Giulia D'angelo

CAPÍTULO 3

FLORENCIA, ITALIA

DOMENICO

 

—¿Vamos al sequeto, tío? —pregunta mi pequeño Canelito mientras voy manejando la camioneta con mis sobrinos. Oda, Dante y Kai van atrás comiendo paletas de caramelo.

—Me gusta el secreto con el tío Dome. —afirma Oda.

—Kai no dice nada, Kai es gande, solo bebé pa’tomá titita de mami.

Sonrío ante esas tiernas palabras de Kai y sé que debo ser paciente porque mi Reinota aún no quiere hijos, pero yo estoy más que listo para cuando ella me dé luz verde, ser padre es un anhelo que tengo desde que puedo recordar. Mis padres han sido los mejores y aspiro algo así también.

—Creo que nunca somos muy grandes para la lechita de mami, Kai, en mi escuela hay un niño que todavía toma  leche de su mami.

—Lechita de mami hasta gande como tú, ¡sí! —Aplaude Kai y mi pequeña abogada sonríe victoriosa.

Odalis es muy analítica y siempre sale con alguna solución para cualquier cosa, además de defender a capa y espada a los que ama. Jamás va a permitir que en su presencia se hable mal de la familia y su amor por Gael, el hijo de María y Arie, me recuerda un poco a cómo éramos mi Reinota y yo de niños.

Llegamos al parque y saco a Dante y Kai de sus sillas, desajusto el cinturón de Oda y los ayudo a bajar a los tres antes de tomar el bolso con sus cosas, ella enseguida toma mi mano y la manito de Kai mientras yo con la otra tomo la de Dante para caminar juntos.

—¡Oda! —Brigid y Minerva, las hijas de Arie y María vienen corriendo para abrazar y besar a Oda primero antes que a los bebés.

Gael viene detrás de ellas comiendo y cuando Oda lo ve, lo abraza con fuerza y él le mete un trozo de tequeño en la boca y esa es parte de su dinámica.

—¡Gael mío! —canturrea divertida.

—Dame chance de que el niño me crezca un poquito más, Oda.

Enzo viene caminando con Elián en sus brazos que está sonriendo, es una bebé muy risueña a menos que tenga hambre o el pañal sucio, del resto, es toda risas.

—Hola, segundo mejor tío del mundo mundial. —saludo a Enzo que pone los ojos en blanco.

—Te equivocas, querido, el segundo eres tú porque el mejor soy yo, ¿verdad, Eli? —pregunta a la bebé que enseguida me echa los brazos, haciéndolo resoplar.

—¿Viste? Hasta bebé Eli sabe quién es el mejor, véngase con el tío Dome.

La tomo de los brazos de Enzo y ella enseguida se recuesta de mi pecho, dejo un beso en su cabecita y sonrío al escucharla suspirar.

—Técnicamente, no eres su tío, ¿sabes? —Se queja Enzo.

—Técnicamente, sí lo soy. —afirmo.

—Es hermano de la tía Chiara, también es nuestro tío, ¿no? —Bri mira entre nosotros.

—Y claro que también soy tu tío, Bri. —Le doy un guiño.

Hemos logrado de alguna forma que nuestros sobrinos mantengan en secreto estas reuniones de juego que Enzo y yo solemos tener. Hay una reputación en las disputas de tíos que mantener. Aunque después de haber multiplicado las bendiciones de Sofía y mi hermano para tener un par de mellizos en camino, tendremos más bebés para pelear.

Además, compartimos negocios y algunas inversiones de bajo riesgo, también apoyamos en el orfanato del tío Andrés.

Aprovechamos estos momentos para consentir a los niños y dejarlos ensuciarse y jugar con lo que quieran, que en este caso para Dante, Gael y Kai el cazar animalitos y flores y llenarse de tierra, mientras que Bri, Mine y Oda les gusta jugar a la pelota. Así que dividimos el tiempo para hacer de todo un poco.

Admito que me gusta más cazar animalitos y flores porque puedo ver a mis niños mágicos desplegar su poder, pero el tío feminista que hay en mí disfruta ver a mis niñas ser grandiosas y rudas con la pelota.

—¿Cómo va todo con tu suegra? Mi Grulla me contó que se ha puesto pesada con el vestido y la comida. —comenta Enzo mientras los niños disfrutan los toboganes  y la pelota y Elián está sentada aquí con nosotros que ordenamos la comida.

—Sí, algo, pero ya le bajó dos porque el tío Franco intervino y menos mal, porque a días de la boda no quiero una discusión con mi suegra ni mucho menos que mi Reinota discuta con su madre y dejen de hablarse por días cómo puede suceder cuando explota todo.

—A ti te tocó la suegra insufrible y el buen suegro y a mí al revés, pero mejor así. La tía Lu es más linda.

—No puedo rebatir eso aunque Carlos sea mi tío.

—Lo bueno es que Giulia no se deja como pasó mucho con María, a pesar de todo han podido marcar límites con ella y la ventaja de que no tiene conexiones poderosas que la hagan inmiscuirse más de la cuenta como a veces pasa con Carlos. —Se queja.

—Sí, eso es una ventaja, aunque nunca hay que subestimar a nadie. Nunca sabes de dónde vienen los puñales.

—En eso tienes razón…

Vemos Elián echarse de espaldas en la manta y reír mientras extiende sus bracitos hacia nosotros que nos inclinamos para darle besos y sus carcajadas de bebé son lo más adorable.




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