Hoy ha llegado nuevamente el momento de la Expo Business, la oportunidad dorada para que mi familia encuentre empresas con potencial de crecimiento. La expectativa en el aire es palpable, y no puedo evitar sentir un cosquilleo de emoción. No es que sea supersticioso, pero si el trabajo duro se pagara en entusiasmo, estaríamos en la cima del mundo.
Mi familia no es muy grande: mis padres, mi hermano y yo. Con el tiempo, nos hemos consolidado como una familia de inversores, gracias a nuestra empresa de herencia familiar que ha sobrevivido a tres generaciones. Dada la tasa de quiebras de las empresas familiares, creo que hemos hecho un excelente trabajo. Aunque claro, nadie nos paga por modestia.
No nos andamos con rodeos fuera de casa sobre cómo está consolidada y dirigida nuestra empresa. Pero vale la pena destacar que fue creada por mujeres. Sí, esa es una realidad que sigue causando escozor en una sociedad que sigue subestimando la capacidad de las mujeres en el ámbito empresarial. ¿No es irónico que una sociedad que se jacta de ser moderna siga arrastrando viejas creencias?
Hoy está conmigo Noa, una mujer increíblemente bella, aunque frívola. Nuestra relación lleva un año, y, honestamente, ha sido más casual que una fiesta de disfraces. Nos conocimos en la fiesta de cierre de Expo Business, y desde entonces, nuestra relación ha sido un constante tira y afloja de encuentros sexuales y un ocasional desayuno en la cama. Ella está aquí porque quiere ver unos productos de belleza, no porque esté interesada en mi "fabulosa" personalidad.
Mientras caminamos por el pasillo, mi mamá pasa a mi lado y susurra con la mirada de quien sabe algo que no ha sido revelado:
—Hoy el ambiente se siente diferente. Hay nuevas empresas participando. Debimos dejar a Noa. Es una vampira de energía.
Me río con el comentario de mi mamá. Su nombre es Cristina, y desde el primer día que vio a Noa, no la aprobó. Aunque respeta mi decisión, se dio cuenta de que nuestra relación no iba a ninguna parte. Intentó crear una conexión, pero al ver que yo tampoco me tomaba la relación en serio, decidió dejar de hacer esfuerzos. La frase de mi mamá es un clásico. Sé que va a soltar una de sus perlas de sabiduría, y, efectivamente, me lanza:
—Así como en el dinero, los millones se cuidan solos y hay que estar pendiente de los centavos, pasa igual con la energía. Hay grandes descargas de energía que puedes disfrutar, pero una fuga puede dejar vacíos irreparables.
La miro con una mezcla de admiración y exasperación. ¿Quién necesita enemigos cuando tienes una madre que parece haber tomado un curso avanzado en filosofía? Asiento y le devuelvo una sonrisa forzada, tratando de parecer más sabio de lo que realmente soy.
Nuestra estrategia siempre ha sido buscar empresas por áreas de mercado. Mi mamá prefiere el área de la salud, mi papá el dinero, mi hermano la tecnología y yo, siempre buscando el área más rentable, la belleza. Los primeros dos días los dedicamos a recolectar información y discutirla en casa. Los siguientes dos días, creamos propuestas y contactamos a las empresas. El último día es para el cierre y el disfrute, porque, seamos honestos, después de tanto trabajo, bien merecemos una recompensa.
Antes de dividirnos para comenzar nuestra fase de trabajo del próximo año, mi papá decide que hagamos un sorteo para redefinir los mercados que visitaremos. No me sorprende; siempre está buscando maneras creativas de mantenernos en vilo.
Después del sorteo, me toca el área de la salud, a mi mamá el dinero, a mi papá la tecnología y mi hermano la belleza. Irónico, ¿no? La belleza termina en manos de mi hermano, que, para ser sincero, siempre ha estado interesado en Noa. Mi hermano, con una sonrisa de complicidad, me dice:
—Voy a lucir esta belleza con orgullo. Quién sabe, quizás tenga suerte.
Desde el principio, mi hermano estaba interesado en Noa, pero por azares del destino, terminé enredado en una cama con ella. Este tema ya lo hemos discutido antes para evitar problemas futuros. Sé que ella llamó su atención; después de todo, ¿quién puede resistirse a una mujer segura de sí misma que explota cada uno de sus atributos? Pero, tal vez, solo tal vez, una mujer podría enseñarle a ver más allá de la superficie.