Aviso: Lean lo que les escribí en el final, por favor.
Narrador omnisciente.
Kousuke salió de su oficina, pues ya era hora de ir a casa, pero antes de hacerlo, buscó a Jae-Kyung.
—Jayce —Lo llamó —¿La Srta. Kyo ya se ha ido?
—No, Señor—Respondió —Creo que la vi subiendo a la azotea.
—¿Azotea? ¿Para qué iría a la azotea? —Se preguntó mientras subía a dicho lugar por las escaleras.
Cuando llegó, la vio ahí, con las manos en los bolsillos, observando el panorama.
—¿No crees que estás muy cerca de la orilla? —Habló el castaño.
La chica saltó del susto, llevándose una mano al pecho.
Kousuke se acercó a ella.
—Lo digo en serio, aléjate un poco, te puedes caer —Volvió a hablar.
—¡Oh! ¿En serio? ¡No me di cuenta! —Le respondió con sarcasmo mientras
reía levemente.
Ninguno de los dos volvió a hablar, el ambiente se sumergió en el silencio, y lo que les sorprendió a ambos, era que el silencio no era uno incómodo.
Kousuke la miraba de reojo, el viento chocando sutilmente por su rostro, haciendo que su largo cabello se moviera hacia atrás levemente. Sus mejillas y su nariz estaban rojas debido al clima. Él se tomó el tiempo de admirar su perfil, mientras que ella seguía disfrutando de las luces de la capital.
—Felicidades por lo de ayer —Rompió el silencio.
—Gracias, supongo —Respondió ella sin despegar la vista de la cuidad.
—¿Cómo le fue a la Srta. Yoo? —Preguntó él, tratando de mantener la conversación.
—Mejor de lo que ella pensaba —Contestó.
—Vi tus calificaciones, eran buenas, pero no las mejores —Habló —¿Cómo es que conseguiste ocupar el tercer lugar en el examen? —preguntó con curiosidad.
—No me gusta resaltar entre los demás por cuestiones personales —Respondió alzando los hombros —Pero si quiero un buen futuro tengo que tener calificaciones perfectas.
Kousuke se confundió por unos segundos, pues a sus ojos, aquella chica era la que más resaltaba.
—¿Qué piensas hacer en un futuro? ¿Tienes algo claro? —Volvió a preguntar el de orbes azules, tratando de buscar la mirada de la chica, pues en todo el tiempo, nunca lo miró a los ojos.
—Voy a llevar a Deuv a la cima y una vez que lo haga, trabajaré en la parte de oficinas —Respondió.
—¿Para ti diseñar no es un trabajo?
—Un artista no trabaja, un artista disfruta de hacer lo que ama—Contestó sonriendo.
Las palabras de la chica le parecieron tan atractivas que su curiosidad despertó.
—¿Nunca te quedas sin ideas? ¿Sin imaginación? —Preguntó mientras giraba todo su cuerpo en dirección a Jae-Kyung.
—Quedarme sin imaginación es como estar muerta.
Kousuke estaba fascinado, pero comenzaba a inquietarle el hecho de que ella no lo mirase.
—¿Prácticas alguna danza como el ballet? —Preguntó.
—No, ¿Por qué?
—Tus movimientos corporales lo dicen.
—Oh—Rió—Es bastante interesante saber eso, pero no, no práctico ninguna danza porque ni siquiera sé bailar —Comentó.
Kousuke no volvió a hablar, porque esperaba que esta vez fuera ella la que le preguntara algo.
Se quedaron en silencio otra vez, mientras seguían observando los edificios de la cuidad.
—¿Crees en el amor? —Preguntó ella rompiendo el silencio.
Esa pregunta lo tomó por sorpresa.
—¿Por qué lo preguntas? —Preguntó con curiosidad.
—Por eso —Señaló un globo publicitario que volaba enfrente de ellos.
—¿Tú crees en eso? —Preguntó él evitando responder.
—Yo te pregunté primero —Dijo riendo levemente —Responde.
El castaño suspiró.
—No, yo creo en la unión de dos mentes.
Él respondió eso porque la verdad no tenía ni idea de que responder, pues él nunca se había enamorado, así que nunca había sentido lo que es el amor, pues sólo conocía el amor familiar o al menos eso era lo que Kousuke creía.
Jae finalmente lo miró.
Lo que ella acababa de escuchar le pareció tan atractivo que su corazón comenzó a latir con fuerza.
Kousuke suspiró aliviado, pues al fin lo había mirado a los ojos. Al parecer lo que él había dicho, llamó la atención de la chica.
—¿Estás bien? Estás roja —Preguntó mientras sonreía internamente.
—E-Es por el frío —Cerró los ojos mientra trataba de calmarse.
Siguieron en silencio.
Él miraba las estrellas y ella trataba de controlar a su corazón.
Los ojos de Kousuke se abrieron de par en par.
—¡Srta. Kyo! ¡Abre los ojos! —Exclamó con rapidez.
La chica abrió los ojos de golpe y Kousuke señaló el cielo.
Una estrella fugaz.
—¡Carajo! ¡No alcancé a pedir un deseo! —Exclamó quejándose.
—Es muy raro ver esas cosas pasar por aquí —Comentó él.
Kousuke le dijo que él tampoco había alcanzado a pedir un deseo, pero en realidad mintió, sólo lo hizo para que ella no se sintiera mal.
Jae se burló de sí misma y de él por ser tan lentos.
Después de eso, Kosuke comenzó a hablarle sobre las constelaciones que habían en el cielo esa noche, Jae lo escuchaba atentamente, pues le llamaba la atención todo lo que sabía Kousuke.
—Uh, ya me tengo que ir —Dijo mirando su reloj —¡Nos vemos el Lunes! —Comenzó a caminar hacia las escaleras.
—Srta. Kyo, espera un momento —Dijo y le entregó un bálsamo labial —He visto que te muerdes los labios y terminas lastimándolos.
—Oh, sí —Respondió guardando el bálsamo en su bolsillo —Lo hago cuando estoy estresada, ¡Gracias y adiós!
Kousuke vio cómo la chica se alejaba de él.
Lo bueno es que había cumplido con el propósito por el que la había buscado en primer lugar.