—¡P-por favor! ¡Acepta esto como una muestra de mis sentimientos! —dijo Dieter dándole una flor a Shin-ae.
Tanto ella como yo, estabamos totalmente sorprendidas. Por mi parte, pensé que sería uno de esos días aburridos en la escuela, pero esta situación lo cambió totalmente.
—No. —dijo y me tomó de la mano y me haló con ella mientras corríamos.
—¡¿Cómo le vas a decir que no?! —dije
—¡Jae! ¡No me avergüences más de lo qje ya estoy!— Dijo Shin-ae con la cara completamente roja—Además, ni siquiera lo conozco.
צ×
Después de la escuela, mis amigas y yo decidimos ir a comer algo, cuando llegamos al lugar, yo les conté lo sucedido, pues Shin-ae no mostraba indicios de que lo iba a hacer.
—¡Imaginate lo hermosos que serían sus hijos! —Exclamó Maya emocionada.
—¿Y eso a mi qué? Ni siquiera lo conozco —soltó la 'ojirubí'
—Yo pienso que debió invitarte a salir primero —dije
—Nah, no tengo tiempo para esas tonterías, sólo tengo tiempo para alimentar a mi pancita —dijo imaginandose escenarios en donde la comida era gigantesca.
Luego llegó una señorita para tomarnos el pedido.
—Yo quiero una hamburguesa hawaiana —pidió Maya.
—Yo una vegetariana —Pidió Rika.
—¡Yo quiero la hamburguesa ataque al corazón! ¡Siempre la he querido probar! —exclamó Shin-ae con un brillo en los ojos.
—Si sabes que tiene dos kilos de carne de res ¿Verdad? —dijo la mesera, insegura del pedido de mi amiga.
—Sí, lo sé y también un jugo de naranja, por favor.
—Está bien...—anotó el pedido —¿Y tú? ¿Qué vas a pedir? —me dijo.
—Papas a la francesa, por favor —¡Adoro las papas fritas!
La señorita asintió y fue a entregar el pedido a los cocineros. Yo me quedé observando el lugar, cuando vi una cabellera conocida.
—¡Chicas! ¡Es Dieter, agáchense! —exclamé en un susurro y rápidamente las cuatro nos agachamos.
Escuchamos cómo un chico comenzó a hablar estupideces de Shin-ae.
—¡Esa perra está loca! —le dijo el chico a Dieter.
Me iba a levantar para golpearlo en la cara, pero la mano de Shin-ae me detuvo.
—No hables así de ella... —dijo Dieter
—Dieter tiene razón, ten más respeto —dijo una voz conocida.
—Además, ¡Es tan solitaria! ¡Mi amigo que estudiaba con ella en la primaria dijo que la única que la soportaba era la huérfana esa de Jae-Kyung! ¡Y esa también es una perra!
Shin-ae tomó su jugo de naranja y se lo echó al chico equivocado.
—¿Por qué no me lo dices en la cara, imbécil de mierda? —dije poniendome de pie— ¿Qué soy una qué? ¿Cómo te atreves a hablar así de nosotras, mierda con patas?
—Hey, calmate —dijo Rika tomando mi mano.
—Tsk —volví a sentarme.
—Lo lamento, mi objetivo era tu amigo—le dijo Shin-ae al pelirrojo...
¡El pelirrojo de la tienda de videojuegos!
Shin-ae le pidió su abrigo y él se lo dio. Ella comenzó a secarlo con... ¿Golpes?
—¡Olvídenlo! ¡Tenemos que arreglarnos para la fiesta de los Hirahara! —Exclamaron Rika y Maya mientras nos sacaban del lugar.
×××
—Shin-ae, ¿Ya estás lista? —le preguntó Rika mientras la anterior nombrada leía unos cómics.
—Claro—Shin-ae estaba vestida como siempre.
—¿Vas a ir así?— Preguntó Maya.
—Claro que sí, voy por la comida y no podré comer si tengo uno de esos vestidos apretados.
—Yo creo que se ve linda así —comenté mirando a Shin-ae.
—Como sea. Aquí hay un vestido deportivo, puedes usarlo —Le dijo Maya entregándole el vestido.
—Te ves bien—dijo Rika mientras se miraba conmigo en el espejo.
—Tú igual—sonreí.
Yo llevaba un vestido negro de seda, mi cabello color vino oscuro estaba recogido en una coleta con dos mechones de cabello sueltos en la frente.
—Bien, pongámonos nuestras máscaras —dijo Maya poniéndose la suya y yo me puse la mía (multimedia)