Después de un par de días he continuado con mi rutina temporal, levantándome para desayunar y luego manejando para ir al gimnasio continuando con mi rutina de ejercicio para luego revisar algunos asuntos importantes y planeando algunos detalles para la carrera del sábado en la noche.
Al terminar mi rutina de ejercicios, voy manejando de regreso, freno el carro al ver el semáforo en rojo mientras miro a estudiantes universitarios pasar, muchos tenían carteles en manos, seguramente proyectos, otros caminaban tranquilamente y otros reían mientras conversaban con sus amigos.
Sin saber la razón, mi vista pasaba por ellos mientras buscaba si por casualidad aquel rostro que emanaba inocencia y ternura, si bien no la conozco, de todas las personas que he conocido ninguna emanaba tal energía, quizás eso sea lo que me intriga de aquella chica que ataca mi mente en cuanto estaba libre del trabajo.
Si quisiera podría saber quién es, sin embargo prefiero dejarlo allí, después de todo solo la he visto una vez.
El sonido de una notificación proveniente de mi celular me distrajo por lo que me giré mi cabeza para mirarlo, al notar quien era respondí inmediatamente.
*Pequeña sabandija*
Ya me extrañas pequeña sabandija?-
Ya quisieras-
Bien, sé que no lo admitirás, pero ya dime ocurrió algo allá? Qué tal el trabajo?-
Todo bien, pero te escribo para decirte que han venido a buscarte-
Nombre? –vi que el semáforo se puso en verde por lo que puse en marcha el carro-
Un tal Wiliam-
Ahh y que te dijo?-
Que ya pagó la deuda-
Okey, déjalo que se valla, cuando llegue al hotel revisaré mi cuenta, si ha mentido te aviso y le envías algunos hombres de mi parte-
De acuerdo, que te valla bien con los trámites de allá-
Esta bien, cuídate-
Tú igual-
Llegué al hotel y continué con mi rutina habitual, hasta que llegó el sábado.
Esa mañana recibí una llamada, sin embargo me estaba bañando por eso no pude responder; al salir marqué al número algunas veces sin embargo nadie respondió.
Investiga el dueño y la dirección del número que te envié y envíame la información en cuanto la obtengas –dije llamando a uno de mis guardaespaldas-
Al cabo de una media hora recibí un mensaje con la información que había pedido, al revisarla me extraña saber que una chica llamada Jaidee, no la reconocí hasta que vi una foto de ella adjuntada.
Agrando la foto para visualizar mejor su rostro, sus mejillas están decoradas de un color carmesí, hay una sonrisa dibujada en su rostro mientras habla con una persona en sillas de ruedas, la cual parece mucho mayor que ella; Jaidee así que ese es su nombre, se ve mucho mejor ahora que no está pálida, sus labios están rosados y sus ojos se hacen pequeños debido a su pequeña y linda sonrisa, su cabello castaño y bien cuidado. Una notificación se asoma por la foto sacándome de la atención que le estoy colocando a los detalles de ésta.
*Número desconocido*
Su nombre es Jaidee, está en primer año en la facultad de medicina, tiene 20 años, trabaja de medio tiempo como mesera en la cafetería "Taste of home", y los fines de semanas trabaja tiempo completo como niñera y ama de casas. En algunas ocasiones sale a algunas fiestas en bares con su mejor amiga-
Sé que hay muchos jóvenes como ella, que son trabajadores y se empeñan mucho en los estudios, sin embargo siempre hay una razón para romperse el lomo haciendo tanto esfuerzo, ya sea por querer reunir plata para asuntos personales, como para pagar deudas o para pagar sus estudios, supongo que ese también podría ser su caso.
*Número desconocido*
Tu trabajo está hecho, puedes irte-
Entendido-
Al terminar de alistarme conduje hasta el lugar de encuentro, no me sorprendió ver a los Saetang esperándome, seguramente es para poner alguna excusa para quitarle peso a la acción inmadura que realizó su hijo.
Señorita Evelyn podemos hablar un momento antes del evento de su inicio? –dijo Sofía en voz baja-
Lo lamento, sea lo que sea puede esperar, además creo saber la razón por la cual me esperaban –dije tranquilamente mientras me dirigía a la sala de juntas en una pequeña propiedad que está cerca de una carretera desolada-
Al ingresar veo a muchas personas, la mayoría presumiendo de su situación, de que solo en una semana han ganado más de 100.000 dólares solo porque la mercancía tuvo buena acogida en tal lugar, solo quiero que esta noche salga todo tal y como la he planeado y que se termine rápido.
Al entrar, los presentes se giran y me saludan con una pequeña reverencia como muestra de respeto, sigo caminando hasta un pequeño bar y pido una copa de vino, cuando me lo entrega las demás personas continuaban sus respectivas conversaciones.
Ahora que la señorita Evelyn está presente podremos dar inicio al evento que espera afuera –dijo uno de los trabajadores presentes, por lo que todos se callaron y empezaron a ir a la terraza comentando contentos por quienes apostaron y cuánto dinero pusieron.
Al estar allí pude notar el sonido de los motores de los autos rugir con fuerza, por lo que los fanáticos presentes se agruparon a un lado de la carretera mientras gritaban con fuerza mostrando su apoyo a los conductores, por otro lado los espectadores que estaban en la terraza seguían presumiendo que podían derrochar tanto dinero como quisieran solo porque querían mientras que otros estaban atentos a la carrera afirmando que habían tomado una buena decisión en su apuesta, tomaban y se reían de chistes absurdos sin sentido.