Glamour Oscuro

ESCENA 22

ESCENA 22:

LA TRAICIÓN - LA CENA CON AMIGOS DE PATRICIO

Semana 14. Sábado por la noche.

Patricio invita a Blanché a una cena con su círculo cercano en un restaurante de alta gama en San Benito.

No es la primera vez que Blanché conoce a sus amigos, pero esta vez es diferente. Es más íntimo. Solo cuatro parejas en una mesa reservada en área privada del restaurante.

Blanché usa vestido verde esmeralda que Patricio le regaló la semana pasada (ella protestó por el precio - $500 - pero él insistió: "Es perfecto para ti").

Llegan juntos. Patricio con su mano en su espalda baja, guiándola a la mesa donde ya están sentados sus amigos.

—Todos, ya conocen a Blanché.

Saludos, besos en mejilla, acomodarse en sillas.

Los presentes:

  • Mariela y Andrés: ella heredera de familia cafetalera, él arquitecto exitoso
  • Sofía y Roberto: ella trabaja en casa editorial de lujo, él en banca de inversión
  • Lucía y Fernando: ella diseñadora de interiores, él dueño de cadena de restaurantes
  • Patricio y Blanché

El ambiente es relajado. Vino fluye. Comida es excepcional (restaurante tiene estrella Michelin pendiente según Patricio).

Conversación va de trabajo a política a chismes sociales a viajes planeados.

Blanché participa cómodamente. Ya no se siente impostora. Estos son "sus" amigos ahora. O al menos, los amigos de su... ¿novio? Patricio y ella todavía no han usado etiquetas oficialmente, pero a estas alturas es obvio.

Están en el tercer plato (pescado con reducción de cítricos) cuando Sofía, un poco achispada por el vino, menciona casualmente:

—Oye Patricio, ¿y cuándo vuelve tu prima de Barcelona?

Blanché nota que Patricio se tensa ligeramente. Casi imperceptible. Pero ella está tan sintonizada con él después de tres meses que lo nota.

—¿Mi prima?

—Sí, Sofía. —Sofía toma otro sorbo de vino—. No la he visto desde la Navidad pasada. Quería invitarla a la inauguración de mi galería el próximo mes.

Silencio incómodo.

Roberto, el esposo de Sofía, toca su brazo suavemente. —Amor, creo que...

Pero Sofía continúa, genuinamente confundida: —¿Qué? Oh. —Mira a Patricio, luego a Blanché—. Espera, ¿tú no...?

Blanché siente algo frío expandiéndose en su estómago.

—¿Sofía quién? —pregunta con voz controlada.

Silencio más pesado ahora.

Todos en la mesa están mirando sus platos excepto Mariela, que mira a Patricio con algo parecido a lástima.

—Patricio —dice Blanché, todavía con voz calmada pero con acero debajo—, ¿quién es Sofía?

Patricio pone su copa de vino en la mesa. Se pasa la mano por el cabello (gesto que Blanché ha aprendido significa que está nervioso).

—Blanché, es... es complicado.

—No me digas que es complicado. Dime quién es.

Roberto intenta ayudar: —Mira, nosotros pensamos que tú sabías...

—¿Sabía qué?

Patricio inhala profundamente. —Sofía y yo tuvimos una relación. Ella está estudiando una maestría en Barcelona. Hemos estado... en pausa.

En pausa.

Esas dos palabras caen como bombas.

—¿En pausa? —Blanché siente su voz subiendo ligeramente—. ¿Qué significa "en pausa"?

—Significa que cuando ella se fue a España hace seis meses, acordamos darnos espacio. Ella iba a estar allá dos años. No queríamos hacer larga distancia. Decidimos ver qué pasaba.

—¿Y qué pasó es que conociste a alguien más y no te molestaste en mencionar que tienes novia en Europa?

—¡No es mi novia! —Patricio casi grita, luego se controla—. No oficialmente. Estamos en pausa. Ambos somos libres de ver otras personas.

Blanché siente náuseas.

—¿Ella sabe de mí?

Silencio.

—¿ELLA SABE DE MÍ?

—No. Todavía no. Pero iba a decirle...

—¿Cuándo? ¿Cuando vuelva? ¿O ibas a simplemente decidir entre nosotras como si fuéramos opciones en un menú?

Mariela interviene suavemente: —Blanché, sé que esto es horrible, pero Patricio no mintió técnicamente. Él y Sofía realmente están en pausa...

Blanché la mira con incredulidad. —¿Estás defendiéndolo?

—No estoy defendiéndolo. Solo estoy diciendo que la situación es... complicada.

—No. —Blanché se levanta de la mesa—. No es complicado. Yo soy la otra. Eso es lo que soy. La chica con quien mató tiempo mientras su "novia-que-no-es-novia-oficialmente" está en Europa.

Patricio se levanta también. —Blanché, por favor, déjame explicar...

—¿Explicar qué? ¿Que has estado durmiendo conmigo mientras tienes a alguien esperándote? ¿Que todo esto —gesticula entre ellos— es solo tu "pausa"?

—No es así. Lo que tenemos es real. Sofía y yo... estábamos terminando de todas formas...

—"Estábamos terminando." Tiempo pasado. Excepto que al parecer no has terminado oficialmente.

Patricio trata de tomar su mano. Blanché se aparta.

—Blanché, te lo juro, esto no era intencional. Cuando te conocí, no esperaba... no esperaba sentir lo que siento.

—¿Y qué sientes, Patricio? ¿Confusión? ¿Indecisión? ¿Lástima porque la chica de clase media se enamoró de ti pensando que esto era real?

—¡ES REAL!

—No para mí ya no.

Blanché toma su bolso de la silla.

Todos en la mesa están en silencio absoluto, mirando el desastre desarrollarse.

—Blanché, por favor, no te vayas así. Podemos hablar...

—No tenemos nada de qué hablar.

Camina hacia la salida del restaurante con espalda recta, cabeza alta, cada centímetro de postura perfecta que Rodrigo-el-entrenador le enseñó.

No hasta que está afuera, en la calle, sin carro (Patricio la recogió), a kilómetros de su apartamento.

Empieza a caminar.

No sabe hacia dónde. Solo necesita moverse.

Su teléfono vibra. Patricio llamando.

No contesta.

Vibra de nuevo. Mensaje de texto:

"Por favor déjame explicar. Esto no es lo que piensas. Sofía y yo terminamos hace meses en todo menos en nombre. Lo nuestro es real. Por favor contesta."




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.