ESCENA 18: CITA #1 - RODRIGO, EL EMPRESARIO DE BIENES RAÍCES
Viernes, 7:50 PM.
Blanché llega diez minutos antes (nunca llegar tarde a primera cita - comunica falta de respeto, nunca llegar más de 10 minutos temprano - comunica desesperación).
Bella Toscana es exactamente lo que esperaba: iluminación tenue con velas en cada mesa, paredes color terracota, música italiana suave, meseros con chalecos negros moviéndose entre mesas como bailarines.
El host en el podio la evalúa visualmente en 1.5 segundos.
Blanché usa vestido color vino tinto de Marc Jacobs que compró en consignación ($85 de precio original $600), tacones negros clásicos, maquillaje sutil, cabello en su corte asimétrico perfecto, y por supuesto, su anillo de obsidiana.
Se ve cara. Se mueve con confianza (gracias Rodrigo-entrenador). Pertenece aquí.
—Buenas noches. Tengo reservación. Rodrigo Zamora.
El host consulta su sistema. —Ah sí, el señor Zamora llamó hace 15 minutos avisando que llegará con unos minutos de retraso. ¿Gusta esperarlo en el bar o prefiere que la lleve a la mesa?
Llegar tarde a primera cita, anota mentalmente Blanché. Señal: o es realmente ocupado, o está estableciendo dinámica de poder, o simplemente es desconsiderado. Observar.
—La mesa está bien, gracias.
El host la guía a una mesa esquinera. Perfecta para conversación privada pero visible para el resto del restaurante (los hombres que quieren ser vistos piden estas mesas).
Blanché se sienta. Acepta el menú que le ofrecen. Ordena agua con gas (no vino todavía - esperar a que él llegue, protocolo básico).
Revisa el menú. Los precios la hacen tragar saliva silenciosamente:
Este hombre está estableciendo su nivel económico desde la elección del restaurante. Está diciendo: "Puedo pagar esto sin pestañear."
A las 8:17 PM, Rodrigo llega.
Blanché lo ve acercarse desde la entrada. 1.78m de altura, traje azul marino que es definitivamente Hugo Boss o similar ($1,500+), camisa blanca sin corbata (el look de "ejecutivo relajado"), zapatos Oxford café oscuro perfectamente lustrados.
Y en su muñeca izquierda: Rolex Submariner.
Blanché reconoce el modelo porque uno de sus clientes corporativos lo usaba y no podía dejar de mencionarlo. Precio: $12,000 mínimo.
Él quiere que lo note, piensa. Los hombres que usan relojes así los posicionan estratégicamente.
Rodrigo llega a la mesa con sonrisa segura.
—Blanché, perdón por el retraso. Llamada de última hora con un cliente de Hong Kong. —Se inclina, besa su mejilla (presunción de familiaridad, nota mental)—. Te ves increíble.
—Gracias. No hay problema con el retraso.
Se sienta. Un mesero aparece instantáneamente.
—Señor Zamora, bienvenido de nuevo. ¿Lo de siempre para empezar?
"De nuevo" - es cliente regular aquí. Probablemente trae mujeres frecuentemente.
—Sí, perfecto. ¿Blanché, te gusta el vino tinto?
—Me gusta.
—Tráenos una botella del Brunello 2015.
El mesero asiente y desaparece.
Blanché sabe (gracias a sus meses de estudio) que Brunello di Montalcino es vino italiano prestigioso. Una botella del 2015 en un restaurante así probablemente cuesta $200-300.
Rodrigo se acomoda, sonriendo.
—Entonces, finalmente te conozco en persona. Tu perfil no le hace justicia a tu belleza.
Apertura con halago físico. Predecible pero efectivo con muchas mujeres. Veamos a dónde va.
—Eres amable —responde Blanché neutralmente.
—¿Hace cuánto que usas Luxy?
—Dos semanas.
—¿Y? ¿Qué te parece? Debe ser abrumador con tu... —gesticula vagamente hacia ella— ...obviamente eres muy atractiva. Debes tener cientos de matches.
—Algunos. Pero calidad sobre cantidad.
Rodrigo ríe. —Me gusta eso. Yo también aplico ese principio en bienes raíces. No compro cualquier propiedad. Solo las que sé que se valorizarán.
Acaba de comparar mujeres con propiedades. Interesante elección de metáfora.
El mesero regresa con el vino, ejecuta el ritual de mostrar la etiqueta, abrir la botella, servir muestra a Rodrigo, esperar aprobación, servir a Blanché primero, luego a Rodrigo.
Blanché sostiene la copa correctamente (por el tallo, nunca por el cáliz). Huele el vino antes de probar (lo aprendió en YouTube). Toma un sorbo pequeño.
Es extraordinario. Rico, complejo, con notas de cereza oscura y cuero.
—¿Te gusta? —pregunta Rodrigo, claramente esperando impresionarla.
—Es excelente. El Brunello es difícil de encontrar bien añejado.
Rodrigo levanta las cejas ligeramente. —¿Sabes de vinos?
—Estoy aprendiendo. —Verdad técnica. Lleva dos meses estudiando vinos online.
—Impresionante. La mayoría de las mujeres que conozco solo quieren rosé o prosecco.
"La mayoría de las mujeres que conozco" - está estableciendo que tiene opciones, que esto no es especial para él.
La cena continúa. Ordenan comida (Blanché elige el risotto de hongos - $34, no el plato más caro pero tampoco el más barato, punto medio estratégico).
Rodrigo habla. Mucho.
Habla sobre su empresa de bienes raíces. Los cinco edificios que posee. La propiedad en la playa que acaba de comprar. Su portafolio de inversiones. El carro nuevo que está considerando (Porsche Cayenne o Maserati Levante, "todavía decidiendo").
Blanché practica lo que aprendió: escucha activa.
Asiente en momentos apropiados. Hace preguntas inteligentes:
—¿Cómo ves el mercado inmobiliario con las tasas de interés subiendo?
—¿Tu estrategia es más buy-and-hold o flipping?
—¿Qué sectores consideras más prometedores en los próximos 5 años?
Rodrigo está encantado. Finalmente, una mujer que entiende de negocios. Que hace preguntas inteligentes. Que no solo asiente vacía mientras él habla.
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romance con pruebas, amor/formación/ascenso social, drama/ empoderamiento femenino
Editado: 27.12.2025