querías que te besara en la mejilla...)
MC- Eh... ¿eso es alguna especie de costumbre de etiqueta de Obsidiana?
Gilbert- Ugh, no. No tenemos costumbres así, y no voy a hacer eso con cualquiera, de todas formas.
(Entonces, ¿por qué...)
Gilbert- Vamos, tú también.
Se dio golpecitos en la mejilla con expectación, y mi corazón empezó a latir con fuerza de repente.
(Esto se siente aún más incómodo que la última vez, y por una razón diferente, de alguna manera, pero... No, deja de pensar demasiado en esto, MC. Esto solo es una muestra de afecto para ti, ¿verdad, Gilbert? Solo un símbolo de amistad.)
Me incliné hacia él y presioné un beso ligero en su mejilla, y el frío de su suave piel pareció quedarse en mis labios incluso después de separarme.
MC- ¿Así?
Gilbert- Sí. Pero estás muy roja. Es solo una muestra de afecto, ¿sabes? No tenía idea de que eras una chica tan traviesa.
MC- ¡Oye! ¡Es solo que no estoy acostumbrada a este tipo de cosas, eso es todo!
Gilbert- ¿Oh? Entonces, ¿qué tal si lo hacemos todos los días hasta que te acostumbres?
MC- ¡Dame un respiro, por favor!
(Solo fue un pequeño beso en la mejilla, entonces ¿por qué me siento tan alterada?)
Gilbert- Oh, lo sé. Ya que ahora estamos mucho más cerca, puedes empezar a llamarme Gil.
MC- No puedo hacer eso.