Gladiolus - Todo Cambió

3 Años Antes...

19 de Septiembre, 2019

Mi vida es maravillosa. Tengo una familia unida, y como cada año, nos reunimos en esta fecha para celebrar el cumpleaños de mi padre, Gerard Burgos. Un hombre inteligente, divertido y trabajador. Claro, es mi papá; ¿cómo no verlo como el mejor hombre del mundo?

Creo que somos una familia normal. Mi mamá, Bárbara Arana, y mis dos hermanos, Alessandra, la reina de la impuntualidad, y Briccio, el rey de la fiesta, completan nuestro cuadro familiar.

Yo soy Isabella, la hermana intermedia. Hace dos años me gradué en educación y trabajo con una ONG, proporcionando educación a personas con negocios informales, ayudándolas a administrar y hacer crecer sus emprendimientos.

Sin embargo, mi día no comenzó como de costumbre...

Me despierto a las 2:00 AM con una llamada en mi celular. Desde el primer tono, sé que algo anda mal.

Todos saben que me acuesto a las 10:00 PM para levantarme puntualmente a las 5:00 AM, así que una llamada a esta hora solo puede significar malas noticias. Veo la pantalla: es el número de mi hermana. Deslizo hacia arriba y contesto.

Lo único que escucho son los gritos de mi hermana. Está llorando, no hay forma de entender lo que dice, solo distingo: "¡AYUDA, PAPÁ!". Siento como si mi corazón fuera a estallar. Estoy llorando sin entender, me pongo lo primero que encuentro.

Hugo, mi prometido, se despierta y me pregunta qué sucede. Trato de explicarle, y él me da indicaciones cortas y sencillas.

—Llama a la policía y a emergencias. Ponte los zapatos, yo manejo.

En el coche, trato de respirar, de mantener la calma. No estamos lejos, a solo cinco minutos en coche. Llegamos a la casa y corro tan rápido como puedo. Maldita sea, siento que mi cuerpo pesa una tonelada.

Al entrar, es fácil saber que están en el segundo piso; escucho los gritos de mi hermana. Al llegar donde está ella, veo que mi mamá la sostiene en sus brazos. Mi hermano está tirado en el suelo, abrazando sus piernas.

Pienso en un infarto. A papá le dio un infarto. Haré reanimación mientras llegan los paramédicos. Corro hacia el estudio y lo que encuentro supera mis peores pesadillas.

Hay sangre en las paredes, y el cuerpo de mi papá está desplomado sobre su escritorio. ¿Entraron a robar? ¿Algo salió mal? Siento cómo mis piernas pierden fuerzas. No sé cuánto tiempo pasa antes de que la policía entre y nos saque a todos de la casa.

Desde ese día, mi vida no volvería a ser igual. Engaños y traiciones giran en torno a mí, pero como un gladiolo, mi vida simbolizará la victoria en la batalla. Al final, yo gano.




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