G.L.A.M.M. Y.E.M.I.L. (otoño)

Capitulo 1. El diario de Ilonka

—Ya han pasado un mes y diez días desde que supe la verdad—Lo escribió en su diario. —La verdad es que no ha sido fácil, pero todavía tengo 12 años y con esos dos libres no estaría segura en otro lugar.

—Ilonka, estas aquí ¿Qué haces?—Preguntó Yuko.

—Escribo—Siguió escribiendo.

—¿Vas a ir así al colegio?

—¿Qué pasa? Así me gusta.

—Llevas la misma trenza todo el verano.

—Y tú llevas el pelo suelto todo el verano.

—Déjatelo suelto, solo por hoy por favor.

—Está bien, lo llevare suelto pero lo llevaré con una diadema de trenzas— Bajaron y desayunaron tranquilamente, eran las 7:30 pero como estaban cerca no hacía falta irse tan temprano.

—En todo este tiempo que hemos estado desde que supimos la verdad, se ha cambiado algunas cosas. Los gemelos Nelson y Geldrion se fueron del pueblo unos días para poder reparar ellos mismos el reloj dorado que les dieron a Zyne y a Ayleen, al parecer tanto tiempo sin usarse paga factura—Escribió en su diario.

—¿Listas para iros?—Preguntó la señora Amunet.

—¡A tope con todo!—Dijo Melody. Antes tenía una pequeña cola detrás con un clip de una vela, pero esta vez tenía el cabello suelto con una diadema con la misma vela.

—Mi relación con la señora Amunet no ha mejorado y puedo decir que ya no soy tan cercana a ella, aunque ella tampoco es que ayudara mucho dejándonos solas casi cada dia. Pero digamos que no la puedo mirar a la cara. Puede que pensáis que soy una niña egoísta pero… si no fuera por esos dos, yo no sabría la verdad—Cerró el diario y lo guardó en la mochila.

—¡Que aprendáis mucho!—Gritó la señora Amunet desde la puerta. Las cinco se iban con sus mochilas de colores, cada una con su favorito.

—Dos días después de lo sucedido empezaron a venir los vecinos que se habían ido de viaje, como Esther Álvarez, la hija de la alcaldesa y prima de Sally. Muy presumida y con la autoestima en los cielos. Su padre era igual que ella, por eso la alcaldesa Matea se separó de él hace dos años.

—Uy—Chocó contra ella. —Perdona Melody, no te había visto, como parece que seas invisible—Melody se enfado pero solo frunció el ceño, no le salía nada de la impotencia.

—Gente como ella hay muchas, vamos entremos, que al final nos pondrán falta—Dijo Lyra. Esta vez había optado por hacerse un moño, en vez de tenerlo suelto como siempre.

—Y ya estamos de vuelta… hoy es 23 de septiembre y estoy deseando que lleguen las fiestas de invierno—Dijo Edith entrando la tercera. En vez de tener el cabello suelto, esta vez tenía una cola baja con un lazo amarillo.

—Tú y todas—Dijo Lyra.

—En un aspecto parece que todo se haya calmado ¿Dónde están estas aventuras que teníamos en verano? Los fantasmas ya no persiguen a Melody, no hay otras razas de animales que nos intente convertir en cosas, no hay magia ni misterios, parece como si el pueblo hubiese vuelto a la normalidad al llegar las clases.

—Ilonka.

—¿Qué más puedo decir que no sepáis ya? Sue y Desmond…

—Ilonka ¿Qué estás haciendo?—Se acercó a su mesa. —¿Eso es un diario?

—No, son apuntes—Lo cerró.

—¿Sabes por dónde vamos? De la lectura por supuesto.

—No lo sé, me he perdido.

—Muy bien, ponte derecha contra la pared. De cara a la pared y sin rechistar—Esta maestra era la más estricta de todo el colegio.

—“Me da igual, puedo escribirlo mentalmente, ¿por dónde iba? Ah sí, Sue y Desmond seguían con su tienda de antigüedades, no tenía mucho éxito, en realidad nunca lo ha tenido, pero sabían cómo sobrellevarlo”.

—Ilonka, ¿puedes dejar de hablar? Estoy intentando seguir la clase—Susurró Yuko.

—Yo no estoy diciendo nada. Lo estoy… pensando… ¿no me digas que has podido escuchar todo lo que he pensado?—Yuko acepto con la cabeza. —¡Eso es fantástico!— El silencio inundo la clase juntamente con las miradas de sus compañeros en ella.

—¡Al despacho del director!—La maestra tenía el cabello de color morado, rizado y corto. Llevaba gafas grandes y redondas y tenía una verruga pequeña debajo de la nariz. El director también era algo estricto, aunque Ilonka no estaba en su mejor semana.

—Ya es la tercera vez que he tenido que venir a buscarte ¿se puede saber qué te pasa?—Preguntó Amunet cerrando la puerta de casa.

—¿Qué, qué me pasa? ¿Me lo preguntas en serio?

—Se que lo que pasó te afectó y es normal, a todas os afecto y a mi también, nunca volveremos a estar como antes, pero ya ha pasado más de un mes, y las clases ya han empezado, deberías tranquilizarte y pensar en lo que estás haciendo.

—Yo ya lo pienso, lo pienso cada día, estoy aquí porque soy menor y no puedo irme sola, pero ten por seguro que cuando cumpla 16 aunque todavía sea menor de edad me iré sola por el mundo—Dijo antes de encerrarse en su habitación. Amunet suspiró.



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En el texto hay: comedia, drama y aventuras, magia y misterio

Editado: 11.12.2019

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