Luego de que acabáramos de comer (ensuciarnos) de helado, llegamos a mi casa para hacer todo lo que nos toca para el festival de naturales. Dejaste de hacer bromas y te pusiste seria cuando mi madre se paró frente a ti. Te sentías intimidada por ella, claro, eso solo duró unos minutos. Mejores amigas en un instante.
Era extraño, verte tan animada hablando junto a la mujer que me dio la vida y me ha cuidado desde siempre. Tan extraño pero a la vez tan tranquilizador.
Mi madre atrapa mi mi mirada sobre ti y me guiña el ojo. Dios, no.
Tomo la caja llena de galletas y cosas para masticar que estaba sobre la mesa del comedor y anticipando todo lo que mi mamá iba a soltar por la boca te arrastre a mi habitación.
Ella es capaz de deletrearte lo que siento por ti. Y sí, ella sabe todo. Siempre sabe todo, le encanta rebuscar entre mis cosas.