Good

Capítulo 5

Un horrible sonido de golpes metálicos me hizo despertar. Uno de los guardias estaba felizote de la vida golpeando los barrotes de la celda con un tolete.

-Arriba niña, la detective está esperando- vociferó con gracia.

Me puse en pie de mala gana, mi espalda dolía horriblemente por haber dormido sentada e incómoda.

-Rápido, niña, esto no es un hotel - agrego de mala gana.

-Sí- respondí de mala gana- eso ya lo sé, idiota.

-Las manos donde las pueda ver- agrego el guardia mientras habría la celda- acérquese con las manos en alto.

Y asi hice. El frio metal de las esposas rodeo y lastimo mis muñecas. El guardia me guio por un camino diferente al de la noche, camine a su lado sin chistar ya que en esta ocasión tenía las de perder, y, por más que quiera, no podía meterme en problemas, no mientras estoy en la comisaria, esposada y sin armas a mano. Saldré de esta, lo hare, y ni bien ponga un pie fuera de esta pocilga empezare a planear mi venganza contra el hijo de puta de Blacke, no saldrá vivo de esta, no después de haberme traicionado de esa forma.

 Llegamos al final del pasillo y me hicieron entrar a una habitación vacía, salvo por una mesa, dos sillas y un peculiar espejo que ocupaba toda una pared. Me sentaron en la silla que daba frente a aquel espejo. Clave mi vista en mi reflejo, sabía que alguien estaría del otro lado observándome, mi reflejo me devolvió una sonrisa sínica. La puerta a mis espaldas se abrió y la detective entro. Es hora del show.

La detective llevaba una levita negra que ocultaba debajo de si un arma para que esta pase desapercibida, pero dejaba notar un bulto innecesario, llevaba su placa colgada en el filo de un pantalón recto y, lo que más llamó mi atención, transportaba en sus manos una carpeta amarilla, la cual, después de sentarse, la coloco en su delante.

-Espero que hayas podido dormir bien- Hablo mientas habría la carpeta- lamento que hayas pasado la noche aquí.

-Como si eso te importase en absoluto- respondí sin ganas.

- ¿Te leyeron ya tus derechos?

- ¿Toda esa basura sobre que tengo derecho a guardar silencio? Pues sí

-Veo aquí que no has solicitado que llamen a tu abogado- agrego mientras ojeaba entre la carpeta- ¿a qué se debe eso?

- No necesito que alguien hable por mí, muchas gracias.

-Está bien- agrego alzando a verme por primera vez desde que había entrado- Soy la Detective Sampedro y acaban de asignarme tu caso esta mañana…

-Asi veo- la interrumpí.

-Espero que sepas colaborar conmigo para terminar esto lo más pronto posible.

-Oh, mil disculpas- volví a interrumpir molesta- ¿es que tienes que estar en un lugar más importante?

-Solo espero que coopere, señorita Good.

-Lastimosamente no me queda de otra.

-Veo en su expediente- agrego haciendo oídos sordos a mi comentario- que sus padres fallecieron hace unos años, y desde entonces usted empezó a formar parte de nuestros expedientes, ¿podría decirme a que se debe esto?

-No le encuentro relevancia a su pregunta- respondí enojada- Detective.

-Voy a necesitar algo de información para poder adentrarnos en su caso, señorita Good.

-De igual manera encuentro a su pregunta a irrelevante.

-Está bien- respondió anotando algo en una libreta- Veo aquí que estuvo involucrada en la explosión de un bar llamado “Media Noche” hace un año, sorprendentemente usted fue la única sobreviviente, algo sospechoso cabe recalcar- agrego.

- ¿Fue hace un año? - pregunte inocentemente como si no recordase lo sucedido.

 

El dueño del “Media noche” me debía una buena cantidad de dinero y se negaba a pagarme, asi que me decidí ir a visitarlo. Al entrar en esa pocilga me encontré con el desgraciado del dueño embriagándose como cada noche. Sus ojos rojos por el alcohol se clavaron en mi ni bien había entrado, nerviosamente y con paso desequilibrado se me acerco.

-Vamos muñeca- me habló con voz ebria- no me digas que estas aquí para cobrar

-Sabes que no te dejare en paz hasta que me pagues cada centavo, y la próxima vez que me llames muñeca te corto las bolas y hare que te las tragues- amenace.

Mi amenaza había hecho efecto y el idiota retrocedió un par de pasos para alejarse de mí. Lo vi tragar en seco y recuperar algo de cordura gracias a mis serias palabras, se arregló la andrajosa camisa y me miro sin verme.



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En el texto hay: crimen, asesinato, mafia

Editado: 04.06.2018

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