Era de noche, Edith se había despertado después de volver al mundo onírico. Eran las 03:00 de la madrugada. Despertó a las demás y después de insistir muchísimo, se fueron de casa mientras que la señora Amunet estaba durmiendo.
—Y ahora que nos has sacado de la cama, ¿pretendes que bajemos a la ciudad andando? ¿Te recuerdo que es una hora de camino?—Dijo Melody.
—Yo tengo una idea, pero no me digáis nada si no funciona.
—¿Cuál es?
—¿Os acordáis que os dije que pude hacer desaparecer al hermano de Ilonka?
—Sí y no lo encontramos por ninguna parte. ¿Nos quieres hacer desaparecer?
—No. Lo volví a hacer con cosas materiales y no las hago desaparecer, las transporto a otro lugar.
—Pues a saber a dónde lo has mandado.
—Espero que lo hayas mandado al infierno—Dijo Edith.
—Vale…
—Lo pruebo con una de vosotras y yo a ver.
—Yo voy la primera—Dijo Edith. Se cogieron ambas manos y cerraron los ojos.
—Quiero ir a la ciudad Crisocola.
—Se supone que tenía que brillar o algo ¿verdad?—Preguntó Lyra.
—No lo entiendo, debería funcionar.
—Alomejor tienes que practicar con personas, los objetos pesan menos en comparación con los humanos, puede que necesites más poder ¿no?—Dijo Melody.
—¿Y ahora qué hacemos?—Preguntó Lyra.
—Esperad, creo que hay alguien con nosotras—Dijo Melody al escuchar un ruido. —He escuchado pasos—Dijo mirando a unos arbustos. —¿Jack? ¡Hey! Dejad de espiarnos, ¿desde cuándo estáis ahí?
—¿Con quién hablas?
—La niña y el fantasma están detrás de esos arbustos, Rosabella se llamaba ¿no?
—Hola—Dijo la niña tras salir del escondite.
—¿Que hacíais ahí escondidos? ¡Que son las 03:00 de la madrugada!—Dijo Edith.
—¿Y vosotras qué?
—Lo nuestro no es asunto vuestro.
—¿Y porque no? No me tratéis como una niña pequeña
—Es que lo eres, ¿cuántos años tienes? ¿8? Todavía no tienes ni dos números juntos.
—Resulta que a mi edad yo ya sé cómo funciona el mundo real.
—¿Ah sí? Si tan creída te piensas que eres tú…
—Vale, vale, esto se está volviendo algo incomodo de escuchar y ver—Dijo Yuko.
—Lo único que necesitamos es un coche para ir a la ciudad Crisocola lo más rápido posible.
—Dejádmelo a mí—Dijo Rosabella. —Esperad aquí voy a por un transporte.
—¡Pero espera! ¡No se pueden utilizar vehículos dentro del pueblo!—Gritó Melody.
—Es una niña astuta—Dijo Jack. —Como yo—Dijo con humos de superioridad, Melody suspiro todo lo que tenía.
—¿Y cuanto tiempo tendremos que estar aquí esperándola?
—Edith ¿qué te pasa? Parece como si fueseis hermanas—Dijo Yuko.
—¿Qué dices? ¿Cómo va a ser mi hermana esa sabelotodo de 8 años?
—Los hermanos se pelean, es una regla básica y no me digas que no tengo hermanos porque nos hemos criado juntas y a veces también nos hemos enfadado.
—Al igual que los hermanos, los amigos, los enemigos, los rivales, los profesores, los padres, todo el mundo se enfada de vez en cuando. No necesariamente tiene que ser mi hermana, más cuando no tengo ni idea de dónde vengo ni quien es mi familia.
—¡Ya estoy aquí!—Rosabella venía con un objeto en la mano.
—¿Que lleva en la mano? ¿Un casco?
—Este es mi transporte—Enseñó un casco bronceado con un par de alas una en cada lado. —Antes de que digas cualquier cosa os lo voy a enseñar—Dijo poniéndoselo, se lo abrochó y estiro ambas alas a la vez con las dos manos, estas empezaron a volar alzándola al aire.
—Un casco volador, ¿pero no te aprieta con eso abrochado?
—No, tiene goma espuma así que está muy cómodo.
—Pero solo tienes uno, ¿cómo bajamos las demás?
—Yo os llevaré, cogeré a una y las demás os cogéis de los pies de la siguiente.
—Osea haciendo una escalera, de arriba a abajo.
Rosabella llevaba el mando, cogía a Yuko por las axilas, Melody se cogía de los pies de Yuko, Edith de los pies de Melody y Lyra de sus pies, creando así una cadena.
—Como nos vea alguien…
Llegaron al pueblo, cerca del camino por donde se iba al pueblo Ópalo. Rosabella se quitó el casco ya que tenía mucho calor y no era plan de llevarlo siempre puesto.
—Muchas gracias Rosabella, te debemos una—Dijo Yuko.
—Lo tendré presente.
—¿Y ahora qué? ¿Dónde la viste?—Preguntó Lyra.
—Por ahí—Señaló mientras iba andando hacia esa dirección. Llegando al frente de un garaje cerrado. —Es aquí, aquí tienen a Ilonka.