—Estación 1.111—Dijo el maquinista. —Espero que hayan disfrutado de su viaje y disculpen las molestias por todo.
—¡Ya hemos llegado!—Dijo Yuko muy animada y energética. Amunet fue la última en salir, miró hacia atrás antes de salir del vagón.
La montaña Sur, ubicada en el sur de la isla; el pueblo Silvina era pequeño pero adorable, este pueblo era circular y ancho en vez de ser estrecho y largo. En el centro del pueblo tenían una piedra gigante de color blanco rojizo.
—La piedra Silvina. Es la piedra que dio nombre a este pueblo, construido hace más de 100 años la piedra es la única que sigue intacta desde que los primeros humanos aparecieron por aquí.
Un joven de unos 17 años las habló mientras miraba la piedra con las manos en la espalda. Llevaba una sudadera roja con pantalones a juego.
—¿Y tu quien eres?—Preguntó Lyra.
—Ella tan directa como siempre—Susurró Amunet.
—Me llamo Álvaro—A Edith le sonaba su cara y su nombre. —Vosotras debéis de ser las que me mandaron a buscar, ¿quién de vosotras es Yuko Lin?—Yuko levantó la mano. —Bienvenida a tu pueblo natal, vamos—Se giró. —Os están esperando.
—Que bien, me siento importante—Dijo yendo la primera.
—Este chico me suena y no sé de qué—Susurró Edith al lado de Melody.
El pueblo parecía normal como los demás, todo lleno de arboles sin hojas, con alguna nieve por los rincones más apartados. Pasaron por delante de la escuela cerrada, era más grande que la de Ópalo, y con más jardín para los niños y las niñas.
Tenían que subir unas escaleras para llegar a la cima de la montaña, eran escaleras de piedra adornadas con barandillas de metal oscuro y que por la noche se iluminaban por las farolas triangulares que había en cada una de las esquinas.
—Ya hemos llegado.
—¿No habéis… pensado en… poner un… ascensor…?—Preguntó Yuko sin aliento.
—El general Zhao Ruíz no permite la entrada a la tecnología en este pueblo.
—Qué curioso, nosotros no permitimos la entrada a los vehículos, pero lo nuestro es para proteger a los habitantes para que no sufran algún accidente, lo vuestro es para provocar un accidente—Dijo Yuko poniéndose las manos encima de sus piernas.
—Álvaro querido, ya estás aquí. Bienvenidas a la casa del señor Zhao Ruíz. Pasad, os está esperando—La mujer tenía el cabello castaño oscuro y rizado, con los ojos marrones.
Todas entraron dentro, Yuko llevaba el trofeo en sus manos, el trofeo que en su interior estaba el pergamino y el maestro dragón descansando.
La sala mayor estaba hecha de rocas y minerales, adornada por piedras preciosas, huevos dorados y cuatro pilares decorados con cintas de oro y de color rojo, la alfombra que daba desde la entrada hasta el trono también era de esos dos colores.
—Que castillo tan maravilloso—Dijo Melody asombrada como las demás. —¿Es un castillo o es más bien como un templo?
—Nosotros le llamamos la casa del señor Ruiz. Así no nos liamos. Señor ya está aquí—Dijo antes de marcharse.
—Yuko, ¿eres tú?—Bajó un señor bajito, calvo y con bigote. —Que alegría volver a verte, hacia tanto tiempo…
—¿Quién es usted y de que me conoce?
—Veo que tienes el trofeo familiar de los Lin. Tu eres la sucesora de Yuu Lin y Chao Lin ¿verdad? Antes de hacer nada, como todos los que han pasado por esta casa deberás jugar a varios juegos para ganarte el trono.
—¿Un juego? No hay problema, ¿a qué juego quiere que juegue?
—Eres muy valiente, veamos si eres tan buena como pienso que eres. ¡Bienvenidas a la casa de los juegos!
Cuando dijo esa frase salieron bombas de confetis por ambos lados, junto con varios empleados en la parte derecha y la parte izquierda, once en cada lado. Ilonka se tapo los oídos y cerró sus ojos al escuchar un segundo de las bombas de confetis.
—¿Que hay que hacer?
Los empleados y las empleadas estaban trajeados con blusas blancas con lazos para atar para las mujeres y para los hombres un traje elegante y blanco con un lazo del mismo color, y para los pantalones ambos los tenían de color negro con zapatos a juego.
—Tus opciones están a la izquierda y las mías a la derecha, cada uno de ellos y ellas tienen un plato con una tarjeta tapada, deberás escoger un plato para saber el juego que jugaremos, solo tenemos tres opciones de once. Escoge tu primero.
—Está bien, veamos…
—¡Animo! ¡Tú puedes! Escoge uno fácil—Dijo Lyra.
—¿Fácil? Yo no voy a por lo fácil, voy a por lo arriesgado.
—Chica lista—Susurró.
—Escojo este—Señaló. La mujer levantó la tapa y Yuko cogió la tarjeta. —Tutifruti ¿Tutifruti? ¿Qué es tutifruti?
—Perfecto, este juego es uno de mis favoritos.
Explicación del juego: Cada uno de los participantes tiene una tabla donde hay cinco columnas, y en cada una pone, la letra, un animal, una marca de lo que sea, un lugar y comida. Una persona ajena deberá decir una letra del abecedario y los participantes deberán poner una palabra que empiece con esa letra y que sea de la categoría de cada columna. Si alguien dice tutifruti se deja de escribir inmediatamente y se suman los puntos.
1 punto es si tu respuesta es la única, 0’5 punto es si tu respuesta la ha puesto alguien más, y si no has puesto nada son 0 puntos.
—Yo creo que ya lo entiendo, voy a por todas, abuelo.
—Ya veremos si me puedes llamar abuelo, primero procura ganar los juegos. Álvaro por favor, di una letra.
—Mmm… la C.
*Vosotros también podéis jugar, poned en casa las columnas de la explicación y escribid una palabra que empiece por esta letra, relacionada con las columnas anteriores*
El anciano se estaba esforzando pero iba más avanzado que Yuko. Las demás estaban apartadas viendo a Yuko concentrada con un papel delante, estaban en una mesa inclinada para que fuera más fácil y no se dañaran la espala, esa fue la excusa que puso el anciano para tener esta mesa.
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Editado: 14.08.2021