Goan. El Poder Transferido. Vol 1.

Capítulo 12. Prisioneros.

En la zona salvaje.

Un grupo numeroso de minotauros flanqueaba la jaula que contenía a Leiza, Zaz, Seip y los dos animales gigantes. A pocos metros parecía encontrarse su líder, pues de él provenían las instrucciones a los demás guerreros que lo escuchaban atentamente. Éste también era el más fuerte del grupo, con músculos mucho más voluminosos que el resto de los minotauros. Su nombre era Tenyto, y pese a su intimidante apariencia, era un ser tranquilo y pensante. De esto se pudieron dar cuenta Leiza y los demás mientras escuchaban parte de su conversación con los de su especie.

-Espero que con la entrega de esta mujer por fin podamos acabar con esta guerra. Estoy cansado de perder vidas de compañeros en batallas inútiles. 

-Pero, Tenyto, ¿cómo puedes creer en la palabra de ese sujeto? ¿Qué tal si resulta ser peor que quien nos caza?

-No tenemos opción, hace tiempo que dejamos de ser una de las especies dominantes. No podemos arreglar todo con golpes, debemos recurrir a la negociación. Acaban de ver lo que ese humano con brazos rojos en la espalda le pudo hacer a tantos de nuestros guerreros. Imaginen lo que un ejército completo de personas como él sería capaz de ocasionarnos. Debemos ser realistas y reconocer nuestras limitaciones. Sólo nuestro aliado es capaz de hacerles frente… porque es uno de ellos.

-Yo no confiaría en un humano. Es una locura, Tenyto.

-La única razón por la que no fuimos desterrados antes fue por la protección de ese hombre y su amigo de armadura roja. Ya sólo queda con vida uno de ellos y le debemos gratitud. Confiemos en su palabra.

Seip infirió que el humano que protegió a los minotauros antes de morir tenía que ser Rioya. Esa armadura rojiza siempre resultó una característica inconfundible en él. Lo cual significaba que su compañero sobreviviente debía ser la persona más cercana a él antes de fundar al grupo rebelde: el príncipe Dorba. Ambos fueron en algún momento inseparables colegas de misiones y objetivos. Se reconocían mutuamente como personas valiosas que buscaban ayudar a los demás. Aunque su relación no pudo ser perfecta; al concluir la Gran Revolución tuvieron diferencias que los distanciaron. No obstante, sus disentimientos ideológicos jamás provocaron una enemistad. Ante los ojos de Rioya, su amigo Dorba siempre fue un hombre intachable. –Rioya nunca escuchó los rumores del cambio de personalidad del príncipe porque murió antes de que estos surgieran, así que nunca se pudo conocer su reacción ante tales dichos.

Seip desconocía a qué persona iban a encontrarse, si al generoso compañero de lucha de la Gran Revolución, o al ruin ser que se rumoraba como su versión actual. Por ello estaba confundido, no sabía si era un golpe de suerte ir en camino hacia él o en cambio debía preocuparse tras enterarse del próximo reencuentro. Prefiriendo reducir el riesgo, optó por intentar negociar con sus captores. 

-Escuchen, sé que convivieron con Rioya. Yo fui un amigo cercano de él, compartimos muchas causas y puedo ayudarlos. Libérennos y buscaremos la forma de contribuir con ustedes.

-¿Dices que conociste bien a Rioya? Qué raro, nunca te vimos a su lado, humano. 

- Probablemente ustedes convivieron con él en su etapa más joven, cuando se dedicaba a cuidar al bosque y a los seres que habitaban en él. Yo me encontré con Rioya tiempo después, fuimos compañeros de batalla en la Gran Revolución y después me uní a su grupo rebelde. 

-Mmm, no puedo creer en tu palabra. Rioya ya no está aquí para interceder por ti y validar tu versión. Creo que, al contrario, es algo malo saber que fuiste su compañero de batalla en el pasado. El terrible rey Moal también lo fue, Rioya siempre reconoció estar arrepentido de haber luchado junto a algunas personas viles en ese periodo de su vida. Tal vez tú seas una más de ellas y podrías estar intentando engañarnos. Moal está desesperado y se siente amenazado por nuestro aliado, es por eso que ha hecho alianzas impensables con otras especies. Los hombres serpientes se han vendido al mejor postor para garantizar su supervivencia. En este momento no podemos confiar en nadie, el momento decisivo puede estar llegando en poco tiempo… Y parece que vendrá de la mano de tu compañera en esa jaula.

Leiza escuchó la declaración de Tenyto y se encolerizó de inmediato. La irá la poseyó y mostró una agresividad que nunca antes habían visto Luespo y Mity en todos esos años a su lado.

- ¡Libérenme ahora mismo, minotauros estúpidos! ¡No soy ningún objeto de cambio o de colección! Si no quieren que los aniquile a todos, sáquenme de aquí en este instante. –Después dirigió su cólera hacia sus propios aliados– ¿Cómo es posible que ustedes hayan permitido que nos atraparan? ¿Qué clase de protección ofrecen si cualquiera va a poder derrotarnos? Mity y Luespo ¿de qué les sirve ser gigantes si no consiguen controlar su fuerza? Seip, eres un héroe legendario, pero a la primera adversidad te rindes y te entregas… vaya héroe cobarde vino a auxiliarnos.

El comportamiento de Leiza mostraba una anormal hostilidad excesiva. Sus mascotas la desconocían y Seip estaba extrañado de ver ese cambio tan súbito en la pequeña mujer. En cambio, Zaz no se asombró tanto, sabía perfectamente lo que estaba ocurriendo, pues era una transformación que ya había visto suceder anteriormente en alguien más. Se acercó para buscar apaciguar a Leiza, intentando impedir que esa ira siguiera escalando sin control. 



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Editado: 29.04.2022

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