El silencio en la calle era abrumador. Valeria caminaba junto a Marco, la luz de la luna iluminaba sus rostros y los sonidos de la ciudad parecían apagarse a medida que avanzaban. Los pasos de Marco eran firmes, casi militares, pero había una cierta quietud en su rostro, una calma tensa que Valeria no lograba comprender por completo. Él no había vuelto a hablar desde que le advirtió que se metía en algo más grande de lo que podía imaginar.
"¿Por qué no me cuentas la verdad, Marco?" Valeria finalmente rompió el silencio, la pregunta pesaba en su mente desde que había dejado el gimnasio.
Marco la miró por un momento, su rostro impasible, pero sus ojos parecían vacilar. No era la misma mirada desafiante que le había mostrado antes; había algo más allí, algo que ni él mismo podía negar.
"No puedo, Valeria," dijo en voz baja. "A veces la verdad es más peligrosa que la mentira."
Valeria frunció el ceño. No le gustaba lo que escuchaba. "¿Por qué todo tiene que ser tan complicado contigo? ¿Qué estás tratando de esconder? No te pido que me cuentes todo, pero al menos dame algo que me permita entender."
Marco paró en seco, girando hacia ella. La intensidad en su mirada era inconfundible. "Si supieras la verdad, no estarías tan cerca de mí," dijo, su voz casi susurrante, pero cargada de una advertencia.
Valeria se quedó quieta, estudiando cada palabra, cada movimiento. Había una vulnerabilidad en Marco que no había visto antes, algo que no podía comprender, y la curiosidad la carcomía.
“Sé que te metiste en esto por algo más que el dinero,” insistió Valeria, sin apartar los ojos de él. “No es solo por la pelea, ni por el campeonato. Hay algo oscuro en todo esto, Marco. Y te lo voy a sacar, aunque me cueste lo que me cueste.”
Marco la observó con una mezcla de respeto y temor. Durante un segundo, parecía que iba a decir algo más, pero entonces simplemente negó con la cabeza. "No entiendes lo que dices. No sabes en lo que te estás metiendo."
La frase quedó flotando en el aire, y Valeria sintió un nudo en el estómago. ¿Hasta qué punto estaba realmente en peligro? El mundo de Marco era un laberinto de secretos y sombras, y ella parecía estar atrapada en su centro.
"¿Qué significa eso?" Valeria insistió. "¿De qué tienes miedo?"
Marco respiró hondo, mirando al horizonte, como si algo lo estuviera frenando. Luego, con una rapidez sorprendente, tomó su brazo y la condujo hacia una zona más oscura, donde las luces de la ciudad ya no llegaban.
"Te lo voy a contar, pero tienes que prometer que no harás preguntas. Y tienes que entender que esto podría costarte mucho más de lo que crees."
Valeria asintió, decidida, pero no esperaba lo que estaba a punto de escuchar.
“Emilio no es solo un mentor para mí. Él está involucrado en algo mucho más grande que el boxeo. Las peleas en las que he estado, no son solo para ganar dinero. Son parte de un juego de poder, de control. Y yo... yo soy una pieza en ese juego.” Marco pasó una mano por su cabello, claramente tenso. “Mi vida nunca ha sido solo el boxeo. Hay cosas que he hecho, cosas de las que no me siento orgulloso, pero que no tengo forma de cambiar.”
Valeria intentó procesar lo que acababa de escuchar. Las piezas de su rompecabezas empezaban a encajar, pero había algo en la forma en que Marco hablaba que le daba miedo. Había una verdad a medias, y eso solo aumentaba su sospecha.
“¿Qué cosas?” preguntó Valeria, ahora con un tono más bajo, como si temiera que él pudiera interrumpirla.
Marco la miró fijamente. "No te lo puedo decir. No lo entiendes, Valeria. Esto no es solo sobre mí. Hay personas que controlan todo esto, y si sigo hablando, no solo te pondrás en peligro, sino que los dos lo haremos."
Valeria sintió una punzada de ansiedad en el estómago, pero no se echó atrás. “¿Me estás diciendo que hay algo más grande que el boxeo? ¿Algo que ni siquiera yo puedo comprender?”
“Es mucho más que eso,” dijo Marco, su voz grave. “El boxeo es solo una fachada. Un negocio de apuestas, manipulación, violencia. Las peleas que ves, la sangre que se derrama... todo tiene un propósito. Y yo soy parte de ello. No sé cuánto más puedo seguir metido en esto. Pero si alguna vez decides ir más lejos, Valeria, va a ser demasiado tarde para regresar.”
Por un momento, Valeria pensó en dar un paso atrás, en abandonar la investigación, en dejar a Marco y a su oscuro mundo atrás. Pero algo dentro de ella no lo permitió. Sabía que, por más peligroso que fuera, necesitaba descubrir toda la verdad.
“No voy a retroceder,” respondió ella, con una determinación en su voz que la sorprendió a sí misma.
Marco la observó, y aunque sus ojos mostraban cierto cansancio, también había algo en ellos que parecía admirar. Quizás por primera vez, Valeria entendía que en el fondo de su ser, Marco no quería que ella se adentrara más en su mundo, pero su propio miedo a las consecuencias lo mantenía atrapado en un ciclo que no podía romper.
"Entonces, prepárate para lo peor," dijo Marco finalmente, sus palabras impregnadas de una gravedad que hizo que Valeria sintiera el peso de su decisión.