Giulia D'angelo

CAPÍTULO 1

FLORENCIA, ITALIA

DOMENICO

 

Mi futura esposa y yo hemos vuelto a casa luego de pasar los mejores días de nuestras vidas en Tailandia, ese lugar de ensueño que ella se moría por conocer y dónde le propuse matrimonio.

Giulia y yo somos novios desde niños, es la primera y la única mujer en mi vida, no me veo ni quiero a nadie más que no sea ella y el sentimiento es mutuo. Sé que todo el asunto de la institución del matrimonio le da miedo por el fracaso de sus padres, pero después de un tiempo hablando al respecto, finalmente llegamos al punto dónde ella se siente lista para dar el siguiente paso y yo soy el más feliz del mundo.

Mi Reinota hermosa le pidió a mi papá hacer la ceremonia aquí en la casa, en el lago, ese lugar que es muy especial para nosotros porque ahí fue nuestro primer beso, dónde le pedí que fuera mi novia y dónde tuvimos una noche nuestra primera vez. Así que ese lago ha presenciado los mejores momentos.

—¡Tío, tío!

La voz de mi sobrino Dante me hace volver al momento, mi bebé canela de ojos azules es lo más adorable del mundo.

—Cuéntale al tío Dome, pequeño. —Mi respuesta lo hace mostrarme una sonrisa.

—Estaba moida y ya camina la lagatija, tío, así.

Abre sus manitos para mostrarme una pequeña lagartija marrón con líneas negras, sonrío y me agacho frente a él que luce muy entusiasmado con su hazaña. Mi pequeño bebé mágico tiene poderes en la naturaleza.

—¡Muy bien, pequeño, así se hace! —Alboroto su cabello y eso lo hace reír.

Justo en ese momento siento que tiran de mi camisa y giro la cabeza para ver a Kai, mi otro sobrino, que me hace un adorable puchero.

—Mami no da titica, dice Kai gande y yo Kai bebé, no gande, Titi. —murmura con su pequeño labio temblando a punto de llorar y estiro mi brazo para pegarlo a mí y que se calme.

—No grande, mi niño, claro que no. Esa mami no puede quitarte la titica sin aviso y sin anestesia, ¿verdad que no? —Kai niega rotundamente.

—Dile Titi Giu…

—¿Le decimos a la tía? Vamos a acusar a mami con la tía Giulia, es más, haremos huelga de titica, Dante y su lagartija también vienen, ¿verdad?

—¡Shi, vamos! —secunda al instante mi sobrino y los alzo a ambos sin problemas porque de algo me sirve el gimnasio y mis super poderes de Gemelo Fantástico.

—¿Para dónde vamos con tanta prisa? —Papá nos ataja a mitad de camino.

Estamos en casa compartiendo después de cenar, la primera parada al regresar de nuestro viaje ha sido esta, por supuesto. Compartir con nuestra familia la noticia del compromiso, después lo haremos con Sara, pero primero lo primero.

—Titi Umi quitó tetica de Kai y vamos a potestá y yo viví a lagatija, ¿viste? —explica Dante extendiendo su manito con la lagartija hacia mi papá que se ríe y toma al pequeño animalito en su mano.

—Esa es una protesta muy importante, las tetitas son el mejor alimento del mundo, ¿no?

—Y más las de mamá, ¿verdad?

—¡Domenico! —Me regaña papá.

—¿Buelo toma titica? —pregunta Kai y los ojos de papá se abren como platos.

—Le gustan las que saben a bombones de chocolate y…

—¿Y por qué no devuelvo a esta pequeña amiguita al jardín dónde pertenece?, ¿puedo? —pregunta a Dante para cambiar de tema mientras me mira en reprimenda y le lanzo un beso que lo hace sacudir la cabeza.

—Mami dice que animalito son libes, sí puedes, gacias, abuelo.

—Vayan a su protesta, entonces. Yo me encargo de este pequeñito.

Papá ya se acostumbró a qué Dante recolecte animalitos heridos, los ayude a sanar, venga a casa mostrándolos y luego los liberen. También María se lo roba cuando tiene alguna planta enferma. Camino con mis sobrinos hasta el sofá donde precisamente mi Reinota Hermosa tiene a nuestra sobrina Odalis en sus piernas que no deja de tocar el anillo de compromiso.

—¿Qué pasa?, ¿por qué esas caras?

—Cuéntale a la tía Giulia lo que mami te hace, cuéntale. —le digo a Kai que hace otro puchero y Umi niega con la cabeza.

—¿Qué le haces a mi bebé, Umi D’Angelo? —mi Reinota mira a su hermana que pone los ojos en blanco—. ¿Qué te hace mami, mi niño? Ven con la tía, ven.

Odalis se mueve y siento a Kai en una de las piernas de mi futura esposa que enseguida le besa la cabeza.

—Mami no da titica, dice que Kai gande y yo bebé Kai. —explica con sus ojitos rasgados cristalizados.

—Oye, tía, pero si Kai es un bebecito, tienes que darle su lechita de bebé que lo hace crecer. Mami me dio lechita de su tetita hasta mira ve, mis cuatro añitos. —explica Oda mostrando cuatro deditos de su mano—. Y mi hermanito en la noche toma su lechita pegadito de mami. Gael también toma lechita de la tía María, más que mi hermanito.

—¡Lechita de mami gusta mucho! —exclama Dante en mis brazos.

—¿Tiene algo que objetar a la protesta, señora Umi? —inquiero.

—¡Papiiiiii me han emboscado! —exclama tocando su pecho y el tío Franco aparece al instante.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.