Estuvimos de acuerdo en exponer la vida de uno de los biólogos más reconocidos de la historia: Gregor Mendel.
Te pusiste a caminar de un lado a otro dentro de la habitación y comenzaste a hablar como si fueras algún tipo de periodista o presentadora. No podía tomarte enserio, hablabas sobre las leyes de la transmisión de herencia genética, pero todo lo que oía era tu voz sonando exageradamente rara.
«Como ya sabes: Las leyes de Mendel son los reglamentos por las cual nuestros genes se heredan de generación en generación, de padres a hijos. La primera ley de Mendel es la que establece que...»
Yo estaba recostado en la cama leyendo un informe científico, cuando tropezaste con la alfombra para acabar cayendo sobre mí.
Caíste sobre mi... Cuerpo sobre cuerpo.
Ambos parecíamos tomates, bueno, tú como un tomate, ¿Yo? Como la sangre de cristo. Y por querer alejarte rápido de mí chocaste con la mesa de noche, terminando con un mal golpe en la cadera.
Sí... La próxima vez, vamos a estudiar en el comedor.