El miércoles luego del almuerzo mis amigos quisieron hacerte una "pequeña" broma. Al enterarme de esto te busque y intenté persuadirte y advertirte, pero no me hiciste caso. Yo aún te generaba desconfianza por saber tu situación familiar. Lo cual me parecía ridículo y frustrante.
Mis ahora ex amigos sabían que me caías bien, por lo que no me dijeron donde era ni cómo.
Quisiera haberte ahorrado la humillación, pero no pude.
Al final del día saliste llena de pintura roja y te fuiste llorando.