ESCENA 10: EL PRIMER DÍA DEL PLAN - LA BIBLIOTECA
Son las 5:45 PM del mismo lunes.
Blanché salió del trabajo exactamente a las 5:00 PM (normalmente se queda hasta las 6:00 PM, pero hoy no). Tomó dos buses para llegar a la Biblioteca Nacional, un edificio de arquitectura colonial en el centro histórico de la ciudad.
No ha estado aquí desde la universidad. Durante su carrera de Administración de Empresas, venía ocasionalmente a estudiar para exámenes finales, pero siempre con desgano, con la sensación de estar cumpliendo un requisito más que persiguiendo conocimiento real.
Hoy es diferente.
Hoy viene con una lista.
Camina entre los estantes de madera antigua, el olor a libros viejos mezclándose con el ligero aroma a humedad que caracteriza a las bibliotecas de edificios históricos. Hay estudiantes universitarios en las mesas largas, estudiando en silencio. Jubilados leyendo periódicos. Una madre supervisando a su hijo pequeño en la sección infantil.
Blanché va directamente al catálogo digital. Teclea su primera búsqueda:
"Historia del arte - introducción"
El sistema arroja 47 resultados. Ella anota los códigos de ubicación de los primeros cinco que parecen más comprehensivos:
Segunda búsqueda: "Etiqueta protocolo diplomático"
Menos resultados, solo 8. Anota tres:
Tercera búsqueda: "Negociación psicología"
23 resultados. Anota cuatro:
Tiene doce libros en su lista.
La biblioteca permite sacar máximo ocho libros a la vez.
Blanché camina entre los estantes, siguiendo los códigos de ubicación. Algunos están en el segundo piso. Otros en el sótano donde guardan las colecciones menos circuladas.
Le toma cuarenta minutos encontrar todos. Algunos no están disponibles (ya prestados). Reemplaza esos con alternativas.
Finalmente, regresa al mostrador de préstamos con ocho libros en los brazos. Pesan. Literalmente. Debe haber diez kilos de papel y conocimiento aquí.
La bibliotecaria es una mujer de unos sesenta años con lentes de lectura colgando de una cadena plateada. Escanea los códigos de barras uno por uno.
—Interesante selección —comenta mientras procesa Historia del Arte Universal—. ¿Estudiando para algo especial?
Blanché podría decir "solo interés personal" o "tarea" o cualquier respuesta genérica que termine la conversación.
En cambio, dice la verdad:
—Para mi vida.
La bibliotecaria levanta la vista, la mira con curiosidad genuina. —¿Tu vida?
—Sí. Estoy aprendiendo cosas que nunca me enseñaron pero que necesito saber.
La bibliotecaria sonríe. Es una sonrisa cálida, sin condescendencia. —Esa es la mejor razón para leer. Mucha suerte, querida.
—Gracias.
Blanché toma los ocho libros, ahora oficialmente suyos por las próximas dos semanas, y los acomoda en su bolso de tela grande (específicamente trajo el bolso grande hoy para esto).
Encuentra una mesa vacía en la segunda planta, cerca de una ventana que da a la plaza central de la ciudad. La luz natural todavía es buena. Tiene tal vez una hora y media antes de que cierre la biblioteca.
Saca su cuaderno (uno nuevo que compró en la papelería por $3, con portada dura) y abre el primero de los libros: Historia del Arte Universal de Gombrich.
Lee la introducción. Gombrich escribe con claridad refrescante: "No existe, realmente, el Arte con A mayúscula. Solo hay artistas."
Blanché empieza a tomar notas. No está leyendo para aprobar un examen. Está leyendo para absorber. Para convertir esta información en parte de quien es.
Escribe:
"Renacimiento - Siglo XV-XVI - Italia. Redescubrimiento de valores clásicos greco-romanos. Humanismo. Perspectiva. Nombres clave: Da Vinci, Miguel Ángel, Rafael, Botticelli."
"Barroco - Siglo XVII - Drama, emoción, contrastes de luz/sombra (claroscuro). Caravaggio, Rembrandt, Velázquez."
Continúa escribiendo. Las páginas de su cuaderno se llenan de fechas, nombres, movimientos artísticos.
Cambia al segundo libro. Luego al tercero.
Una hora después, cuando la bibliotecaria anuncia que cerrarán en quince minutos, Blanché tiene doce páginas de notas densas.
Su mano le duele de escribir. Su cerebro se siente simultáneamente exhausto y energizado.
Guarda los libros en su bolso, recoge sus cosas, sale de la biblioteca.
Afuera, el sol está comenzando a ponerse. La ciudad se ve diferente en este horario: luz dorada, menos frenética que en la mañana.
Blanché camina hacia la parada de bus. El bolso le pesa en el hombro.
Saca su teléfono y abre su Excel del Proyecto de Transformación Personal.
Actualiza la primera fila:
Habilidad: Historia del Arte
Progreso: 5% (iniciado, primeras lecturas completadas)
Es un porcentaje pequeño. Ridículamente pequeño.
Pero es más que 0%.
Y eso es progreso.
En el bus de regreso a casa, Blanché saca uno de los libros y continúa leyendo mientras la ciudad pasa por la ventana.
Una mujer mayor sentada a su lado nota el libro y comenta: —Ah, Gombrich. Excelente elección. ¿Estudias Historia del Arte?
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Editado: 27.12.2025