—¡Aaaaah!—Melody se asusto tanto que se cayó de la cama.
—¿Qué pasa?—Preguntó Lyra quien se había despertado del grito. —Otro fantasma?
—Ya van once esta semana, ¡no lo aguanto más!
—Son las 8:00 de la mañana, ¿tienes que hacer ruido hasta en esta hora?—Preguntó Yuko quien se había levantado junto con las demás.
—No soy yo, son ellos.
—¿Los fantasmas otra vez? ¿Qué es lo que quieren?—Preguntó Edith.
—Por favor no nos dejes solos.
—Tú eres la única persona hasta ahora que puede vernos.
—Tienen miedo.
—¿Miedo de que? ¡Son fantasmas!—Dijo Ilonka.
—Se ve la ignorancia desde lejos—Dijo una de los dos fantasmas que había en la habitación.
—De un pozo, tienen miedo de un pozo que hay en el bosque.
—¿De un pozo? ¿Estás segura? ¿Qué le puede hacer un pozo a unos fantasmas?
—No lo sé, pero tengo que averiguarlo para que me dejen en paz.
—Iremos contigo— Dijo Lyra quien todavía estaba tumbada en su cama.
—Antes de iros, ¿qué tal si desayunáis? Veo que estáis todas despiertas, que madrugadoras sois, ¿a qué hora os fuisteis a dormir?—Preguntó la señora Amunet.
—Pronto, no sé a qué hora pero pronto.
Desayunaron y se fueron al bosque en pleno día de sol, Edith y Yuko fueron las únicas que llevaban gorras. Ilonka dejo su móvil encima de su cama ya que no lo haría servir mucho y en ese momento Desmond la llamó.
—Es por aquí—Dijo Melody guiándolas, siendo guiada por los mismos fantasmas que la acechaban cada día.
—Este es, este es el pozo—Dijo uno de los dos fantasmas.
—Es ese pozo—Señaló Melody. El pozo estaba cubierto de hierba y ramas por todas partes, a penas se veía el pozo completo. Las cinco empezaron a quitar todas las hierbas para poder verlo mejor. —¿Que os parece?
—Que es un pozo normal—Dijo Ilonka.
—¿Es que esta niña siempre es ignorante?—preguntó un fantasma.
—¿Y ahora qué?— Preguntó Lyra. Los fantasmas estaban detrás de Melody aterrados.
—Tendremos que bajar.
—¿¡Que de qué?! Yo no pienso bajar ahí, no sabemos que hay—Dijo
—Esperad, creo que hay alguien ahí.
—¿Quien en su sano juicio estaría ahí abajo?
—Puede que se haya caído—Dijo Ilonka asomándose cada vez más. En ese momento Melody la empujo e Ilonka se cayó al pozo—¡Aaah!
—¡Melody!—Gritaron las tres a la vez.
—No, no, no he sido yo, han sido… ¿lo habíais planeado todo?
—Chica, que cansina que eres, por fin te has decidido venir y con la suerte de que una de tus amigas se estaba acercando mucho al pozo.
—Un plan brillante cariño—Dijo el otro fantasma. Eran un matrimonio viejo.
—¿No me digas que esos fantasmas te han poseído? ¿Pueden hacerlo?
—Eso es justo lo que acaba de pasar ahora. ¿Por qué razón la iba a empujar yo?
—No tiene mucho sentido que lo hiciera ella misma, seguro que han sido los fantasmas.
—¿Dónde están ahora los fantasmas?
—Se acaban de ir ahora mismo, me estaban molestado para engañarme y venir a este pozo maldito.
—¡Ilonka! ¡¿Me escuchas?!—Solo se oía el eco. —Voy a buscarla.
—¿Te meterás también?—Preguntó Edith.
—Si esto es todo culpa mía, si yo no os hubiera traído aquí nada de esto hubiera pasado.
—Hemos venido porque queríamos ayudarte, ha sido por nuestra propia voluntad, no digas que ha sido culpa tuya porque no lo ha sido—Dijo Lyra.
—Vale, pero aun así voy a bajar—Dijo subiéndose encima del pozo.
—¿Y nosotras que hacemos?—Preguntó Yuko.
—Hablad con Desmond y Sue, seguro que tienen algo sobre este pozo que nos ayude a salir—Melody se tiro y mientras iba cayendo gritaba el nombre. —Ilonka!
—¿Melody? ¿Qué haces aquí? ¡Y porque me has tirado!—Melody cayó de culo, parecía muy hondo pero la verdad es que no se veía el inicio ya que lo envolvía una nube negra y densa. —oh… ha n sido los fantasmas…
—Por una vez me encanta que puedas leer la mente—Dijo levantándose. —Pero ¿por qué te has tenido que acercar tanto al pozo?
—Ah ¿osea ahora la culpa es mía? Espera, hay alguien más con nosotras.
—¿Otro que se ha tirado al pozo?
—¿Quien está ahí?—Preguntó Ilonka firme. Un hombre de cabellos puntiagudos y rubios con gafas redondas y una mochila verde oscuro vino. — ¿Quién eres?
—Saludos niñas, me llamo Nector, soy investigador y siempre me ha gustado lo sobrenatural.