Mientras nos reíamos de un chiste mal hecho de mi parte alguien se paró detrás de nosotros, su sombra te cubría por completo.
Yo tenía la mano apoyada sobre el suelo cuando sentí la suela de su zapato presionar mi mano bajo de él. Y como el diablo es sucio: era el chico que más odiaba de aquí a Neptuno. Josh. Casi lo tiro al suelo cuando lo empuje.
¿Cuál era la necesidad de hacer eso? Éramos dos. Dos chicos que estaban interesados en ti, con la sola diferencia de que él es más violento y feo si tengo que decir la verdad. Ni siquiera es buena onda, solo finge serlo cuando estas. No sé que le viste en primer lugar, te juro que no lo sé.
Me dio una mirada asesina y juro que no me hizo comer tierra solo porque te diste cuenta de su presencia.
Me pediste permiso para hablar con él y te alejaste un poco. No pasó más de un minuto de empezar tu charla con él cuando empezaste a alzar la voz. Lo empujaste, estabas furiosa. Él lo parecía aún más. Yo estaba dispuesto a involucrarme, cuando Josh te dijo una ultima cosa y se alejó a zancadas.
Fruncí el seño y me acerque a ti.
—No es nada, despreocúpate. Solo cometí un error y ahora estoy pagando por ello. No frunces el seño: te van a salir arrugas. No queremos eso, ¿Cierto?