Gilbert Von Obsidian

ROMANTIC ROUTE - CAPITULO 21

Gilbert- Buenas noches, mi señora.

MC- ¿Y tú eres...?

Gilbert- Oh, no soy lo suficientemente importante como para dar mi nombre, pero estoy en un pequeño aprieto.

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Desde aquel primer día, Gilbert ya lo sabía todo. Él sabía que yo era Belle... y sabía que su vida estaba casi por terminar. La bestia conquistadora lo sabía todo, y aun así me había sonreído con esa sonrisa vívida y encantadora.

(...Ugh, me duelen tanto los ojos.)

Mis ojos parecían hinchados, como si estuvieran cerrados a la fuerza, pero lentamente los abrí, parpadeando con desesperación para intentar aclarar mi visión nublada. Mi cuerpo me dolía, y comencé a cambiar de posición, solo para darme cuenta de que había un brazo rodeando mi cintura.

(Espera...)

Gilbert- Buenos días, pequeño conejo.

MC- Ah...

(Así es... Le rogué a Walter que me dejara quedarme aquí para cuidarte durante la noche.)

Recordé sentarme a su lado, y recordé lo reconfortada que me sentí al escuchar cómo su respiración se calmaba... y luego, nada.

(Supongo que me sentí tan aliviada que me quedé dormida. Y... tal vez fuiste tú quien me movió a la cama contigo.)

Giré la cabeza lentamente, con el corazón acelerado, y me encontré mirando su sonrisa familiar, tan brillante como la luz del amanecer. Se veía completamente normal, tanto que costaba creer lo enfermo y dolorido que se había visto la noche anterior.

Gilbert- Vaya, te ves horrible. Tienes unas ojeras tremendas.

Él extendió la mano y acarició esa zona. Sus dedos se sentían aún más fríos de lo habitual contra mi rostro hinchado y enrojecido. Había derramado incontables lágrimas la noche anterior, y solo podía imaginar cómo debía verme.

MC- Buenos... días...

(Todavía no puedo creerlo.)

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Walter- ...Un mes. Ese era todo el tiempo que le quedaba de vida... antes de ir a Rhodolite.

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(TÚ no pareces estar a las puertas de la muerte. Nunca lo has parecido.)

Sin pensarlo, me giré hacia él, agarrándole la camisa y apoyando mi cabeza contra su pecho, justo sobre su corazón. Podía escuchar los latidos de su corazón, un ritmo constante y reconfortante.

(Ojalá todo hubiera sido un sueño... No puedo evitar desear que todo haya sido solo un gran malentendido.)

Gilbert- Por cómo actúas... supongo que te lo ha contado todo, ¿verdad?

Su sonrisa era preocupada, y contuve la respiración, con el corazón acelerado.

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Walter- Todos los que descubren su enfermedad mueren. Todos excepto yo. Así son las cosas aquí en Obsidian, porque su enfermedad es su única debilidad. Depende de ti si guardas silencio o si lo confrontas con la verdad. Si finges que no sabes nada, probablemente lo dejará pasar... solo esta vez.

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(...¿Debería mentirte? ¿Fingir que no lo sé?)

Sabía que Walter hablaba en serio cuando dijo que todos los que descubrían la verdad morían por ello. Así era como Gilbert había logrado mantenerlo en secreto todo este tiempo. Había matado a todos los que lo sabían. Incluso Chevalier se había referido a ello como una especulación sin fundamento, a pesar de su increíble perspicacia y percepción. No importaría que yo fuera su amiga... igual me mataría por saberlo.

(Pero... ¿De verdad puedo mentirte, fingir que no sé nada... y quedarme en silencio mientras vives tus últimos días? ...No. Ni de coña.)

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Gilbert- Si no tienes la determinación de matarme en cualquier momento, no podrás seguir mi ritmo. Aunque si quieres convertirte en una traidora en el verdadero sentido de la palabra, eso ya es otra historia.

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(Y tampoco puedo hacer eso.)

Era algo absurdo siquiera considerarlo. Tenía que preocuparme por mi propia vida antes que por la de Gilbert.

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MC- Esto es lo que pasa... cuando dejas de intentar solucionar las cosas hablando. Me niego a creer... que la violencia sea justicia... No importa qué tan grande sea... la brecha que separa a las personas... debemos hacer todo lo posible... por unirlas de nuevo.

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(...Pero quiero creer.)

MC- Él me dijo... que no te queda mucho tiempo de vida. Y... no puedo fingir que no lo sé.

Gilbert- ...Ya veo.

De pronto, su voz se volvió tan fría que me recorrió un escalofrío por la espalda. El aire a nuestro alrededor parecía vibrar y zumbar, como si se hubiera llenado de la repentina intención homicida que fluía de él.

Gilbert- Bueno, si esa es tu elección...

Se liberó con fuerza de mi agarre, y se estiró, envolviendo sus manos alrededor de mi garganta. Sus dedos fríos presionaron con fuerza mi piel, y mi pulso comenzó a palpitar frenéticamente bajo su contacto, incluso cuando mi garganta parecía cerrarse por sí sola. Cada respiro parecía más tortuoso que el anterior. Mi cabeza comenzó a zumbar y palpitar, los sonidos a mi alrededor volviéndose más distantes con cada latido.

Gilbert- No hay excepciones, ni siquiera para ti. Todo el que lo sepa debe morir.

(¡No quiero... morir!)

Alcé las manos frenéticamente, agarrándole las muñecas e intentando liberarme de su agarre. Mis dedos se aferraron desesperadamente a su piel, con tanta fuerza que llegué a arañarle hasta sangrar, pero él no cedió ni un centímetro.



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En el texto hay: ikemen prince, prince

Editado: 26.08.2025

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