Capitulo 17. El regalo de Yuko

Hace siete días atrás…

—¿Estáis todas bien?—Preguntó Melody levantándose del suelo.

—¿Qué ha pasado?

—Parece que la puerta tenía algún sensor y eso ha hecho que el gas somnífero saliera—Dijo Zyne al ver más de cerca la puerta que seguía abierta.

—¿Que conseguían con eso? ¿Dormirnos? ¿Por qué? ¿Y quiénes?—Preguntó Edith.

—Para conseguir su objetivo—Dijo Riza. —¿Alguien ha visto a Ilonka?—Todas miraban a su alrededor pero no había ni rastro de ella. —No puede ser, era una trampa para secuestrarla—Dijo saliendo del hospital.

—Espera, te ayudaremos a encontrarla—Dijo Lyra.

—Era mi responsabilidad y la he perdido.

—No estás sola, además es nuestra hermana—Dijo Edith.

—Y mi prima, créeme que ahora que la he encontrado no la voy a perder de nuevo.

Actualmente jueves, 7 de noviembre del 2019.

—Han sido unos días muy intensos—Dijo Yuko en el parque con las demás.

—Siete días sin saber nada de ella—Dijo Ayleen.

—¿Ha habido suerte?—Preguntó la señora Amunet.

—Nada.

—¡Chicas! ¡Hemos encontrado algo!—Gritó Lyra con Melody de lejos.

—¿Es su audífono?—Preguntó Yuko.

—Estamos al 99% seguras de que es suyo—Dijo Melody.

—Si los objetos pudieran hablar…

—Los objetos no, pero yo sé quien nos puede ayudar, tengo que volver a Ópalo.

—Yo te llevo—Dijo Amunet.

—Volveré con respuestas, os lo prometo.

Yuko y Amunet se subieron al coche de esta última y subieron la montaña hasta llegar al pueblo Ópalo, con media hora de camino Yuko salió del coche rápidamente para encontrar a alguien.

—¿Daren? ¿Estás aquí?—Preguntó yendo hacia donde entrenaban juntos, al lado del lago.

—Hola, no sabía que estabas aquí—Salió entre los arbustos.

—Acabo de llegar, necesito tu ayuda, tú puedes saber la historia de este audífono ¿verdad? Una amiga mía la han secuestrado y no sabemos dónde está, quería saber si podías localizarla o al menos saber hacia dónde se ha ido.

—Yuko, Hoy es tu cumpleaños ¿verdad? Deja que te regale lo que más ansia tu corazón.

—¿El qué?

—Saber la verdad de tu familia, como llegaste a este pueblo siendo una niña.

—Dijiste que necesitabas mucho poder para

—Pero hoy es un día muy especial, puedo intentarlo, déjame un objeto tuyo.

—¿Dirás un objeto que haya visto mi pasado?

—Por supuesto.

—Tienes suerte, siempre llevo este lazo rojo desde que leí el pergamino—Dijo sacándolo de su bolsillo. —Toma.

FLASHBACK DEL LAZO:

La visión del lazo…Estaba en un palacio, encima de la cabeza de una mujer de piel blanca con el cabello corto y de color negro azabache. Sus ojos eran de color marrón y el lazo estaba como una diadema en su cabeza, se miraba al espejo con su barriga ya de muchos meses.

—Señora Lin, debería estar en la cama—Dijo una mujer pelirroja con los ojos azules como el mar. —Le queda menos de un mes para que nazca la heredera.

—No apresuremos las cosas Annie. Nacerá cuando tenga que nacer—Dijo frotándose la barriga muy suavemente.

—Como desee, si me disculpa, me gustaría retirarme—La dama se retiro con el consentimiento de la mujer mientras que ella se seguía viendo en el espejo.

—Vas a ser una gran protectora Yuko, lo presiento, pero por desgracia yo no estaré contigo cuando eso pase…

FIN DEL FLASHBACK. Daren lanzó el lazo rojo al suelo con fuerza, como si hubiera visto algo que no entendía.

—Tú eres la heredera de los Lin, deberías estar muerta…

—Gracias por decirme eso. Oye, ¿estás bien?

—Yuko, él no es quien dice ser.

—¿Daren? Entonces—Cogió el lazo del suelo. —¿Quién eres tú?—Se quitó su colgante. —El hermano de Ilonka.

—El mismo.

—No entiendo nada.

—Yo te lo explicaré—Dijo el verdadero Daren.

Días antes…

—Daren, ¿Qué pasa? Ah ya sé, me quieres ayudar a encontrar mi familia con tus poderes, lo sabía, vamos.

—No, no, no, mis poderes no son un juego, cada vez que los utilizo sufro dolores de cabeza y si se remonta a años atrás peor me lo pones.

—Si no practicas nunca aprenderás a usarlos bien.

—Mira quien fue a hablar…

—Nos veremos luego ¿vale? Tengo que irme con el padre de Lyra—Se fue antes de que él pudiera decirle algo.

—Pero yo quería… qué más da, ya se lo diré otro día— Se fue para el otro lado. Directamente hacia el lago del pueblo. —Para su cumpleaños intentaré reunir todas mis fuerzas para hacerlo, si es que puedo…—Se sentó en una roca. Y él apareció.