Golpe tras golpe

Capítulo 4

Valeria no podía dejar de pensar en la conversación con Marco. Había algo en sus respuestas que no terminaba de convencerla. Algo en su actitud fría, en sus ojos que nunca dejaban entrever nada de su interior, que la hacía sentir que estaba cerca de desentrañar un misterio mucho mayor. La mente de Valeria era como un engranaje que no podía parar de girar. Cada palabra, cada gesto de Marco, parecía apuntar a un hilo oculto que la llevaba al oscuro mundo del boxeo y sus conexiones con la mafia.

Esa noche, en su pequeño departamento, Valeria repasó sus notas mientras se preparaba una taza de café. El sonido del agua hirviendo era lo único que interrumpía el silencio de la habitación. En la mesa, junto a su computadora, tenía las transcripciones de las entrevistas que había hecho ese día, pero no era suficiente. Algo en el comportamiento de Marco no cuadraba. Su pasado, su mentor, la evasiva ante ciertos temas… Todo indicaba que Marco estaba vinculado a algo mucho más grande de lo que él dejaba ver.

Valeria tomó su teléfono móvil y comenzó a revisar los contactos en su agenda. Necesitaba más información, pero no podía seguir presionando a Marco directamente. Su mente se detuvo en un nombre: Javier, el periodista de investigación con el que había trabajado en el pasado. Javier no solo era un colega, sino que también tenía conexiones profundas con los círculos más oscuros de la ciudad. Había sido él quien, en su primer gran reportaje, le había mostrado el lado más sombrío del boxeo profesional. Si alguien podía ayudarla a entender a fondo las conexiones de Marco, era él.

Marcó el número de Javier, esperando que no fuera demasiado tarde para una conversación.

“¿Valeria? ¿Qué pasa?” Contestó la voz de Javier con su tono habitual, entre serio y despreocupado.

“Necesito hablar contigo sobre Marco Santoro”, dijo ella sin preámbulos.

Hubo una pausa al otro lado de la línea. Valeria sabía que, en cuanto mencionara a Santoro, la conversación tomaría un giro diferente.

“Marco Santoro, ¿eh? No me digas que te metiste en ese tema. Es un tipo complicado, Valeria. Muy complicado.”

“Lo sé”, respondió ella, con una determinación que no podía ocultar. “Pero hay algo que no encaja en su historia, algo que no me está diciendo. ¿Sabías que Emilio, su mentor, tiene conexiones con los círculos criminales?”

Javier guardó silencio durante unos segundos, como si estuviera procesando la pregunta. Sabía que Valeria no hacía preguntas sin razón, pero este tema era peligroso, más de lo que ella imaginaba.

“Escucha, Valeria”, comenzó a decir Javier, “yo no te lo dije, pero Emilio no es solo un entrenador. Hay rumores de que él estaba involucrado en apuestas ilegales en los primeros años de Marco en el boxeo. Ojo, son solo rumores, pero si lo que estás investigando es cierto, puede que estés tocando un tema mucho más grande de lo que crees.”

“¿Qué tipo de tema?” Valeria insistió, ahora con más fuerza en su voz. “¿Qué me estás diciendo exactamente?”

Javier suspiró pesadamente, como si dudara sobre lo que estaba a punto de revelar. “Escucha, no me gusta hablar de esto, pero en los círculos más bajos del boxeo, Emilio es conocido. Y no por sus habilidades como entrenador. Hay quienes dicen que ha estado involucrado con algunas personas muy peligrosas. El tipo tiene amigos en todas partes: apuestas, drogas, incluso lavado de dinero. Es un jugador importante en las sombras del deporte.”

Valeria sintió que el aire en la habitación se volvía más pesado. Todo lo que ella había comenzado a sospechar estaba tomando forma. Marco no solo estaba vinculado a un mundo oscuro, sino que había sido parte de ese mundo desde el principio, guiado por alguien como Emilio. Y ahora, él mismo, aunque lo negara, no podía estar ajeno a las mismas sombras que su mentor había movido en su vida.

“¿Por qué no me lo dijiste antes?” preguntó Valeria, con una mezcla de frustración y preocupación.

“No quería que te metieras en algo que no entiendes completamente, Valeria. Este mundo no perdona, y Marco… Marco tiene sus propios demonios. Si sigues hurgando, no sé si vas a poder salir de todo esto tan fácil. Ten cuidado.”

Valeria sabía que Javier tenía razón. Pero algo en su interior le decía que no podía dar un paso atrás. Estaba demasiado cerca de la verdad, y algo en la historia de Marco la estaba llamando. No podía dejarlo ir.

Después de colgar, Valeria se quedó sentada en su escritorio, mirando la pantalla de su computadora. En su mente, las piezas del rompecabezas comenzaban a encajar. Emilio, Marco, las apuestas… todo indicaba que el boxeo de él no era tan limpio como parecía. De alguna manera, Marco estaba atrapado en un ciclo del que no podía salir, y ella necesitaba saber cuánto había hecho él para intentar romperlo.

A la mañana siguiente, Valeria decidió hacer algo que nunca había hecho: asistir a una de las peleas de Marco. Si quería entender quién era realmente, debía verlo en acción, no solo en conferencias o entrevistas. Sabía que la única manera de aproximarse a la verdad era observando directamente cómo se comportaba en el ring. Pero también sabía que ese sería el punto sin retorno. Una vez allí, todo cambiaría.

Marco estaba a punto de entrar en un combate importante, y Valeria necesitaba estar allí para obtener respuestas. No solo sobre él, sino sobre el oscuro sistema que lo había moldeado.




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