CAPÍTULO 26

En clase de gimnasia la profesora Sussan nos pide dar muchas vueltas al campo de soccer, ya que no tengo mucha condición física me quedo detrás de mis compañeros. Al menos Jill me hace compañía, ya he charlado con ella sobre el anillo de chocolate y todo lo que sucedió con Mike en el acuario.

Por cierto él está practicando soccer y me inquieta ver que está muy distraído; incluso el entrenador le grita de manera fuerte al igual que sus compañeros.

Por otro lado Scott y Gris están en las gradas discutiendo nuevamente, tienen un compromiso muy grande y seguramente no llegan a un acuerdo. Al mirar al frente me doy cuenta que voy a chocar con Lizbeth pero logro detenerme a tiempo.

-Oye, mira por dónde caminas ¿si? -digo bastante molesto.

-Tengo una propuesta para ti.

-¿De qué hablas?

Me inclino para descansar un poco.

-¿Qué quieres? -Jill la enfrenta.

-No estoy hablando contigo, puedes seguir corriendo.

-No te preocupes Jill, en un momento estoy contigo.

Sin dejar de mirar a Lizbeth se marcha, es bueno tener una amiga que me protege.

-No confío en ti, ya sé que tú fuiste la que reveló el secreto de Gris.

-¿Y?

Le lanzo una mirada fulminante.

-Se están creando rumores de lo que eres -se cruza de brazos.

-¿Qué?

-Gracias a ellos dos -dice apuntando hacia Gris y Scott.

-¿Estás segura de que fueron ellos dos?

-Si, lo juro.

Su rostro no me convence.

-¿Y cuál es tu propuesta?

-Tú y yo podemos fingir que salimos y además podemos ser el rey y la reina del baile de graduación.

Parpadeo un par de veces y no le quito los ojos de encima.

-Así podemos ocultar lo que somos.

-Sabes, a mi no avergüenza lo que soy.

-A mi tampoco, pero los chicos de aquí con crueles, si se enteran de lo tuyo o lo mío, nuestras vidas no seguirán su mismo rumbo.

-¿Nuestras? O solamente la tuya.

-Solamente es una maldita propuesta, si no quieres solamente podrías decir que no.

Se marcha empujándome, no entiendo por qué se molesta a ese grado. Tiene que saber que no es culpa nuestra nacer de esta manera, vale la pena cuando se encuentra a alguien que te quiere por quien realmente eres, no se puede evitar sentir esa felicidad.

Vuelvo con Jill para charlar sobre esa propuesta, obviamente no le menciono que Lizbeth es gay, no soy esa clase de personas.

-No aceptaste ¿o si?

-No, claro que no.

-Me alegra, es una estupidez.

Seguimos con la rutina.

-Después de clases iré con los chicos de compras al centro comercial ¿quieres venir? -pregunta Jill.

No tengo planes con Mike así que asiento, después de todo no he pasado bastante tiempo con ellos.