El sol chorreaba un calor inmenso que incluso los animales no podían soportar. No había nadie en el pueblo, todos estaban con sus ventiladores y sus aires acondicionados en casa.
—Hace tanto calor que me tiraría un cubo de hielo encima—Dijo Ilonka con las piernas en el respaldo del sofá.
—Yo metería la cabeza en el congelador—Dijo Lyra tumbada en el sofá boca arriba.
—Yo directamente viviría en el congelador—Dijo Melody.
—¿Y si nos vamos a la piscina de Crisocola?—Preguntó Yuko yendo hacia la cocina.
—¿Podemos ir? ¿Y la señora Amunet?—Preguntó Edith.
—Estoy aquí y digo que podéis ir sin problemas, es mas yo también iré—Dijo cansada.
—¡Día de piscina!—Gritó Lyra. —¿Qué? Yo no pude ir cuando os fuisteis—Lo prepararon todo para irse, el bañador, las toallas, las bolsas y ¡la crema solar!
Cuando fueron a la salida del pueblo para ir a buscar el coche, lo vieron tan caliente que no se atrevieron ni a abrir la puerta, así que decidieron ir caminando por la ruta 46. La única ruta que había desde el pueblo de la montaña hasta el centro. En coche se tardaba como máximo media hora, así que caminando…
Al llegar por fin al pueblo, una hora más tarde, pudieron entrar sin problemas, era un pueblo bastante grande, con edificios altos de cristal resistente, otros eran hechos de las rocas de las cuevas, todo muy moderno.
—La piscina está por aquí—Dijo Amunet guiando a las niñas, ella iba cargada con la sombrilla y la bolsa de paja para ir a la playa y a la piscina. Ahí metió la crema solar, los móviles de las cinco y su toalla ya que cada una llevaba su toalla propia en brazos.
—¡Por fin! La piscina fresquita ¡hola mundo, he vuelto!
—Lyra por favor, comportante.
—¡Al agua voy!—Lyra se tiro la primera, y las demás la siguieron. Se pusieron cerca de la piscina para vigilar las cosas. La piscina estaba destapada y la gente podía llevar sombrilla para que el sol no les molestase. La señora Amunet tenía un bañador de color granate y se tumbó con las gafas de sol, mientras que las niñas se divertían en el agua.
—¡Noo!—La señora Amunet se despertó sudada, había tenido una pesadilla.
—Señora Amunet, ¿está bien?
—Sí, estoy bien Ilonka. ¿No vas al agua?
—Ahora iré, estoy buscando mi móvil, quiero grabar un poco, hace mucho tiempo que no grabo un video.
—De acuerdo, yo voy al baño un momento, no se os ocurra iros y si algún extraño dice de ir con él no lo hagáis ¿entendido?—Ilonka aceptó y Amunet se fue al baño.
Este baño, como muchos públicos, era unisex, en la derecha tenia los lavabos de chicas con el color turquesa y en la izquierda los lavabos de los chicos con el color naranja. Amunet entró y se despejó la cara con agua fría, al instante de levantar la mirada los vio.
—Hey, hola—Se giró. —¿Que…hacéis aquí?
—Te largaste—Dijo el de la cicatriz en la cara.
—Y nos dejaste tirados—Dijo el de la cicatriz en el brazo.
Los dos hombres eran grandes y de hombros anchos, eran gemelos y tenían el cabello corto de color negro, ambos tenían los ojos naranjas casi rojos y vestían iguales. Se les podían diferenciar por la cicatriz que tenían ambos, uno lo tenía en el brazo derecho y el otro lo tenía en la cara el lado izquierdo bajo el ojo.
—Hey vamos, ya somos mayorcitos para estas cosas ¿no creéis? Hoy es 10 de agosto ¿verdad? Es vuestro cumpleaños ¿no?
—Y por eso nos la llevaremos como regalo de cumpleaños—Dijo el de la cicatriz en la cara.
—Por encima de mi cadáver—Amunet se puso firme y empezó a pelear contra los dos, puñetazos que daba también recibía de ellos, hasta que se metió en un lavabo e izo fuerza para darles un golpe, ese pequeño instante lo utilizo para huir e ir a donde estaban las niñas.
Al llegar solo vio a Melody y Edith en las toallas.
—Señora Amunet, cuando nos vamos a comer? Tengo hambre—Dijo Melody.
—Enseguida iremos, ¿donde están las demás?—Preguntó preocupada.
—Están en el agua, intenta sacar a Ilonka y a Lyra, no podrá, les encanta el agua—Dijo Edith.
—Pues nos tenemos que ir, ahora, recoged vuestras toallas, nos vamos de aquí y no quiero ninguna pregunta—Dijo recogiendo la sombrilla. —Lyra, Ilonka y Yuko venid aquí ahora mismo, nos vamos—Dijo acercándose al agua.
—¿Qué? ¿Por qué? Se está muy bien aquí, fuera hace frio, aquí se está calentito—Dijo Lyra haciendo burbujas bajo el agua.
—Fuera hace frio porque la temperatura de aquí está demasiado caliente—Dijo Yuko.
—No os lo vuelvo a repetir, vámonos ya—Amunet observo a su alrededor y vio que los dos estaban saliendo del baño buscándola. —Vámonos.