G.L.A.M.M. Y.E.M.I.L. (invierno)

Capitulo 8. Onna y James Cruz

Edith tenía un lazo amarillo que recogía su cabello rubio y largo, vestía de invierno con sus pantalones largos de color amarillo y una camiseta de manga larga de color blanco con rayas del mismo color que los pantalones. En su camiseta también había un dibujo de un atrapasueños.

Rosabella llevaba las mismas gafas que tenían Edith y Lyra, pero de otro color. Su cabello largo de color castaño estaba recogido con una larga trenza y al final tenía un lazo dorado con una rosa en medio. Su vestimenta de invierno era muy suave, tenía puestos unos pantalones azules con una raya amarilla en un lado, y una camiseta con una rosa estampada en toda la camiseta amarilla.

Ambas pasaban por otro camino, separándose de las demás. Se adentraban cada vez más en el túnel oscuro, iluminado por algunas antorchas que había en las paredes.

—No sé qué vamos a encontrar aquí—Edith siguió andando mientras que Rosabella se detuvo al mirar una pintura. —¿Rosabella?

—Mira—Señaló. En la pared estaban dibujados dos conejos, uno en frente del otro, con dos colores, uno rojo y el otro azul.

—¿Qué es esto?

—Aquí hay información escrita en la pared. El conejo de doble cara, un símbolo de dos grupos enemigos que se unieron para llenar una maquina, la llamaban la maquina milagrosa—Leyó.

—¿Qué hacía esa máquina?

—La maquina milagrosa, un aparato capaz de convertir la magia en un arma, creado por los líderes del conejo rojo Onna y James Cruz—Leyó.

—¿James Cruz? Ese hombre es una caja de sorpresas—Dijo Edith. —¿No pone nada más de la maquina?

—De la maquina no, pero de ellos sí, mira—Rosabella la cogió del brazo y la llevó donde veía más información.

—Onna y James Cruz, fueron un matrimonio feliz, tuvieron dos hijas preciosas pero las dieron en adopción al no tener tanto tiempo para cuidarlas, con cinco años de diferencia entre ambas. Su motivación en la vida era capturar a todas las criaturas mágicas que habitaban en la isla Cristal para robarles la magia y ponerla dentro de su creación más legendaria, la maquina milagrosa—Leyó.

—Mira, aquí hay una pos data… no la puedo leer muy bien.

—Se ha desgastado desde que lo escribieron, a ver déjame probar…—Se agachó para leerlo. —La maquina… el poder de…la magia en...—Intentó leerlo. —No sé muy bien lo que pone, le hare una foto y lo miraremos en casa—Sacó su móvil.

—¿Se sabe algo más sobre ellos?—Preguntó mientras miraba la pared. Vieron un dibujo de un conejo rojo con media pieza ovalada de color rojo.

—Aquí hay otro dibujo—Dijo Edith yendo hacia la otra pared. —Era un conejo azul con la otra media pieza ovalada, pero esta era azul.

—La pieza del milagro—Rosabella se acercó a Edith. —Una piedra que guía a quienes quieren encontrar la inmortalidad, se necesitan las dos piezas, al unirlas forman una piedra de forma ovalada que detecta cualquier criatura mágica, así los buscadores de criaturas mágicas lo tendrían más fácil—Leyó.

—¿Querían los animales mágicos, quiero decir, las criaturas mágicas para encontrar la inmortalidad? Es lo mismo que estamos haciendo nosotras.

—Pero vosotras le estáis dando un hogar para que gente como ellos no los cojan y se aprovechen de ellos.

—¿Pero qué tal si es una trampa? ¿Y si la alcaldesa lo sabía y como tenemos poderes nos ha tomado el pelo para que le hagamos el trabajo sucio?

—¿De verdad piensas eso de la alcaldesa Matea? Parece muy amable.

—En esta isla las apariencias engañan Rosa, tenlo presente.

—Ya lo tengo presente ¿Sabes? Podrías ser mi hermana, das consejos muy valiosos para mí.

—Pues tú eres la primera persona que piensa eso, muchas gracias—Se abrazaron. En frente de ellas había otra pintura a parte del conejo azul, los líderes, Onna y James Cruz.

—¿Crees que podríamos encontrar a nuestros padres? Tú los tuyos y yo los míos claro.

—Espero que sí, me gustaría conocerlos.

—Yo no lo sé…—Se separaron un poco. —Es que no entiendo porque me abandonaron, ¿y si no quieren decírmelo? ¿Y si no quieren reconocerme como su hija? ¿Debería quererlos como siempre he soñado?

—Son preguntas que no te podría contestar, básicamente porque yo estoy en tu misma situación. Al menos seguro que no será por falta de tiempo como las hijas de esos dos—Dijo mirando la puntura.

—Eso es verdad—Volvió su sonrisa.

El hombre era joven, de ojos marrones casi rojos, con el cabello castaño casi rubio, corto y ondulado, vestía con una túnica roja con algunas rayas negras como su mujer.

Y la mujer también era joven, de ojos marrones miel, rubia, con el cabello corto y liso, vestía una túnica roja con algunas rayas negras como su marido.

¿DPÑFKP SPKP P DPÑFKP BAVM?




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